El gobierno califica de "terroristas" a todos estos opositores e insiste en que la creciente llegada de combatientes extranjeros demuestra que la revuelta que comenzó en marzo de 2011 es un complot.
Según el ministro del Interior francés, Manuel Valls, más de 600 ciudadanos europeos, de los cuales 120 franceses, viajaron a Siria desde el comienzo del conflicto para luchar contra el régimen de Bashar al Asad. Unos 40 franceses se encuentran actualmente en el país.
"No todos son yihadistas y terroristas", pero muchos se unieron al movimiento radical afiliado a Al Qaida y el fenómeno es "muy preocupante por su envergadura", había dicho en junio.
Al Asad afirmó que incluso los países occidentales que apoyan la revuelta ya no hablan de "revolución".
"La palabra revolución no se menciona y ahora se habla de terrorismo (...) Pasaron a una nueva fase: distinguen entre los buenos y los malos terroristas pero la palabra revolución no figura en su vocabulario", dijo.
Según el ministro del Interior francés, Manuel Valls, más de 600 ciudadanos europeos, de los cuales 120 franceses, viajaron a Siria desde el comienzo del conflicto para luchar contra el régimen de Bashar al Asad. Unos 40 franceses se encuentran actualmente en el país.
"No todos son yihadistas y terroristas", pero muchos se unieron al movimiento radical afiliado a Al Qaida y el fenómeno es "muy preocupante por su envergadura", había dicho en junio.
Al Asad afirmó que incluso los países occidentales que apoyan la revuelta ya no hablan de "revolución".
"La palabra revolución no se menciona y ahora se habla de terrorismo (...) Pasaron a una nueva fase: distinguen entre los buenos y los malos terroristas pero la palabra revolución no figura en su vocabulario", dijo.