El proyecto es parte central de la reforma educacional en curso para acabar con el sistema heredado de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), que redujo a la mitad los recursos públicos asignados a la educación y fomentó el ingreso de los privados.
"Hoy estamos presentando al país una propuesta que fortalece directamente el corazón de la reforma", dijo la presidenta Bachelet, al firmar el proyecto en una ceremonia en el palacio de La Moneda.
La iniciativa establece un aumento salarial de un 28% para los profesores que ingresen a la 'Nueva política Nacional Docente' respecto de la remuneración promedio que recibe hoy un maestro que inicia su carrera, de cerca de 600.000 pesos (970 dólares aproximadamente).
Establece, además, cinco tramos de desempeño, con una permanencia mínima de cuatro años cada uno. A medida que el docente avance, a través de perfeccionamiento técnico, evaluaciones y años de servicio, aumentará también su sueldo.
Igualmente se le dará una asignación especial a los maestros que trabajen en las escuelas más vulnerables.
La iniciativa no es completamente del gusto del Colegio de Profesores: "Tenemos diferencias con las condiciones para entrar a la carrera docente, así como con la evaluación", dijo el presidente del gremio, Jaime Gajardo.
El gobierno calcula que unos 850.000 docentes se podrán adherir al nuevo sistema y tendrá un costo para el fisco de 2.300 millones de dólares.
El proyecto sigue a una ley ya aprobada que elimina la selección de estudiantes y prohíbe la obtención de ganancias en escuelas que reciben aportes del Estado.
Dentro de la reforma en curso, falta aún definir la forma cómo Bachelet responderá a la promesa de instaurar la gratuidad universal para todas las escuelas que reciban aportes del Estado (en las que hoy los padres deben aportar en el pago de aranceles) y a nivel universitario, donde hoy no es posible hacerlo.