La nave, pilotada por el suizo Bertrand Piccard, quien se turna en las diferentes etapas con su compatriora André Borschberg, tiene previsto aterrizar el sábado en la ciudad californiana de Mountain View, cerca de San Francisco, tras 59 horas de vuelo e impulsada por sus miles de células fotovoltaicas que le permiten estar en el aire tanto de día como de noche.
"¡Estamos en el aire!", celebró el piloto, de 58 años, momentos después de ascender.
Poco después manifestó en su cuenta de Twitter que "despegar es el momento más excitante, pero también el momento en el que todo lo desconocido está por descubrirse".
El despegue tuvo lugar a las 06H15 locales (16H15 GMT), una hora más tarde de lo previsto, desde el aeropuerto de Kalaeloa, no muy lejos de Honolulu, la capital.
El equipo sacó el avión una primera vez a la pista, pero decidió volver a meterlo en el hangar porque el fuerte viento no garantizaba las condiciones óptimas para llevar a cabo la operación.
Llegado el momento, los técnicos se tomaron su tiempo para hacer las últimas comprobaciones, mientras el piloto aprovechaba para desayunar.
Uno de los meteorólogos del Solar Impulse 2, Luc Trullemans, contó que el ascenso coincidió con la salida del sol, cuando "la velocidad del viento cae".
"La cabina está cerrada. Nos vemos en #SF (San Francisco)! Pensaré en vosotros mientras vuelo para promocionar un #futurolimpio", escribió Piccard en Twitter antes de partir.
Con condiciones meteorológicas favorables, el SI2 despegó "sin una gota de combustible" para un periplo que durará 59 horas hasta el aterrizaje en (el aeropuerto de) Moffert Airfield de Mountain View", explicó Solar Impulse en un comunicado.
Con dos días y medio de vuelo, el Solar Impulse necesita casi diez veces más tiempo que un vuelo comercial ordinario.
A los pocos segundos del despegue, Borschberg dijo estar "muy feliz" de que el avión pudiera reanudar su periplo, tras la incertidumbre por los vientos que retrasaron la operación.
"Estamos muy tranquilos" por esta primera etapa del Solar Impulse en 2016, dijo el piloto, quien evocó "una mezcla de emoción y de técnica". "Todas las mañanas tenemos la incertidumbre acerca de cuánta energía queda en las baterías. Luego con la salida del sol viene el ciclo virtuoso del vuelo sin fin", contó Piccard, citado por Solar Impulse.
El Solar Impulse 2, que mide 72 metros de largo y pesa 2,3 toneladas, tiene el objetivo de dar la vuelta al mundo sin consumir una gota de combustible.
El desafío comenzó el 9 de marzo de 2015 en Abu Dabi, donde está previsto que finalice tras recorrer 35.000 kilómetros.
El proyecto ya hizo historia en julio del año pasado cuando el veterano aviador suizo y cofundador del proyecto André Borschberg, de 63 años, batió el récord de vuelo en solitario al recorrer en cinco días y cinco noches -117 horas y 52 minutos- los 8.900 km que separan la ciudad japonesa de Nagoya y Hawái, la etapa más difícil.
El avión tuvo que aterrizar sin embargo en el archipiélago porque las baterías se recalentaron.
Desde finales de febrero hasta mediados de abril, Borschberg y Piccard realizaron 13 vuelos de prueba que confirmaron el buen funcionamiento del sistema de enfriamiento tras meses de mantenimiento.
Desde el pasado viernes, el equipo esperaba las condiciones meteorológicas adecuadas para retomar el experimento.
El príncipe Alberto de Mónaco, uno de los principales patrocinadores del proyecto, monitorizó toda la operación desde el centro de control en Mónaco.
"Es un sentimiento increíble. Pensamos que deberíamos posponerlo otra vez, pero esto es genial. Hay muy buenas condiciones meteorológicas", explicó.
