
Hugo Chávez-izquierda-y Bashar Al Asad, en una imagen de archivo.
"Vamos a tomar medidas importantes en contra de todo país que reconozca a este ilegítimo Consejo", afirmó el ministro de Relaciones Exteriores, Walid Mualem, en una conferencia de prensa.
Creado oficialmente el 2 de octubre en Estambul, el CNS agrupa por primera vez a todas las tendencias políticas e integra en sus filas a los Comités Locales de Coordinación (LCC) que organiza las manifestaciones en el terreno, los liberales, los Hermanos Musulmanes, grupo prohibido desde hace tiempo en Siria, así como a partidos kurdos y asirios.
Por su parte, el presidente Asad, sacudido por una oleada de protesta popular desde mediados de marzo, anunció que su gobierno prepara reformas políticas a la vez que prometió terminar con las "bandas armadas" responsables a su juicio de la violencia.
Asad hizo estas declaraciones con motivo de la visita a Damasco de una delegación sudamericana, compuesta por los cancilleres de Venezuela, Cuba y funcionarios de Bolivia, Ecuador y Nicaragua. Estos países forman parte del ALBA, la Alianza Bolivariana de las Américas, promovida por La Habana y Caracas, que defiende la lucha contra la pobreza y la exclusión social con base en doctrinas de izquierda.
Estos últimos aseguraron a Siria el apoyo de sus países y denunciaron "la campaña política y de la prensa" contra Damasco, según la agencia Sana.
El régimen sirio, sacudido desde mediados de marzo por un movimiento de protesta popular sin precedentes, aunque no reconoce su alcance, culpa a las "bandas terroristas armadas" de asesinar para desestabilizar al país.
"En occidente se habla de una revolución pacífica en Siria y no reconocen a estos grupos aunque los financian y les entregan armas", aseguró Mualem.
Según el ministro, "un grupo terrorista armado ha sido el que ha matado al mártir Mechaal Tamo (...) con el objetivo de provocar disensiones en la región de Hassaké" de mayoría kurda.
Tamo, de 53 años, que se había sumado al CNS, fue asesinado el viernes por desconocidos desde un vehículo, cuando se encontraba frente al domicilio de un amigo en Qamichli (noreste), según militantes. El sábado, las fuerzas de seguridad dispararon contra la multitud concentrada en su funeral, matando a dos personas.
El domingo, tres personas perdieron la vida en los disparos de las fuerzas de seguridad contra los asistentes de funerales en Dmeir, en los alrededores de Damasco, de un joven sirio muerto la víspera en la cárcel, aseguró el OSDH.
Asad aseguró que pese a la violencia que generan estas 'bandas armadas', "el proceso de reforma prosigue", antes de precisar que la decisión de Siria de llevar a cabo estas reformas es "soberana y no está vinculada a consignas externas".
Ante la magnitud de la represión, que ha dejado según Naciones Unidas más de 2.900 muertos desde el 15 de marzo, las condenas internacionales aumentan. Estados Unidos exige la salida de Asad, incluso Rusia -tradicional aliado de Siria-, ha evocado la posibilidad de que se vaya si no logra llevar a cabo las reformas y Turquía le ha hecho saber que la "violencia para acabar con la oposición "no cambiará el curso de la historia".
Creado oficialmente el 2 de octubre en Estambul, el CNS agrupa por primera vez a todas las tendencias políticas e integra en sus filas a los Comités Locales de Coordinación (LCC) que organiza las manifestaciones en el terreno, los liberales, los Hermanos Musulmanes, grupo prohibido desde hace tiempo en Siria, así como a partidos kurdos y asirios.
Por su parte, el presidente Asad, sacudido por una oleada de protesta popular desde mediados de marzo, anunció que su gobierno prepara reformas políticas a la vez que prometió terminar con las "bandas armadas" responsables a su juicio de la violencia.
Asad hizo estas declaraciones con motivo de la visita a Damasco de una delegación sudamericana, compuesta por los cancilleres de Venezuela, Cuba y funcionarios de Bolivia, Ecuador y Nicaragua. Estos países forman parte del ALBA, la Alianza Bolivariana de las Américas, promovida por La Habana y Caracas, que defiende la lucha contra la pobreza y la exclusión social con base en doctrinas de izquierda.
Estos últimos aseguraron a Siria el apoyo de sus países y denunciaron "la campaña política y de la prensa" contra Damasco, según la agencia Sana.
El régimen sirio, sacudido desde mediados de marzo por un movimiento de protesta popular sin precedentes, aunque no reconoce su alcance, culpa a las "bandas terroristas armadas" de asesinar para desestabilizar al país.
"En occidente se habla de una revolución pacífica en Siria y no reconocen a estos grupos aunque los financian y les entregan armas", aseguró Mualem.
Según el ministro, "un grupo terrorista armado ha sido el que ha matado al mártir Mechaal Tamo (...) con el objetivo de provocar disensiones en la región de Hassaké" de mayoría kurda.
Tamo, de 53 años, que se había sumado al CNS, fue asesinado el viernes por desconocidos desde un vehículo, cuando se encontraba frente al domicilio de un amigo en Qamichli (noreste), según militantes. El sábado, las fuerzas de seguridad dispararon contra la multitud concentrada en su funeral, matando a dos personas.
El domingo, tres personas perdieron la vida en los disparos de las fuerzas de seguridad contra los asistentes de funerales en Dmeir, en los alrededores de Damasco, de un joven sirio muerto la víspera en la cárcel, aseguró el OSDH.
Asad aseguró que pese a la violencia que generan estas 'bandas armadas', "el proceso de reforma prosigue", antes de precisar que la decisión de Siria de llevar a cabo estas reformas es "soberana y no está vinculada a consignas externas".
Ante la magnitud de la represión, que ha dejado según Naciones Unidas más de 2.900 muertos desde el 15 de marzo, las condenas internacionales aumentan. Estados Unidos exige la salida de Asad, incluso Rusia -tradicional aliado de Siria-, ha evocado la posibilidad de que se vaya si no logra llevar a cabo las reformas y Turquía le ha hecho saber que la "violencia para acabar con la oposición "no cambiará el curso de la historia".