La máxima corte estadounidense terminó las discusiones empatada en cuatro votos, en un cuadro que el propio presidente Obama calificó como "desolador" para millones de inmigrantes que "hicieron sus vidas aquí" y esperaban salir de la irregularidad gracias a esos decretos.
"Pienso que es desolador para los millones de inmigrantes que hicieron sus vidas aquí, que criaron a sus familias aquí y que tienen esperanza en la oportunidad de trabajar, pagar sus impuestos, servir en las fuerzas armadas y contribuir con este país que todos amamos", dijo el mandatario desde la Casa Blanca.
La Corte quedó con sólo ocho integrantes en febrero de este año a raíz de la muerte del juez conservador Antonin Scalia.
Obama nominó rápidamente al juez Merrick Garland para ocupar el asiento vacante, pero el opositor partido Republicano decidió bloquear cualquier tentativa de votación de confirmación en el Senado antes de las elecciones presidenciales de noviembre.
Paralizado por un Congreso hostil a una prometida reforma migratoria, Obama había anunciado en diciembre de 2014 un ambicioso paquete de decretos con medidas de alivio para millones de extranjeros en situación irregular.
Entre esas medidas se contemplaba una interrupción de las deportaciones y la extensión de los beneficios de un programa especial de regularización de la situación legal a los padres y madres de jóvenes que ya habían pasado por un proceso similar a partir de 2008.
Sin embargo, varios estados del país lograron en enero de 2015 que un tribunal de apelaciones de Nueva Orleans bloqueara las medidas, alegando que Obama se había excedido en sus atribuciones constitucionales al firmar los decretos, fallo que ante el empate en la Suprema Corte sigue en pie.
En un año de elecciones presidenciales, la cuestión migratoria se tornó en un tema particularmente sensible.
Esto no solo por el firme rechazo del partido Republicano a discutir cualquier reforma del sistema migratorio, sino también porque el virtual candidato presidencial por ese partido, el millonario Donald Trump, convirtió a la migración en uno de los temas centrales de su campaña.
Trump defiende la expulsión de los aproximadamente 11 millones de inmigrantes que viven en Estados Unidos en situación irregular, y además la construcción de un gigantesco muro en la frontera con México.
"Es mi convicción que la inmigración no es algo que debamos temer. No tenemos que amurallarnos de aquellos que no lucen como nosotros o rezan como nosotros o tienen apellido diferente, porque ser un estadounidense es algo más que eso", señaló el mandatario.
En una nota oficial, Trump saludó que el voto de la Corte permite mantener el bloqueo a "una de las acciones más inconstitucionales adoptadas por un presidente", ya que los decretos "barren con leyes sobre migración escritas por el Congreso".
En la red social Twitter, Trump apuntó que la "Suprema Corte nos ha mantenido a salvo de la amnistía migratoria... por el momento".
Casi de inmediato, defensores de una amplia reforma migratoria expresaron su profunda decepción ante la incapacidad de la Corte Suprema de tomar una decisión sobre las medidas de alivio migratorio.
El Secretario de Seguridad Interna, Jeh Johson, dijo sentirse "decepcionado" por el voto en la Corte Suprema pero añadió que permanece "comprometido" con la necesidad de "arreglar nuestro quebrado sistema migratorio".
"Es un retraso para millones de familias, familias de estatus mixto y ciudadanos estadounidenses que permanecerán viviendo con miedo de ser separados de sus seres queridos", se lamentó César Blanco, director interino del movimiento Latino Victory Project.
Por su parte, el senador Harry Reid, jefe del bloque del partido Demócrata en esa cámara del Congreso, dijo que la decisión "dividida de hoy no clasificó al programa como inconstitucional. Sin embargo, destacó cómo una Suprema Corte incompleta no puede dar justicia al pueblo estadounidense".
En tanto, el senador Bernie Sanders, quien disputó la candidatura presidencial demócrata dijo que el voto de la Suprema Corte "significa que más de cuatro millones de personas que aspiran a ser estadounidenses quedarán esperando por las respuestas" y que era necesario "asegurar que millones de familias no son separadas por deportaciones injustas".
El congresista Xavier Becerra, lamentó amargamente lo occurido. Hijo de una inmigante mexicana, Becerra espresó que "nuestra lucha no ha terminado".
A su vez, Eddie Vale, vicepresidente del grupo American Bridge, lamentó que la oposición Republicana pretenda dejar a la Corte Suprema con ocho miembros en espera de un juez propuesto por Trump, "el hombre que quiere deportar a 11 millones de personas".
