El general Donald Buluc, comandante de las fuerzas especiales de Estados Unidos en África, sorprendió esta semana a los militares y políticos europeos al reconocer al diario Wall Street Journal que se había creado en Roma un "centro de la coalición para la coordinación" de la intervención.
"Estamos esperando la formación de un gobierno en Libia, no se trata de una 'sala de guerra'", reaccionó el italiano Domenico Rossi, viceministro de Defensa, en su cuenta de Twitter.
Pese a ello, los preparativos ya se iniciaron e Italia, ex potencia colonial, se prepara a coordinarla.
"Estamos coordinando la formación de fuerzas de seguridad y la estabilización de Libia, que operarán cuando se haya formado un gobierno en Libia", precisó la ministra italiana de Defensa, Roberta Pinotti, en una audición la semana pasada ante el Parlamento.
El operativo está en marcha "desde hace varias semanas", reconoció el ministro de Relaciones Exteriores, Paolo Gentiloni, durante una visita a Nueva York esta semana.
"La planificación y la coordinación ha avanzado mucho", aseguró.
Informaciones sobre el tema se han multiplicado en París, Londres y Roma, confirmando que miembros de las fuerzas especiales francesas, estadounidenses y británicas ya se encuentran en Libia.
Según fuentes de prensa de esos países, los soldados no están involucrados en operaciones militares con las fuerzas que lidera el general Jalifa Haftar, leal al gobierno de Tobruk, o de Fajr Libia (Amanecer de Libia), la coalición de milicias islamistas que se convirtió en el brazo armado del gobierno no reconocido internacionalmente de Trípoli.
Su misión es más bien establecer contacto con las fuerzas sobre el terreno, evaluar la situación, proporcionar inteligencia, tal vez armas y medios de comunicación.
Además de los numerosos vuelos de reconocimiento que se han efectuado, el ejército de Estados Unidos ha llevado a cabo al menos dos ataques aéreos en Libia, incluido el del 19 de febrero contra un campamento del grupo yihadista Estado Islámico (EI), cerca de Sabratha, que causó 50 muertos y probablemente mató a uno los líderes de la temida organización.
Mientras tanto, el portaaviones francés Charles de Gaulle se dirige hacia el Mediterráneo, oficialmente para ejercicios conjuntos militares con la armada egipcia.
En Sabratha, un comandante del grupo leal a la coalición Fajr Libia aseguró que soldados británicos llegaron a Misrata para tomar contacto con las milicias.
Según él, está por comenzar la campaña militar para expulsar el grupo EI de Sirte.
La comunidad internacional está preocupada por la presencia cada vez mayor de yihadistas en Sirte. El grupo cuenta con 3.000 a 5.000 combatientes, entre ellos cientos de tunecinos, sudaneses, yemeníes y nigerianos de Boko Haram.
"Es urgente que actuemos", admitió Gentiloni en Nueva York, quien recordó "los errores del pasado", al hacer una alusión a la intervención precipitada francesa, estadounidense y británica en Libia durante la rebelión de 2011.
El EI se ha arraigado en Libia aprovechando el caos en el que está sumido el país desde que esta revuelta expulsó del poder en 2011 a Muamar Gadafi, con apoyo militar de países como Francia, Estados Unidos y Gran Bretaña.
Italia considera indispensable que la nueva intervención cuente con el beneplácito de la ONU y se realice a petición del gobierno internacionalmente reconocido de Libia.
"Es necesario que tengamos un aliado en el terreno", explicó el miércoles a la AFP un funcionario de ministerio de defensa estadounidense.
Por ahora, el gobierno de Tobruk rechaza toda operación que no tenga su consentimiento previo, mientras que el de Trípoli aseguró que tratará toda intervención como una "invasión extranjera".
Lo único claro es que nadie quiere enviar un elevado número de tropas de tierra.
Una intervención para ocupar militarmente Libia "es impensable, absurda, no se ha contemplado y está excluida", sostiene Pinotti.
