
Bart de Wever, a la izquierda, habla con el rey Alberto II de Bélgica, en una imagen de archivo.
Alberto II recibió a di Rupo en su casa de campo, y aún no informó oficialmente sobre su decisión.
El rey pidió a los seis partidos que participan en las negociaciones que "midan las consecuencias de este fracaso" y que "busquen activamente una solución", después de una crisis política que ya dura 526 días, de acuerdo con un comunicado divulgado por el palacio.
El soberano belga "recuerda la gravedad de la situación actual y destaca que la defensa del interés general de todos los belgas y los asociados europeos necesitan una resolución rápida de la crisis política".
Por su parte, di Rupo pidió al rey ser relevado de sus funciones de "formador" de un nuevo gobierno después de una última reunión con los seis partidos (tres flamencos y tres valones) que hacían parte de la coalición encargada de formar un nuevo gobierno.
Las negociaciones fueron suspendidas en la noche del domingo al lunes en un escenario de constantes desacuerdos sobre las medidas presupuestarias a tomar para llevar el déficit público a 3% del PIB en 2012, en lugar del 4,6% previsto.
Di Rupo, líder del francófono Partido Socialista, había recibido el pasado 21 de julio de manos del rey la responsabilidad de iniciar las negociaciones para formar un gobierno, algo que ha sido imposible desde las elecciones legislativas de junio de 2010. Uno de los mayores obstáculos para la formación del gobierno ha sido la falta de acuerdo de Di Rupo y el resto de partidos valones con el N-VA, el mayor partido flamenco, dirigido por Bart De Wever.
En el compás de espera, Bélgica continuará administrada por un gabinete encargado de asuntos corrientes dirigido por el demócrata cristiano flamenco Yves Leterme.
El rey pidió a los seis partidos que participan en las negociaciones que "midan las consecuencias de este fracaso" y que "busquen activamente una solución", después de una crisis política que ya dura 526 días, de acuerdo con un comunicado divulgado por el palacio.
El soberano belga "recuerda la gravedad de la situación actual y destaca que la defensa del interés general de todos los belgas y los asociados europeos necesitan una resolución rápida de la crisis política".
Por su parte, di Rupo pidió al rey ser relevado de sus funciones de "formador" de un nuevo gobierno después de una última reunión con los seis partidos (tres flamencos y tres valones) que hacían parte de la coalición encargada de formar un nuevo gobierno.
Las negociaciones fueron suspendidas en la noche del domingo al lunes en un escenario de constantes desacuerdos sobre las medidas presupuestarias a tomar para llevar el déficit público a 3% del PIB en 2012, en lugar del 4,6% previsto.
Di Rupo, líder del francófono Partido Socialista, había recibido el pasado 21 de julio de manos del rey la responsabilidad de iniciar las negociaciones para formar un gobierno, algo que ha sido imposible desde las elecciones legislativas de junio de 2010. Uno de los mayores obstáculos para la formación del gobierno ha sido la falta de acuerdo de Di Rupo y el resto de partidos valones con el N-VA, el mayor partido flamenco, dirigido por Bart De Wever.
En el compás de espera, Bélgica continuará administrada por un gabinete encargado de asuntos corrientes dirigido por el demócrata cristiano flamenco Yves Leterme.