"Se prevé (...) la reducción de 500.000 trabajadores en el sector estatal y paralelamente su incremento en el sector no estatal", anunció la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) el lunes.
"No tienen la liquidez para mantener a toda esta gente", explicó a la AFP Jaime Suchlicki, director del Instituto de Estudios Cubanos en Florida.
"La pregunta es cómo va absorber esto la economía. No hay una economía privada vibrante en Cuba", añadió.
Contrariamente a la apertura de países comunistas como China, hace más de tres décadas, que empezó autorizando con límites la propiedad privada, en Cuba "ningún cubano puede hacer negocios con una empresa extranjera, ir al banco a pedir dinero, exportar sus productos", advierte este experto.
El cálculo del régimen castrista es que ese medio millón de desempleados podrán colocarse paulatinamente en el mercado laboral privado como "cuentapropistas", es decir creando microempresas que paguen impuestos.
El proceso de despidos durará hasta marzo, informó el régimen, lo que podría provocar malestar entre la población.
Pero Julia Sweig, del Consejo de Política Exterior en Washington, una experta que asistió a una entrevista de Fidel Castro con un periodista estadounidense, considera que estos cambios han sido consensuados con la cúpula.
"No hay democracia multipartidista en Cuba, pero eso no significa que no haya un proceso de consulta y consenso", explica.
Raúl Castro ya empezó a abrir las válvulas a principios de agosto, al anunciar ante el Parlamento nuevas medidas para favorecer a pequeños negocios en la isla.
La inversión privada extranjera se concentra en el turismo, que supone unos 2.000 millones de dólares al año en ingresos, en el níquel, y en la promesa aún por ratificar de grandes explotaciones petroleras.
"El turismo bajó, el precio del níquel también", recuerda Uva de Aragón, directora del Centro de Estudios Cubanos de la Universidad Internacional de Florida.
Las remesas, de 400 a 800 millones de dólares anuales según cálculos que hizo en 2004 una comisión gubernamental estadounidense, también bajaron por la crisis internacional, pero además "esas remesas no se capitalizan" puesto que la situación económica es demasiado dura en la isla, recuerda esta experta.
Sin perspectivas de un levantamiento a corto plazo del embargo estadounidense, la inversión para una transformación a gran escala de la economía cubana deberá venir de otros lados.
Pero "no hay garantías, no hay reglas claras" para el respeto a la propiedad privada en manos extranjeras, explica Uva de Aragón.
"Las cuentas de empresas españolas que fueron congeladas. ¿Quién se va a arriesgar a invertir en un país que no respeta sus propias reglas?", añadió.
En todo caso, el proceso que acaba de iniciar el presidente Raúl Castro cuenta con la aprobación de su hermano Fidel, corrobora Sweig.
La frase "el modelo cubano ya no funciona ni siquiera para nosotros" que Fidel Castro pronunció ante el periodista Jeffrey Goldberg, de la revista estadounidense The Atlantic, cobra nueva fuerza con estas medidas, considera Sweig, que asistió a las entrevistas.
"Cuando el capitalismo mundial se adueñe del mundo entero, (Fidel Castro) seguirá oponiéndose a ello hasta el final, pero eso no significa que vaya a entorpecer el camino de su hermano", añadió.
"No tienen la liquidez para mantener a toda esta gente", explicó a la AFP Jaime Suchlicki, director del Instituto de Estudios Cubanos en Florida.
"La pregunta es cómo va absorber esto la economía. No hay una economía privada vibrante en Cuba", añadió.
Contrariamente a la apertura de países comunistas como China, hace más de tres décadas, que empezó autorizando con límites la propiedad privada, en Cuba "ningún cubano puede hacer negocios con una empresa extranjera, ir al banco a pedir dinero, exportar sus productos", advierte este experto.
El cálculo del régimen castrista es que ese medio millón de desempleados podrán colocarse paulatinamente en el mercado laboral privado como "cuentapropistas", es decir creando microempresas que paguen impuestos.
El proceso de despidos durará hasta marzo, informó el régimen, lo que podría provocar malestar entre la población.
Pero Julia Sweig, del Consejo de Política Exterior en Washington, una experta que asistió a una entrevista de Fidel Castro con un periodista estadounidense, considera que estos cambios han sido consensuados con la cúpula.
"No hay democracia multipartidista en Cuba, pero eso no significa que no haya un proceso de consulta y consenso", explica.
Raúl Castro ya empezó a abrir las válvulas a principios de agosto, al anunciar ante el Parlamento nuevas medidas para favorecer a pequeños negocios en la isla.
La inversión privada extranjera se concentra en el turismo, que supone unos 2.000 millones de dólares al año en ingresos, en el níquel, y en la promesa aún por ratificar de grandes explotaciones petroleras.
"El turismo bajó, el precio del níquel también", recuerda Uva de Aragón, directora del Centro de Estudios Cubanos de la Universidad Internacional de Florida.
Las remesas, de 400 a 800 millones de dólares anuales según cálculos que hizo en 2004 una comisión gubernamental estadounidense, también bajaron por la crisis internacional, pero además "esas remesas no se capitalizan" puesto que la situación económica es demasiado dura en la isla, recuerda esta experta.
Sin perspectivas de un levantamiento a corto plazo del embargo estadounidense, la inversión para una transformación a gran escala de la economía cubana deberá venir de otros lados.
Pero "no hay garantías, no hay reglas claras" para el respeto a la propiedad privada en manos extranjeras, explica Uva de Aragón.
"Las cuentas de empresas españolas que fueron congeladas. ¿Quién se va a arriesgar a invertir en un país que no respeta sus propias reglas?", añadió.
En todo caso, el proceso que acaba de iniciar el presidente Raúl Castro cuenta con la aprobación de su hermano Fidel, corrobora Sweig.
La frase "el modelo cubano ya no funciona ni siquiera para nosotros" que Fidel Castro pronunció ante el periodista Jeffrey Goldberg, de la revista estadounidense The Atlantic, cobra nueva fuerza con estas medidas, considera Sweig, que asistió a las entrevistas.
"Cuando el capitalismo mundial se adueñe del mundo entero, (Fidel Castro) seguirá oponiéndose a ello hasta el final, pero eso no significa que vaya a entorpecer el camino de su hermano", añadió.