El éxodo fue posible gracias al levantamiento parcial del toque de queda impuesto en los últimos días por los militares en Waziristán del Norte.
El ejército lanzó el domingo una operación en Waziristán del Norte para destruir los centros de rebeldes islamistas, acusados de cometer varios atentados en esta región fronteriza con Afganistán y que desde 2001 se ha convertido en su bastión principal.
Las autoridades anunciaron el levantamiento del toque de queda en varias localidades de la zona "para permitir que los civiles locales vayan a lugares seguros", indicó a la AFP un responsable de los servicios de seguridad.
El miércoles, el jueves y o viernes, según las localidades, los civiles estarán autorizados a abandonar sus casas. Este miércoles miles de automóviles y camiones empezaron a salir de Bannu, en la entrada de Waziristán del Norte, para ir a buscar a los civiles y sacarlos de la zona.
El ejército espera ahora la salida de los civiles para volver a imponer el toque de queda, desplegar tropas terrestres y "limpiar" la región, según los responsables locales.
Según el ejército paquistaní, desde que empezó la ofensiva hace tres días, han muerto cerca de 200 combatientes rebeldes, un balance imposible de verificar por el momento con fuentes independientes.
Las dos principales ciudad de Waziristán del Norte, Miranshah y Mir Ali, "ya están listas y la infantería llegará cuando se hayan ido los civiles", dijo un responsable local de los servicios de seguridad.
"La estrategia es limpiar todo el Waziristán del Norte. Tomará tiempo, no sé cuanto, pero iremos hasta el final y no tendremos piedad", añadió.
Los aliados de Pakistán, empezando por Estados Unidos, que este miércoles reanudó sus ataques con drones en la zona, llevaban mucho tiempo pidiendo una operación militar.
El objetivo es erradicar a los talibanes de este bastión que les sirve de base en su guerra contra el gobierno de Afganistán y sus aliados occidentales.