Argentina y su dilema de controlar importaciones para sostener economía


BUENOS AIRES. - Argentina ha adoptado medidas para controlar importaciones y preservar su excedente comercial, su única fuente de divisas tras el default de 2011, pero con esta política proteccionista pone en riesgo a su sector productivo, estiman analistas.



Contenedores en un puerto
Contenedores en un puerto
"La intención es tener una reserva de dólares. Y la única fuente de ingreso de dólares que tiene Argentina hoy, sin acceso al crédito internacional desde el default, es el superávit comercial", explicó a la AFP Federico Bragagnolo.
Argentina declaró una moratoria récord sobre su deuda pública, de casi 100.000 millones de dólares, y quedó relegada de los mercados de crédito.
El problema para el gobierno es que el excedente comercial de este país, gran exportador de materias primas, baja. En 2011, alcanzó 10.347 millones de dólares, 11% menos que en 2010.
Esta baja golpea las cuentas públicas y el gobierno no logra financiar los populares subsidios con los que mantiene los precios de agua, electricidad, gas y transportes públicos, y que superaron los 15.000 millones de dólares en 2011, un 50% más que en 2010. Por ello, se ve obligado a suprimirlos parcialmente, por etapas.
Los vencimientos de deuda pública alcanzan casi 6.000 millones de dólares en 2012 y las reservas monetarias bajaron otro tanto en 2011, a unos 46.500 millones de dólares. El gobierno utilizó parte del monto para evitar una apreciación del peso el año pasado.
A este complicado panorama, se suma una dificultad mayor para el gobierno de Cristina Kirchner: la fuga de capitales.
Para enfrentarla, el Ejecutivo adoptó una serie de controles draconianos sobre la compra de divisas, incluso de pequeños montos por consumidores particulares.
"Argentina necesita acumular dólares para garantizar su sustentabilidad macroeconómica", dijo Bragagnolo.
Para Mauricio Claveri, economista de la consultora abeceb.com "es indudable que ese superávit (comercial) tiene que ver con el control a las importaciones".
El gobierno decidió obligar a los importadores a llenar declaraciones juradas de sus compras en el exterior, y se da un plazo de diez días para autorizarlas.
La medida despertó protestas en sectores empresariales y preocupación en los gobiernos de los socios de Argentina en el Mercosur (Brasil, Paraguay y Uruguay), que representan 25% de las exportaciones argentinas y 31% de sus importaciones.
Esta disposición se agrega a acuerdos informales que, por ejemplo, obligan a algunas empresas a importar productos argentinos o invertir en el país so pena de ver sus productos bloqueados en la aduana.
Entre los casos más conocidos, el fabricante alemán de vehículos Porsche debió, en 2011, comprar vino y aceite de oliva argentino para lograr ingresar un centenar de vehículos al país.
El fabricante canadiense de celulares BlackBerry debió anunciar que instalaba una unidad de producción en Tierra del Fuego (sur) para continuar vendiendo sus productos en Argentina.
Estas medidas preocupan también en la Unión Europea, a donde Argentina exporta un 17% del total de sus envíos al exterior y compra 16% del total de productos que importa.
La presidenta Cristina Kirchner criticó el jueves a "las voces que dicen que establecer un control del comercio exterior es poco menos que sacrilegio".
"De los países que integramos el G20, el país donde más crecieron las importaciones fue India, con el 60%, y el segundo fue Argentina con más del 30% de crecimiento" en 2011, argumentó.
Los expertos discrepan.
"Argentina es seguro el país que más ha evolucionado hacia el proteccionismo según las estadísticas", dijo Aldo Abram, de la consultora Exante. "Argentina está en un tren de proteccionismo fenomenal, que implica normas no escritas", añadió.
Para los analistas, esta política de control de importaciones y del flujo de divisas, puede rápidamente encontrar sus límites.
"De la manera en que se está implementando, está generando muchas dificultades incluso para empresas dentro de Argentina que tienen problemas para importar insumos necesarios para producir, o repuestos necesarios para no cortar la cadena productiva", esgrimió Bragagnolo.
"Hay dificultades para obtener insumos para muchas empresas", coincidió Claveri.
En enero, cansado por los retrasos provocados por los nuevos controles, Fiat paró su usina de Ferreyra (Córdoba, centro) durante 48 horas. Fue una advertencia al gobierno.
Viernes, 2 de Marzo 2012
AFP (Agencia France-Presse)
           


Nuevo comentario:

Noticias | Política | Ideas | Personalidades | Doctrinas | Cultura | Patrimonio cultural | Libros | Diálogo | Investigación | Literatura | Artes | Educación | Comunicación | Ciencia | Entretenimiento | Turismo | Sociedad | Deporte