Tras alcanzar California, la siguiente etapa del Solar Impulse 2 será cruzar el país y llegar a Nueva York, donde se preparará la travesía para cruzar el Atlántico.
"¡Estamos en el aire!", celebró el piloto, de 58 años, momentos después de ascender.
Poco después manifestó en su cuenta de Twitter que "despegar es el momento más excitante, pero también el momento en el que todo lo desconocido está por descubrirse".
El despegue tuvo lugar a las 06H15 locales (16H15 GMT), una hora más tarde de lo previsto, desde el aeropuerto de Kalaeloa, no muy lejos de Honolulu, la capital.
El equipo sacó el avión una primera vez a la pista, pero decidió volver a meterlo en el hangar porque el fuerte viento no garantizaba las condiciones óptimas para llevar a cabo la operación.
Llegado el momento, los técnicos se tomaron su tiempo para hacer las últimas comprobaciones, mientras el piloto aprovechaba para desayunar.
Uno de los meteorólogos del Solar Impulse 2, Luc Trullemans, contó que el ascenso coincidió con la salida del sol, cuando "la velocidad del viento cae".
"La cabina está cerrada. Nos vemos en #SF (San Francisco)! Pensaré en vosotros mientras vuelo para promocionar un #futurolimpio", escribió Piccard en Twitter antes de partir.
Con condiciones meteorológicas favorables, el SI2 despegó "sin una gota de combustible" para un periplo que durará 59 horas hasta el aterrizaje en (el aeropuerto de) Moffert Airfield de Mountain View", explicó Solar Impulse en un comunicado.
Con dos días y medio de vuelo, el Solar Impulse necesita casi diez veces más tiempo que un vuelo comercial ordinario.
A los pocos segundos del despegue, Borschberg dijo estar "muy feliz" de que el avión pudiera reanudar su periplo, tras la incertidumbre por los vientos que retrasaron la operación.
"Estamos muy tranquilos" por esta primera etapa del Solar Impulse en 2016, dijo el piloto, quien evocó "una mezcla de emoción y de técnica". "Todas las mañanas tenemos la incertidumbre acerca de cuánta energía queda en las baterías. Luego con la salida del sol viene el ciclo virtuoso del vuelo sin fin", contó Piccard, citado por Solar Impulse.
- Historia -
El Solar Impulse 2, que mide 72 metros de largo y pesa 2,3 toneladas, tiene el objetivo de dar la vuelta al mundo sin consumir una gota de combustible.
El desafío comenzó el 9 de marzo de 2015 en Abu Dabi, donde está previsto que finalice tras recorrer 35.000 kilómetros.
El proyecto ya hizo historia en julio del año pasado cuando el veterano aviador suizo y cofundador del proyecto André Borschberg, de 63 años, batió el récord de vuelo en solitario al recorrer en cinco días y cinco noches -117 horas y 52 minutos- los 8.900 km que separan la ciudad japonesa de Nagoya y Hawái, la etapa más difícil.
El avión tuvo que aterrizar sin embargo en el archipiélago porque las baterías se recalentaron.
Desde finales de febrero hasta mediados de abril, Borschberg y Piccard realizaron 13 vuelos de prueba que confirmaron el buen funcionamiento del sistema de enfriamiento tras meses de mantenimiento.
Desde el pasado viernes, el equipo esperaba las condiciones meteorológicas adecuadas para retomar el experimento.
El príncipe Alberto de Mónaco, uno de los principales patrocinadores del proyecto, monitorizó toda la operación desde el centro de control en Mónaco.
"Es un sentimiento increíble. Pensamos que deberíamos posponerlo otra vez, pero esto es genial. Hay muy buenas condiciones meteorológicas", explicó.
Tras alcanzar California, la siguiente etapa del Solar Impulse 2 será cruzar el país y llegar a Nueva York, donde se preparará la travesía para cruzar el Atlántico.