
Belice
"Estamos dispuestos a demostrar buena fe si, a su vez, se obtiene de los tenedores de bonos reciprocidad (...) las discusiones proceden de una manera que me hace sentir que hay una buena base para tener un optimismo prudente, cauteloso", dijo Barrow en el aeropuerto de Ciudad de Belice al retornar de un viaje personal de cinco días.
Belice, pequeño país centroamericano que vive del turismo, tenía hasta este miércoles un periodo de gracia para pagar un cupón de 23,5 millones de dólares que incumplió el 20 de agosto, argumentando que los intereses del "superbono" se duplicaron, del 4,25% a 8,5% este año.
"No ha habido ningún pago parcial todavía. Hemos estado hablando de la posibilidad de un pago parcial. La fecha límite y el desencadenamiento de un default no tiene consecuencias prácticas importantes" para el país, afirmó Barrow en declaraciones a la AFP y a dos medios beliceños.
-- Bicoca... pero pesada --
La falta de pago supone un incumplimiento de los compromisos de la mitad de la deuda pública de 1.100 millones de dólares, casi 80% de su Producto Interno Bruto (PIB), una bicoca comparada con los 80.000 millones del default de Argentina, aunque pesada carga para un país de 22.966 km2 y 330.000 habitantes.
Analistas, empresarios y opositores califican como "dura" la posición del gobierno, pues ofreció a los acreedores reprogramar la deuda a medio siglo, con 15 de gracia y una tasa de 2%.
Aunque Barrow minimiza el fin del periodo de gracia al señalar que su país no planea pedir préstamos comerciales, varios sectores ven con angustia un default, más allá de una larga batalla legal con los acreedores.
En lo que sería primera crisis de deuda soberana de un país de América en el marco de la actual crisis mundial, Belice debería encarar las consecuencias inmediatas de una rebaja de nota por parte de las agencias calificadoras de riesgo.
"El punto no es que al gobierno no le preocupe un default (...). Es la imagen negativa del país: los inversionistas extranjeros perderán confianza y nuestros empresarios oportunidades de negocio. No podemos dejar que la economía se vaya al infierno", dijo a AFP el número dos de la oposición, Julius Espat.
Para el empresario Richard Harrison, con inversiones en alimentos y turismo, el país vive con "visión de corto plazo", al vaivén de un sistema bipartidista y una economía basada en un "turismo de poco valor y calidad", en vez de buscar "aumentar la producción y productividad".
"Esta crisis debería de llevarnos a un cambio serio. Ya tocamos el piso. Belice no es Argentina, no tiene poder de negociación. Debemos pagar para cuidar el nombre. Y a los acreedores les conviene un acuerdo porque... ¿Qué van a hacer? ¿Llevarse un arrecife?", dijo Harrison a la AFP.
--¡This is very hard, man!--
La pequeña economía de Belice, en la que el turismo representa un 25%, crece a un ritmo de 2%, exporta productos por apenas 600 millones de dólares, e importa por 780 millones.
"Cómo vamos a pagar si sólo estamos creciendo 2% anual. El gobierno debe de pagar y estimular la economía", dijo a la AFP la presidenta de la Cámara de Comercio de Belice, Kay Menzies, mientras los sindicatos temen que la crisis de la deuda afecte el régimen de pensiones de los trabajadores.
Barrow, que llegó al poder en 2008 y fue reelecto en 2012 por el Partido Democrático Unido (PDU, centro derecha), responsabiliza a la crisis mundial, al alza en los precios del petróleo y a su antecesor Said Musa, del Partido Unidad Popular (PUP, socialdemócrata), de disparar la deuda.
Los beliceños culpan a ambos. Mientras preparan la fiesta nacional del viernes, cuando la antigua colonia británica cumple 31 años de independencia, se quejan del desempleo -15%-, del costo de seis dólares el galón de gasolina (3,8 litros) y del aumento de la inseguridad.
"Lo que nos preocupa es que ha bajado el turismo. No hay trabajo y sí mucho delincuente, mucho crimen; el arroz, los huevos y la gasolina son muy caros, dijo Luis Martínez, taxista de 27 años que como muchos beliceños hablan inglés y español.
