
Divididos sobre el destino que quieren dar a Asad, Moscú, aliado del régimen, y Washington, seguían bloqueados. Esto podría sabotear una reunión que quiere organizar el sábado en Ginebra el emisario Kofi Annan para encontrar una solución al conflicto.
En un ataque inédito contra una televisión oficial desde el comienzo de la revuelta el 15 de marzo de 2011, tres personas murieron en un atentado contra la cadena Al Ijbariya en la región de Khan al Chih, cerca de Damasco, según la agencia oficial Sana.
El ministro de la Información Omran al-Zohbi precisó que el edificio fue minado y que las víctimas, periodistas y empleados, habían sido "ejecutados".
Las radios y televisiones públicas sirias son blanco de nuevas sanciones europeas. Bruselas estima que estos medios incitan "a la violencia contra la población civil en Siria" y sirven de "instrumentos de propanganda del régimen".
"Vivimos una verdadera situación de guerra (...) Todas nuestras políticas y todos los sectores deben ser puestos al servicio de la victoria", declaró Asad en la primera reunión del nuevo gobierno el martes.
Sin embargo, Washington afirmó que varios signos mostraban que el régimen Asad perdía "lentamente -demasiado lentamente - su control del país".
Frente a la escalada de violencias, Rusia aceptó participar en una reunión internacional prevista en principio para el sábado, pero pidió que Irán sea también invitado.