"Pienso que es desolador para los millones de inmigrantes que hicieron sus vidas aquí, que criaron a sus familias aquí y que tienen esperanza en la oportunidad de trabajar, pagar sus impuestos, servir en las fuerzas armadas y contribuir con este país que todos amamos", dijo el mandatario desde la Casa Blanca.
La Corte quedó con sólo ocho integrantes en febrero de este año a raíz de la muerte del juez conservador Antonin Scalia.
Obama nominó rápidamente al juez Merrick Garland para ocupar el asiento vacante, pero el opositor partido Republicano decidió bloquear cualquier tentativa de votación de confirmación en el Senado antes de las elecciones presidenciales de noviembre.
Paralizado por un Congreso hostil a una prometida reforma migratoria, Obama había anunciado en diciembre de 2014 un ambicioso paquete de decretos con medidas de alivio para millones de extranjeros en situación irregular.
Entre esas medidas se contemplaba una interrupción de las deportaciones y la extensión de los beneficios de un programa especial de regularización de la situación legal a los padres y madres de jóvenes que ya habían pasado por un proceso similar a partir de 2008.
Sin embargo, varios estados del país lograron en enero de 2015 que un tribunal de apelaciones de Nueva Orleans bloqueara las medidas, alegando que Obama se había excedido en sus atribuciones constitucionales al firmar los decretos, fallo que ante el empate en la Suprema Corte sigue en pie.
- Asunto sensible -
En un año de elecciones presidenciales, la cuestión migratoria se tornó en un tema particularmente sensible.
Esto no solo por el firme rechazo del partido Republicano a discutir cualquier reforma del sistema migratorio, sino también porque el virtual candidato presidencial por ese partido, el millonario Donald Trump, convirtió a la migración en uno de los temas centrales de su campaña.
Trump defiende la expulsión de los aproximadamente 11 millones de inmigrantes que viven en Estados Unidos en situación irregular, y además la construcción de un gigantesco muro en la frontera con México.
"Es mi convicción que la inmigración no es algo que debamos temer. No tenemos que amurallarnos de aquellos que no lucen como nosotros o rezan como nosotros o tienen apellido diferente, porque ser un estadounidense es algo más que eso", señaló el mandatario.
En una nota oficial, Trump saludó que el voto de la Corte permite mantener el bloqueo a "una de las acciones más inconstitucionales adoptadas por un presidente", ya que los decretos "barren con leyes sobre migración escritas por el Congreso".
En la red social Twitter, Trump apuntó que la "Suprema Corte nos ha mantenido a salvo de la amnistía migratoria... por el momento".
- Enérgicas reacciones -
Casi de inmediato, defensores de una amplia reforma migratoria expresaron su profunda decepción ante la incapacidad de la Corte Suprema de tomar una decisión sobre las medidas de alivio migratorio.
El Secretario de Seguridad Interna, Jeh Johson, dijo sentirse "decepcionado" por el voto en la Corte Suprema pero añadió que permanece "comprometido" con la necesidad de "arreglar nuestro quebrado sistema migratorio".
"Es un retraso para millones de familias, familias de estatus mixto y ciudadanos estadounidenses que permanecerán viviendo con miedo de ser separados de sus seres queridos", se lamentó César Blanco, director interino del movimiento Latino Victory Project.
Por su parte, el senador Harry Reid, jefe del bloque del partido Demócrata en esa cámara del Congreso, dijo que la decisión "dividida de hoy no clasificó al programa como inconstitucional. Sin embargo, destacó cómo una Suprema Corte incompleta no puede dar justicia al pueblo estadounidense".
En tanto, el senador Bernie Sanders, quien disputó la candidatura presidencial demócrata dijo que el voto de la Suprema Corte "significa que más de cuatro millones de personas que aspiran a ser estadounidenses quedarán esperando por las respuestas" y que era necesario "asegurar que millones de familias no son separadas por deportaciones injustas".
El congresista Xavier Becerra, lamentó amargamente lo occurido. Hijo de una inmigante mexicana, Becerra espresó que "nuestra lucha no ha terminado".
A su vez, Eddie Vale, vicepresidente del grupo American Bridge, lamentó que la oposición Republicana pretenda dejar a la Corte Suprema con ocho miembros en espera de un juez propuesto por Trump, "el hombre que quiere deportar a 11 millones de personas".