El territorio bajo administración británica se sumó así a la disputa entre España, los cazadores de tesoros estadounidenses y algunos países de América Latina, en un caso que remonta a los días del Imperio español.
Mathilde Daireaux Kinsky, una argentina residente en Colombia, afirma que parte de la carga de la nave "Nuestra Señora de la Mercedes", hundida por los ingleses durante una batalla naval en 1804, pertenecía a su antepasado Diego de Alvear y Ponce de León.
Este general español, destinado a los territorios de América, no se encontraba a bordo del buque, pero perdió en su hundimiento a su esposa y a siete de sus hijos, además de sus preciosas monedas de oro, explicó Daireaux a la AFP.
"Nuestra motivación no es monetaria, tratamos de hacer respetar la memoria de mis familiares que murieron a bordo de la Mercedes", afirma esta mujer de 49 años, uno de los seis descendientes que reclaman el tesoro en los tribunales de Gibraltar.
Odyssey Marine Exploration, una empresa estadounidense especializada en la búsqueda de barcos naufragados en alta mar, encontró el tesoro -principalmente monedas de oro y plata acuñadas en los territorios iberoamericanos- en el fondo marino de Portugal en 2007.
La compañía transportó la mayor parte del tesoro hasta Florida, donde tiene su sede, vía Gibraltar, un soleado enclave de pubs británicos y cabinas telefónicas rojas situado en la entrada del Mediterráneo.
Un tribunal estadounidense concedió el mes pasado el tesoro -23 toneladas de monedas y otros objetos valorado en 350 millones de euros (470 millones de dólares)- al gobierno español, que lo trasladó en avión a Madrid.
Pero varios cientos más de monedas de oro y plata se quedaron en las aduanas de Gibraltar, bloqueados durante el proceso judicial, explica Daniel Feetham, abogado de los querellantes.
"Los descendientse presentaron una demanda ante la Corte Suprema de Gibraltar y hay aquí una orden judicial que impide que estas monedas salgan de la jurisdicción", precisó. "De momento no se prevé una audiencia", agregó.
"Muchas personas confunden la importancia de estos bienes porque se trata de monedas. No, todo esto es patrimonio histórico y cultural español y por tanto todo es importante a efectos nuestros", consideró una fuente del ministerio español de Cultura.
La voluntad de España "es que pueda disfrutar de ello el mayor número de personas", aseguró.
El tribunal estadounidense dictó que el tesoro pertenece a España por leyes de soberanía, pero los querellantes insisten en que se trataba de un buque comercial que trasportaba una carga que pertenecía a sus antepasados.
Y para reclamar lo que le falta del Tesoro, España tendría que batallar ante la justicia de Gibraltar, una perspectiva complicada por desacuerdos diplomáticos entre Londres y Madrid.
España cedió Gibraltar a Gran Bretaña en 1713 pero reclama desde hace tiempo que se le devuelva su soberanía, lo que Londres se niega a hacer contra el deseo de los gibraltareños.
Paradoja del destino, dos siglos después de que Gran Bretaña hundiera el "Nuestra Señora de las Mercedes", y a sus antepasados con él, estos descendientes ponen sus esperanzas en un tribunal de territorio británico, señala uno de ellos, Rafael Mariano Fernández De Lavalle.
Este colombiano afirma que España nunca cumplió su promesa de compensar por la pérdida a su ancestro, José Antonio De Lavalle y Cortés.
"Este proceso jurídico, a diferencia de lo que se piensa en España, no ha terminado, en Gibraltar pelearemos hasta que tengamos aliento y tenemos fe en su justicia y en sus estamentos públicos", asegura.
Mathilde Daireaux Kinsky, una argentina residente en Colombia, afirma que parte de la carga de la nave "Nuestra Señora de la Mercedes", hundida por los ingleses durante una batalla naval en 1804, pertenecía a su antepasado Diego de Alvear y Ponce de León.
Este general español, destinado a los territorios de América, no se encontraba a bordo del buque, pero perdió en su hundimiento a su esposa y a siete de sus hijos, además de sus preciosas monedas de oro, explicó Daireaux a la AFP.
"Nuestra motivación no es monetaria, tratamos de hacer respetar la memoria de mis familiares que murieron a bordo de la Mercedes", afirma esta mujer de 49 años, uno de los seis descendientes que reclaman el tesoro en los tribunales de Gibraltar.
Odyssey Marine Exploration, una empresa estadounidense especializada en la búsqueda de barcos naufragados en alta mar, encontró el tesoro -principalmente monedas de oro y plata acuñadas en los territorios iberoamericanos- en el fondo marino de Portugal en 2007.
La compañía transportó la mayor parte del tesoro hasta Florida, donde tiene su sede, vía Gibraltar, un soleado enclave de pubs británicos y cabinas telefónicas rojas situado en la entrada del Mediterráneo.
Un tribunal estadounidense concedió el mes pasado el tesoro -23 toneladas de monedas y otros objetos valorado en 350 millones de euros (470 millones de dólares)- al gobierno español, que lo trasladó en avión a Madrid.
Pero varios cientos más de monedas de oro y plata se quedaron en las aduanas de Gibraltar, bloqueados durante el proceso judicial, explica Daniel Feetham, abogado de los querellantes.
"Los descendientse presentaron una demanda ante la Corte Suprema de Gibraltar y hay aquí una orden judicial que impide que estas monedas salgan de la jurisdicción", precisó. "De momento no se prevé una audiencia", agregó.
"Muchas personas confunden la importancia de estos bienes porque se trata de monedas. No, todo esto es patrimonio histórico y cultural español y por tanto todo es importante a efectos nuestros", consideró una fuente del ministerio español de Cultura.
La voluntad de España "es que pueda disfrutar de ello el mayor número de personas", aseguró.
El tribunal estadounidense dictó que el tesoro pertenece a España por leyes de soberanía, pero los querellantes insisten en que se trataba de un buque comercial que trasportaba una carga que pertenecía a sus antepasados.
Y para reclamar lo que le falta del Tesoro, España tendría que batallar ante la justicia de Gibraltar, una perspectiva complicada por desacuerdos diplomáticos entre Londres y Madrid.
España cedió Gibraltar a Gran Bretaña en 1713 pero reclama desde hace tiempo que se le devuelva su soberanía, lo que Londres se niega a hacer contra el deseo de los gibraltareños.
Paradoja del destino, dos siglos después de que Gran Bretaña hundiera el "Nuestra Señora de las Mercedes", y a sus antepasados con él, estos descendientes ponen sus esperanzas en un tribunal de territorio británico, señala uno de ellos, Rafael Mariano Fernández De Lavalle.
Este colombiano afirma que España nunca cumplió su promesa de compensar por la pérdida a su ancestro, José Antonio De Lavalle y Cortés.
"Este proceso jurídico, a diferencia de lo que se piensa en España, no ha terminado, en Gibraltar pelearemos hasta que tengamos aliento y tenemos fe en su justicia y en sus estamentos públicos", asegura.