Archivos del filósofo Walter Benjamin presentados en París por primera vez


PARÍS. - El filósofo Walter Benjamin dejó un tesoro de pensamientos e imágenes salvados gracias a sus amigos, que hoy son presentados por primera vez en el Museo de Arte e Historia del Judaísmo de París, 71 años después de su muerte en la frontera franco-española.



Walter Benjamin.
Walter Benjamin.
Los archivos de este pensador berlinés, autor, entre otros libros, de "La obra de arte en la era de su reproducción técnica", existen gracias a la correspondencia con sus amigos, entre ellos los filósofos Theodor Adorno, Hanna Arendt y Gershom Scholem, el dramaturgo Bertolt Brecht y el escritor Herman Hesse.
En esos angustiosos años del ascenso del nazismo, que lo obligaron en 1933 a exiliarse en París, Benjamin, como lo muestra una célebre fotografía de Gisele Freund, preparaba en la Biblioteca Nacional sus futuras obras, entre ellas sus tesis "Sobre el concepto de historia", y un ambicioso libro, "París, capital del siglo XIX" sobre las galerías, arcadas o pasajes de la ciudad.
Cuando las tropas nazis invadieron la capital francesa, en junio de 1940, Benjamin emprendió viaje hacia el puesto fronterizo de Portbou; planeaba cruzar los Pirineos, atravesar España y embarcarse en Lisboa hacia Nueva York. Al parecer se suicidó con una dosis de morfina, el 26 de septiembre, ante el riesgo de que grupos franquistas lo devolvieran a Francia ocupada.
Los manuscritos, fotografías, ficheros, catálogos, cuadernos y postales presentados en París "son un testimonio de sus encarnizados esfuerzos para seguir escribiendo en circunstancias hostiles", dice uno de los curadores de la exposición, Ermund Wizisla.
Los textos enviados a sus amigos "son frutos del árbol del cuidado, cuyas raíces crecen en mi corazón y las hojas en tus archivos", dice en una carta a su amigo Scholem, quien había emigrado a Palestina en 1923.
El archivo de Benjamin muestra su gran fe en la escritura y su combate contra la pérdida y dispersión de su trabajo, ante la inestabilidad que se vivía.
"Recoger sus textos dispersos le fue imposible, pero gracias a sus precauciones y a la lucidez de sus amigos lo imposible se realizó después de su muerte", añade Wizisla.
La obra de Benjamín es "un audaz proyecto de historia, arte y pensamiento". Según el curador de esta exposición, "las fichas, los elementos de su texto, son como un juego de construcción, antes del ordenador, con la posibilidad de copiar y pegar".
"Un rasgo distintivo del investigador debe ser: sentirse como en su casa en las zonas fronterizas", dice en alguno de sus papeles este filósofo y narrador al que algunos llaman "pensador de las márgenes", "de los extremos".
También solía establecer conexiones iluminadoras: Chaplin y Kafka.
"Chaplin es clave para entender a Kafka. Así como Chaplin ofrece situaciones donde las condiciones del excluido y el desheredado, el eterno dolor humano se encuentran ligados de una manera única a las circunstancias más especiales de la existencia hoy en día, el régimen del dinero, la gran ciudad, la policía, etcétera, en Kafka todo acontecimiento es al mismo tiempo inmemorial y una noticia de última hora", escribe.
Después de su muerte en Portbou, la ciudad catalana donde hay un monumento en su memoria, hubo que esperar quince años para que aparecieran, en 1955, los dos primeros tomos de los escritos del Benjamin, en una edición al cuidado de Theodor Adorno, quien lanzó así la difusión de su pensamiento.
Los archivos Walter Benjamin forman en la actualidad parte de un instituto de la Fundación para la promoción de la ciencia y la cultura de Hamburgo y de la Academia de Artes de Berlín, la ciudad de su infancia.
 
Lunes, 24 de Octubre 2011
AFP (Agencia France-Presse)
           


Nuevo comentario:

Noticias | Política | Ideas | Personalidades | Doctrinas | Cultura | Patrimonio cultural | Libros | Diálogo | Investigación | Literatura | Artes | Educación | Comunicación | Ciencia | Entretenimiento | Turismo | Sociedad | Deporte