Una manifestante, en Chile.
Escolares, universitarios y profesores marcharon por la céntrica avenida Alameda en demanda de un aumento del gasto público destinado a la educación, que hoy alcanza a cerca del 4,4% del PIB chileno, frente a 7% recomendado por la UNESCO.
La protesta encuentra hoy al presidente Sebastián Piñera con su peor nivel de respaldo popular (36%) desde que asumió el gobierno hace 15 meses, según sondeos, en medio de una renovada efervescencia ciudadana.
Los manifestantes se reunieron poco antes del mediodía en la Plaza Italia de Santiago, tradicional punto de encuentro y celebraciones deportivas, para marchar luego entre festivos cánticos, batucadas y centenares de banderas y pancartas hasta las cercanías del palacio presidencial de La Moneda y el Ministerio de Educación.
La manifestación, cuya antesala fue otra marcha el miércoles que reunió a 7.000 escolares, logró copar varias cuadras de la céntrica Alameda al lograr la asistencia masiva de estudiantes de colegios y universidades públicas y privadas, además de profesores y personal académico.
La marcha se desarrolló de forma pacífica hasta que, al final, se produjeron algunos disturbios.
En otras ciudades de Chile, como Valparaíso, Concepción y Temuco, se reunieron otras miles de personas, para completar una de las mayores convocatorias de los últimos años tras la llamada 'Revolución de los Pingüinos' de 2006, que logró poner en jaque al entonces gobierno de la socialista Michelle Bachelet, que tuvo en la educación la mayor piedra en zapato.
Tal como en 2006, estudiantes y profesores exigen que el Estado recupere su rol, perdido tras una serie de medidas tomadas por la dictadura de Augusto Pinochet, que paulatinamente fue restando recursos a la educación: al inicio de su régimen, en 1973, alcanzaban al 7% del PIB; al final de la dictadura la cifra llegaba al 2,4%.
La educación sigue siendo la nota disonante del exitoso modelo económico chileno, que este año se estima que crecerá en torno a 6%.
"El movimiento cada vez tiene más transversalidad. Somos un movimiento legítimo porque apelamos a un derecho fundamental que en Chile no está garantizado", que es el derecho a la educación de calidad, dijo la líder estudiantil, Camila Vallejo.
Los escolares exigen que el Estado retome la administración de los colegios públicos y mixtos (con aporte estatal), en los que estudia cerca de 90% de los estudiantes chilenos y en manos de los municipios desde 1990, que acusan problemas de gestión y financiamiento.
Los universitarios, por su parte, piden que la educación vuelva a ser gratuita tal como lo fue en la década de los años setenta. Chile cuenta hoy con cerca de un millón de universitarios, 80% de los cuales estudian en instituciones privadas creadas a partir de 1981, durante la dictadura.
En ambos casos los aranceles son altos y los créditos que se ofrecen para pagarlos tienen también altos intereses, mientras que el acceso a becas es reducido, lo que provoca un alto endeudamiento entre los egresados.
"El sistema educacional tiene un esquema muy mercantilizado y diferenciado, acceden a mayor calidad quienes van a instituciones pagadas", explicó a la AFP Juan Eduardo García Huidobro, decano de la facultad de Educación de la Universidad Alberto Hurtado.
"Existe una privatización enorme porque los alumnos deben pagar en muchos casos por educación deficiente y no todos logran la misma educación", agregó el experto.
La inequidad se repite en la educación escolar, según García Huidobro, para quien "hay una brecha importante" entre el rendimiento de los colegios públicos y privados.
La protesta encuentra hoy al presidente Sebastián Piñera con su peor nivel de respaldo popular (36%) desde que asumió el gobierno hace 15 meses, según sondeos, en medio de una renovada efervescencia ciudadana.
Los manifestantes se reunieron poco antes del mediodía en la Plaza Italia de Santiago, tradicional punto de encuentro y celebraciones deportivas, para marchar luego entre festivos cánticos, batucadas y centenares de banderas y pancartas hasta las cercanías del palacio presidencial de La Moneda y el Ministerio de Educación.
La manifestación, cuya antesala fue otra marcha el miércoles que reunió a 7.000 escolares, logró copar varias cuadras de la céntrica Alameda al lograr la asistencia masiva de estudiantes de colegios y universidades públicas y privadas, además de profesores y personal académico.
La marcha se desarrolló de forma pacífica hasta que, al final, se produjeron algunos disturbios.
En otras ciudades de Chile, como Valparaíso, Concepción y Temuco, se reunieron otras miles de personas, para completar una de las mayores convocatorias de los últimos años tras la llamada 'Revolución de los Pingüinos' de 2006, que logró poner en jaque al entonces gobierno de la socialista Michelle Bachelet, que tuvo en la educación la mayor piedra en zapato.
Tal como en 2006, estudiantes y profesores exigen que el Estado recupere su rol, perdido tras una serie de medidas tomadas por la dictadura de Augusto Pinochet, que paulatinamente fue restando recursos a la educación: al inicio de su régimen, en 1973, alcanzaban al 7% del PIB; al final de la dictadura la cifra llegaba al 2,4%.
La educación sigue siendo la nota disonante del exitoso modelo económico chileno, que este año se estima que crecerá en torno a 6%.
"El movimiento cada vez tiene más transversalidad. Somos un movimiento legítimo porque apelamos a un derecho fundamental que en Chile no está garantizado", que es el derecho a la educación de calidad, dijo la líder estudiantil, Camila Vallejo.
Los escolares exigen que el Estado retome la administración de los colegios públicos y mixtos (con aporte estatal), en los que estudia cerca de 90% de los estudiantes chilenos y en manos de los municipios desde 1990, que acusan problemas de gestión y financiamiento.
Los universitarios, por su parte, piden que la educación vuelva a ser gratuita tal como lo fue en la década de los años setenta. Chile cuenta hoy con cerca de un millón de universitarios, 80% de los cuales estudian en instituciones privadas creadas a partir de 1981, durante la dictadura.
En ambos casos los aranceles son altos y los créditos que se ofrecen para pagarlos tienen también altos intereses, mientras que el acceso a becas es reducido, lo que provoca un alto endeudamiento entre los egresados.
"El sistema educacional tiene un esquema muy mercantilizado y diferenciado, acceden a mayor calidad quienes van a instituciones pagadas", explicó a la AFP Juan Eduardo García Huidobro, decano de la facultad de Educación de la Universidad Alberto Hurtado.
"Existe una privatización enorme porque los alumnos deben pagar en muchos casos por educación deficiente y no todos logran la misma educación", agregó el experto.
La inequidad se repite en la educación escolar, según García Huidobro, para quien "hay una brecha importante" entre el rendimiento de los colegios públicos y privados.