Cinco años después de Gezi, Erdogan alimenta teorías conspirativas


Estambul. - El extenso parque Emirgan es popular entre los habitantes de Estambul por sus tulipanes y sus pabellones históricos, mientras que el parque Yildiz es conocido por el palacio que hizo construir el sultán Selim III y que hoy ocupa el presidente Recep Tayyip Erdogan. Pero fuera de las fronteras de Turquía el más famoso es otro, que no es grande ni especialmente bonito: el parque Gezi.



Manifestantes turcos, hace cinco años
Manifestantes turcos, hace cinco años
Este jueves se cumplen cinco años del inicio allí de las protestas contra Erdogan. Pero en vez de verse debilitado, el presidente fue ampliando cada vez más su poder desde entonces, aunque últimamente parece algo menos afianzado en su sillón.
En la zona verde junto a la plaza de Taksim, en el corazón de la ciudad, las autoridades planeaban construir un centro comercial inspirado en los antiguos cuarteles otomanos. El 27 de mayo de 2013 se reunieron unas 50 personas que apoyaban una iniciativa pacífica para impedir la tala de cientos de árboles, pero la situación escaló el día 31, cuando la Policía desmontó con violencia el campamento de protesta.
El accionar brutal de la Policía contribuyó a que la iniciativa local se convirtiera en una ola de protestas más grande que en las semanas siguientes se extendió a toda Turquía y que acabó costándole la vida a siete personas.
Erdogan ha acabado poniendo su sello personal a Taksim. En uno de sus extremos está siendo demolido el Centro Cultural Atatürk, aunque será reconstruido. En el otro los trabajadores están levantando una gran mezquita de estilo otomano. Eso sí, los árboles siguen en pie en el parque Gezi y los niños juegan en la pequeña plaza. En los bancos situados junto a una fuente en el centro, varias personas leen la prensa. El Café Gezi ofrece té y café turco, en una imagen idílica que podría resultar engañosa.
Porque el presidente nunca ha acabado de aceptar que sus planes de construcción se frustraran entonces por la oposición de sus críticos. Hace casi dos años aseguró que levantarían "esa obra histórica".
Mücella Yapici, arquitecta y cofundadora de la Plataforma de Solidaridad Taksim, cree sin embargo que aunque desaparezca el parque Gezi, lo que no se irá es "el miedo de Erdogan" a ser vulnerable. "Aunque construya, Gezi permanecerá".
En opinión de Erdogan y de sus simpatizantes, el movimiento de protesta fue un complot contra su Gobierno. Uno de los líderes de las teorías de la conspiración fue Yigit Bulut, asesor del presidente, que aseguró que Alemania y la aerolínea Lufthansa estaban detrás de las manifestaciones. El objetivo: impedir la construcción del nuevo aeropuerto de Estambul porque sería una competencia para el de Fráncfort, principal centro de funcionamiento de Lufthansa.
El nuevo aeropuerto de Estambul será inaugurado el próximo otoño (boreal) y las teorías de la conspiración siguen en auge en Turquía. Hace unos días Erdogan aseguró en un encuentro con empresarios en Ankara que los culpables de la inflación de dos dígitos que sufre el país desde hace tiempo son los países occidentales y no su política económica.
"La inflación había bajado a un dígito. ¿Y qué hizo entonces Occidente? Iniciar las protestas de Gezi", afirmó.
En las elecciones del 24 de junio se verá si los electores le creen, cuando se votará por primera vez simultáneamente un nuevo Parlamento y al presidente. La situación económica no va bien y la lira turca lleva perdiendo valor desde principios de año. Las encuestas dan a Erdogan como favorito, pero no está claro que obtenga una mayoría absoluta en la primera ronda o si tendrá que ir a una segunda vuelta el 8 de julio.
Martes, 29 de Mayo 2018
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
           


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