El último balance oficial anunciado el sábado daba cuenta de 18 muertos y 70 heridos.
"Unas 35 personas murieron y 70 resultaron heridas en el ataque de ayer" sábado contra una agencia del Kabul Bank, principal banco privado del país, en Jalalabad, capital de la provincia de Nangarhar, declaró Gul Agha Shirzay, gobernador de la circunscripción.
Siete kamikazes, según Shirzay, tomaron por asalto el sábado esta agencia bancaria disparando en el interior contra los clientes, la policía y los empleados, para luego atrincherarse y enfrentar durante varias horas a las fuerzas de seguridad.
Kabul Bank, principal banco privado del país, es una de las entidades bancarias que pagan los salarios de los funcionarios, entre ellos los de la policía y los militares, y el sábado era el último día del mes en Afganistán.
Policías que iban a recibir su paga figuran entre los muertos y los heridos, aunque las autoridades provinciales han rehusado dar información de los nombres y las ocupaciones de las víctimas, entre las que también se hallan empleados del banco.
El gobernador confirmó que el jefe adjunto de la policía provincial así como el jefe de la policía criminal de la provincia habían resultado heridos. Han sido trasladados a la gran base estadounidense de Bagram, en el norte de Kabul, para ser tratados.
Un testigo que dijo llamarse Ewazullah contó el sábado a la AFP que se encontraba en el banco cuando varios kamikazes con "armas, granadas y cinturones de explosivos" entraron en la entidad.
Pusieron a la gente en un rincón y empezaron a disparar sobre ella, dijo Ewazullah, quien se salvó al lograr esconderse.
Los talibanes, que luchan contra el gobierno de Kabul y los soldados de la fuerza internacional que le apoya desde que fueron expulsados del poder a finales del 2001, reivindicaron el sábado la operación a la AFP, mediante uno de sus portavoces, Zabihullah Mujahid.
El ataque del sábado en Jalalabad es el más mortífero desde el atentado suicida registrado en junio del 2010 en una boda en Kandahar, feudo talibán en el sur del país, que dejó 50 muertos y 87 heridos.
Pese a la creciente presencia policial, la vida en la ciudad había vuelto este domingo prácticamente a la normalidad, según el corresponsal de la AFP. La víspera, se prohibió la circulación de vehículos y casi todas las tiendas cerraron.
El este de Afganistán es, con el sur, un bastión talibán, considerado mucho más inestable que el norte y el oeste, pese a que la insurrección ha ganado terreno fuera de sus feudos tradicionales en los últimos dos años.
La provincia de Nangarhar es fronteriza con Pakistán, donde supuestamente está la retaguardia de los talibanes, pero la situación es mejor que en las provincias limítrofes.
La ciudad de Jalalabad se consideraba hasta ahora como relativamente calma.
"Unas 35 personas murieron y 70 resultaron heridas en el ataque de ayer" sábado contra una agencia del Kabul Bank, principal banco privado del país, en Jalalabad, capital de la provincia de Nangarhar, declaró Gul Agha Shirzay, gobernador de la circunscripción.
Siete kamikazes, según Shirzay, tomaron por asalto el sábado esta agencia bancaria disparando en el interior contra los clientes, la policía y los empleados, para luego atrincherarse y enfrentar durante varias horas a las fuerzas de seguridad.
Kabul Bank, principal banco privado del país, es una de las entidades bancarias que pagan los salarios de los funcionarios, entre ellos los de la policía y los militares, y el sábado era el último día del mes en Afganistán.
Policías que iban a recibir su paga figuran entre los muertos y los heridos, aunque las autoridades provinciales han rehusado dar información de los nombres y las ocupaciones de las víctimas, entre las que también se hallan empleados del banco.
El gobernador confirmó que el jefe adjunto de la policía provincial así como el jefe de la policía criminal de la provincia habían resultado heridos. Han sido trasladados a la gran base estadounidense de Bagram, en el norte de Kabul, para ser tratados.
Un testigo que dijo llamarse Ewazullah contó el sábado a la AFP que se encontraba en el banco cuando varios kamikazes con "armas, granadas y cinturones de explosivos" entraron en la entidad.
Pusieron a la gente en un rincón y empezaron a disparar sobre ella, dijo Ewazullah, quien se salvó al lograr esconderse.
Los talibanes, que luchan contra el gobierno de Kabul y los soldados de la fuerza internacional que le apoya desde que fueron expulsados del poder a finales del 2001, reivindicaron el sábado la operación a la AFP, mediante uno de sus portavoces, Zabihullah Mujahid.
El ataque del sábado en Jalalabad es el más mortífero desde el atentado suicida registrado en junio del 2010 en una boda en Kandahar, feudo talibán en el sur del país, que dejó 50 muertos y 87 heridos.
Pese a la creciente presencia policial, la vida en la ciudad había vuelto este domingo prácticamente a la normalidad, según el corresponsal de la AFP. La víspera, se prohibió la circulación de vehículos y casi todas las tiendas cerraron.
El este de Afganistán es, con el sur, un bastión talibán, considerado mucho más inestable que el norte y el oeste, pese a que la insurrección ha ganado terreno fuera de sus feudos tradicionales en los últimos dos años.
La provincia de Nangarhar es fronteriza con Pakistán, donde supuestamente está la retaguardia de los talibanes, pero la situación es mejor que en las provincias limítrofes.
La ciudad de Jalalabad se consideraba hasta ahora como relativamente calma.