Para algunos observadores, los ataques aéreos "no son suficientes" y "es necesario" que tropas terrestres, nacionales o internacionales, intervengan, como pide el embajador de Libia en Francia, Alshiabani Abuhamoud.
"Estamos esperando la formación de un gobierno en Libia, no se trata de una 'sala de guerra'", reaccionó el italiano Domenico Rossi, viceministro de Defensa, en su cuenta de Twitter.
Pese a ello, los preparativos ya se iniciaron e Italia, ex potencia colonial, se prepara a coordinarla.
"Estamos coordinando la formación de fuerzas de seguridad y la estabilización de Libia, que operarán cuando se haya formado un gobierno en Libia", precisó la ministra italiana de Defensa, Roberta Pinotti, en una audición la semana pasada ante el Parlamento.
El operativo está en marcha "desde hace varias semanas", reconoció el ministro de Relaciones Exteriores, Paolo Gentiloni, durante una visita a Nueva York esta semana.
"La planificación y la coordinación ha avanzado mucho", aseguró.
Informaciones sobre el tema se han multiplicado en París, Londres y Roma, confirmando que miembros de las fuerzas especiales francesas, estadounidenses y británicas ya se encuentran en Libia.
Según fuentes de prensa de esos países, los soldados no están involucrados en operaciones militares con las fuerzas que lidera el general Jalifa Haftar, leal al gobierno de Tobruk, o de Fajr Libia (Amanecer de Libia), la coalición de milicias islamistas que se convirtió en el brazo armado del gobierno no reconocido internacionalmente de Trípoli.
Su misión es más bien establecer contacto con las fuerzas sobre el terreno, evaluar la situación, proporcionar inteligencia, tal vez armas y medios de comunicación.
Además de los numerosos vuelos de reconocimiento que se han efectuado, el ejército de Estados Unidos ha llevado a cabo al menos dos ataques aéreos en Libia, incluido el del 19 de febrero contra un campamento del grupo yihadista Estado Islámico (EI), cerca de Sabratha, que causó 50 muertos y probablemente mató a uno los líderes de la temida organización.
- "Es urgente que actuemos" -
Mientras tanto, el portaaviones francés Charles de Gaulle se dirige hacia el Mediterráneo, oficialmente para ejercicios conjuntos militares con la armada egipcia.
En Sabratha, un comandante del grupo leal a la coalición Fajr Libia aseguró que soldados británicos llegaron a Misrata para tomar contacto con las milicias.
Según él, está por comenzar la campaña militar para expulsar el grupo EI de Sirte.
La comunidad internacional está preocupada por la presencia cada vez mayor de yihadistas en Sirte. El grupo cuenta con 3.000 a 5.000 combatientes, entre ellos cientos de tunecinos, sudaneses, yemeníes y nigerianos de Boko Haram.
"Es urgente que actuemos", admitió Gentiloni en Nueva York, quien recordó "los errores del pasado", al hacer una alusión a la intervención precipitada francesa, estadounidense y británica en Libia durante la rebelión de 2011.
El EI se ha arraigado en Libia aprovechando el caos en el que está sumido el país desde que esta revuelta expulsó del poder en 2011 a Muamar Gadafi, con apoyo militar de países como Francia, Estados Unidos y Gran Bretaña.
Italia considera indispensable que la nueva intervención cuente con el beneplácito de la ONU y se realice a petición del gobierno internacionalmente reconocido de Libia.
"Es necesario que tengamos un aliado en el terreno", explicó el miércoles a la AFP un funcionario de ministerio de defensa estadounidense.
Por ahora, el gobierno de Tobruk rechaza toda operación que no tenga su consentimiento previo, mientras que el de Trípoli aseguró que tratará toda intervención como una "invasión extranjera".
Lo único claro es que nadie quiere enviar un elevado número de tropas de tierra.
Una intervención para ocupar militarmente Libia "es impensable, absurda, no se ha contemplado y está excluida", sostiene Pinotti.
Para algunos observadores, los ataques aéreos "no son suficientes" y "es necesario" que tropas terrestres, nacionales o internacionales, intervengan, como pide el embajador de Libia en Francia, Alshiabani Abuhamoud.