Un responsable local de la Media Luna Roja precisó que "los cuerpos de 39 mártires se encontraban en la morgue", entre ellos "mujeres y niños". Más de 50 personas resultaron heridas en el atentado, uno de los más mortíferos contra fieles chiitas desde 1994.
El grupo rebelde Yundalá (soldados de Dios) reivindicó el atentado en su página web, afirmando que se trataba de una "venganza por el ahorcamiento del jefe del movimiento, el emir Abdolmalek (Righi, detenido en febrero y ahorcado en junio) y los mártires de Yundalá".
"El objetivo de estas operaciones es expulsar a los agresores (iraníes) de Baluchistán", región del sureste de Irán, añadió el grupo en un comunicado.
La página web publicó fotos de los dos militantes presentados como los autores del atentado, llevando cinturones con explosivos, y los identificó como Seifolrahman Shabahari y Hesan Jashi.
Según el prefecto de Chabahar, Ali Bateni, "los terroristas (...) fueron detectados antes de llevar a cabo la acción, pero consiguieron hacer estallar su cinturón de explosivos". "Los dos terroristas murieron, el primero por la explosión y el segundo por la policía", agregó el gobernador de la provincia, Ali Mohamad Azad.
Bateni añadió que un "tercer terrorista fue detenido por las fuerzas de seguridad".
El atentado, cerca de la mezquita chiita del imán Husein en Chabahar, tuvo lugar durante las ceremonias de Tasua, la víspera de Ashura, que conmemora la muerte de Husein, tercer imán del chiismo, en la batalla de Kerbala en el año 680. La conmemoración de la muerte del imán Husein es uno de los principales actos religiosos de Irán, cuya población es mayoritariamente chiita.
El atentado fue condenado por varios países. Los Emiratos Árabes Unidos y Jordania denunciaron un acto "terrorista". El presidente estadounidense Barack Obama lo calificó de "atroz" y el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, lo condenó con la máxima "firmeza". Londres se dijo "horrorizado" y Francia también lo criticó duramente.
El viceministro iraní de Interior, Ali Abdolahi, afirmó sin embargo el miércoles que "los equipamientos de los terroristas muestran que son apoyados por servicios de inteligencia de la región y de Estados Unidos".
Estados Unidos clasificó en noviembre a Yundalá como "organización terrorista", una decisión saludada por Teherán.
Las ceremonias de Tasua y de Ashura reúnen a importantes multitudes que participan durante dos días en numerosas procesiones en la calle.
Chabahar está situada en la provincia de Sistán-Baluchistán, fronteriza con Pakistán y Afganistán, donde desde hace diez años se desarrolla una rebelión sangrienta de separatistas sunitas de la minoría balucha, que representa una parte importante de la población de la provincia.
En estos últimos años, varios atentados, reivindicados por Yundalá, atacaron mezquitas chiitas, concentraciones religiosas, militares o civiles en Sistán-Baluchistán.
El grupo rebelde Yundalá (soldados de Dios) reivindicó el atentado en su página web, afirmando que se trataba de una "venganza por el ahorcamiento del jefe del movimiento, el emir Abdolmalek (Righi, detenido en febrero y ahorcado en junio) y los mártires de Yundalá".
"El objetivo de estas operaciones es expulsar a los agresores (iraníes) de Baluchistán", región del sureste de Irán, añadió el grupo en un comunicado.
La página web publicó fotos de los dos militantes presentados como los autores del atentado, llevando cinturones con explosivos, y los identificó como Seifolrahman Shabahari y Hesan Jashi.
Según el prefecto de Chabahar, Ali Bateni, "los terroristas (...) fueron detectados antes de llevar a cabo la acción, pero consiguieron hacer estallar su cinturón de explosivos". "Los dos terroristas murieron, el primero por la explosión y el segundo por la policía", agregó el gobernador de la provincia, Ali Mohamad Azad.
Bateni añadió que un "tercer terrorista fue detenido por las fuerzas de seguridad".
El atentado, cerca de la mezquita chiita del imán Husein en Chabahar, tuvo lugar durante las ceremonias de Tasua, la víspera de Ashura, que conmemora la muerte de Husein, tercer imán del chiismo, en la batalla de Kerbala en el año 680. La conmemoración de la muerte del imán Husein es uno de los principales actos religiosos de Irán, cuya población es mayoritariamente chiita.
El atentado fue condenado por varios países. Los Emiratos Árabes Unidos y Jordania denunciaron un acto "terrorista". El presidente estadounidense Barack Obama lo calificó de "atroz" y el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, lo condenó con la máxima "firmeza". Londres se dijo "horrorizado" y Francia también lo criticó duramente.
El viceministro iraní de Interior, Ali Abdolahi, afirmó sin embargo el miércoles que "los equipamientos de los terroristas muestran que son apoyados por servicios de inteligencia de la región y de Estados Unidos".
Estados Unidos clasificó en noviembre a Yundalá como "organización terrorista", una decisión saludada por Teherán.
Las ceremonias de Tasua y de Ashura reúnen a importantes multitudes que participan durante dos días en numerosas procesiones en la calle.
Chabahar está situada en la provincia de Sistán-Baluchistán, fronteriza con Pakistán y Afganistán, donde desde hace diez años se desarrolla una rebelión sangrienta de separatistas sunitas de la minoría balucha, que representa una parte importante de la población de la provincia.
En estos últimos años, varios atentados, reivindicados por Yundalá, atacaron mezquitas chiitas, concentraciones religiosas, militares o civiles en Sistán-Baluchistán.