Lo que realmente nos asombró fueron las argumentaciones que diera el señor subsecretario del Ministerio de Vivienda, en relación a la elección del tipo de materiales para su construcción.
Su fundamento se centró en que este tipo de casas se hacen en menos tiempo que las convencionales y que tienen un costo de US$ 500 por metro cuadrado. Y que este costo era la mitad de lo que cuesta la convencional (U$S 1.000 por m2).
Al construirlas en menos tiempo – manifestó – se ahorraba mucha mano de obra, cargas sociales y aportes al BPS.
Parece insólito que el gobierno evalúe costos de aquellas iniciativas que toma, poniendo el énfasis precisamente en lo que es pagar a los obreros.
Luego fue consultado sobre los posibles accidentes a causa de incendios y manifestó que se construirían medianeras de material para que si se desatan el fuego no se propague.
Muy desafortunadas las declaraciones del Sr. Sub Secretario.
En primer lugar, porque la primera declaración no es válida para quién necesita trabajar. Además, existen mecanismos de exoneraciones que el gobierno tiene muy al alcance, que favorecerían el trabajo de muchos uruguayos y mejorarían el producto, ya que es más que conocido que estas casas tienen un tiempo de vida muy corto. Y más aún cuando no tienen el mantenimiento adecuado.
En segundo lugar, porque un muro de material no evita un incendio proveniente de un chispazo o de una garrafa.
Esperemos que no forme parte del proyecto el volver a importar a aquellas casas de madera que oportunamente fueron exportadas a Venezuela, en el gobierno del Dr. Tabaré Vázquez.