¡Estamos jodidos. This is very hard, man!", resumió.
Belice, pequeño país centroamericano que vive del turismo, tenía hasta este miércoles un periodo de gracia para pagar un cupón de 23,5 millones de dólares que incumplió el 20 de agosto, argumentando que los intereses del "superbono" se duplicaron, del 4,25% a 8,5% este año.
"No ha habido ningún pago parcial todavía. Hemos estado hablando de la posibilidad de un pago parcial. La fecha límite y el desencadenamiento de un default no tiene consecuencias prácticas importantes" para el país, afirmó Barrow en declaraciones a la AFP y a dos medios beliceños.
-- Bicoca... pero pesada --
La falta de pago supone un incumplimiento de los compromisos de la mitad de la deuda pública de 1.100 millones de dólares, casi 80% de su Producto Interno Bruto (PIB), una bicoca comparada con los 80.000 millones del default de Argentina, aunque pesada carga para un país de 22.966 km2 y 330.000 habitantes.
Analistas, empresarios y opositores califican como "dura" la posición del gobierno, pues ofreció a los acreedores reprogramar la deuda a medio siglo, con 15 de gracia y una tasa de 2%.
Aunque Barrow minimiza el fin del periodo de gracia al señalar que su país no planea pedir préstamos comerciales, varios sectores ven con angustia un default, más allá de una larga batalla legal con los acreedores.
En lo que sería primera crisis de deuda soberana de un país de América en el marco de la actual crisis mundial, Belice debería encarar las consecuencias inmediatas de una rebaja de nota por parte de las agencias calificadoras de riesgo.
"El punto no es que al gobierno no le preocupe un default (...). Es la imagen negativa del país: los inversionistas extranjeros perderán confianza y nuestros empresarios oportunidades de negocio. No podemos dejar que la economía se vaya al infierno", dijo a AFP el número dos de la oposición, Julius Espat.
Para el empresario Richard Harrison, con inversiones en alimentos y turismo, el país vive con "visión de corto plazo", al vaivén de un sistema bipartidista y una economía basada en un "turismo de poco valor y calidad", en vez de buscar "aumentar la producción y productividad".
"Esta crisis debería de llevarnos a un cambio serio. Ya tocamos el piso. Belice no es Argentina, no tiene poder de negociación. Debemos pagar para cuidar el nombre. Y a los acreedores les conviene un acuerdo porque... ¿Qué van a hacer? ¿Llevarse un arrecife?", dijo Harrison a la AFP.
--¡This is very hard, man!--
La pequeña economía de Belice, en la que el turismo representa un 25%, crece a un ritmo de 2%, exporta productos por apenas 600 millones de dólares, e importa por 780 millones.
"Cómo vamos a pagar si sólo estamos creciendo 2% anual. El gobierno debe de pagar y estimular la economía", dijo a la AFP la presidenta de la Cámara de Comercio de Belice, Kay Menzies, mientras los sindicatos temen que la crisis de la deuda afecte el régimen de pensiones de los trabajadores.
Barrow, que llegó al poder en 2008 y fue reelecto en 2012 por el Partido Democrático Unido (PDU, centro derecha), responsabiliza a la crisis mundial, al alza en los precios del petróleo y a su antecesor Said Musa, del Partido Unidad Popular (PUP, socialdemócrata), de disparar la deuda.
Los beliceños culpan a ambos. Mientras preparan la fiesta nacional del viernes, cuando la antigua colonia británica cumple 31 años de independencia, se quejan del desempleo -15%-, del costo de seis dólares el galón de gasolina (3,8 litros) y del aumento de la inseguridad.
"Lo que nos preocupa es que ha bajado el turismo. No hay trabajo y sí mucho delincuente, mucho crimen; el arroz, los huevos y la gasolina son muy caros, dijo Luis Martínez, taxista de 27 años que como muchos beliceños hablan inglés y español.
¡Estamos jodidos. This is very hard, man!", resumió.