De la educación al cambio de modelo, se amplían las protestas en Chile


SANTIAGO. - La protesta de estudiantes chilenos, que concentró un amplio apoyo de otros sectores el miércoles en Santiago, refleja un reclamo amplificado en el país a favor de reformas y cambios en el modelo económico y social, según dirigentes y analistas consultados por la AFP.



Manifestantes en Santiago de Chile
Manifestantes en Santiago de Chile
Los estudiantes sembraron el caos en la capital, movilizaron a decenas de miles de personas, y volvieron a dar una contundente demostración de fuerza, replicando las masivas manifestaciones a favor de reformas en Brasil.
"Existe una transversalidad en las protestas que se traduce en temas concretos: la salud, la educación, el transporte. Hay una necesidad de que los derechos básicos sean garantizados por el Estado", dijo a la AFP el dirigente estudiantil chileno Andrés Fielbaum.
Trabajadores portuarios paralizaron sus actividades, contratistas mineros bloquearon el acceso a dos yacimientos de cobre estatales y varios sindicatos marcharon junto a los estudiantes el miércoles, cuando volvieron a copar las calles de Santiago a más de dos años de haber iniciado sus protestas para acabar con el sistema educativo heredado de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
La proximidad de las elecciones primarias de este domingo, en que las principales coaliciones políticas -de derecha y centro izquierda- elegirán a sus únicos nominados para los comicios presidenciales del próximo 17 de noviembre han contribuido a ampliar las demandas, en busca de definiciones de los candidatos.
La favorita, la exmandataria Michelle Bachelet, prometió gratuidad universal a nivel universitario en un plazo de seis años en caso de resultar electa, junto a una nueva Constitución para derribar la que se mantiene como herencia de la dictadura, así como una reforma tributaria que le otorgue mayores recursos al Estado para ampliar los programas sociales.
La clase media se levanta
Tal como en Brasil, es la clase media la que acompaña las marchas chilenas, buscando ahora también remover los pilares del sistema económico liberal impuesto por Pinochet y mantenido casi sin cambios por los gobiernos democráticos que se han sucedido tras el fin de su régimen, junto a un sistema político poco representativo.
"También existe una pelea por una mayor democracia. Ha quedado claro que los mecanismos tradicionales están en tela de juicio", agregó Fielbaum.
Además de la educación, la salud pública chilena es deficiente aunque convive con un sistema privado de excelencia del que sólo se beneficia una minoría. Las pensiones son bajas por un ineficaz sistema de capitalización individual creado en la dictadura.
"Se está tratando de generar una sensación de inestabilidad cuyo objetivo final es en definitiva el cuestionamiento del modelo", explicó a la AFP el politólogo de la Universidad de Chile, Guillermo Holtzmann.
"Y tal como ocurre en los fenómenos de Turquía y Brasil (la movilización chilena) da cuenta de una clase media emergente, y su concepto de desigualdad no tiene que ver sólo con la pobreza, sino con las expectativas que ellos tienen en torno a la distribución del ingreso", agregó.
Brasil y Chile son países con una alta desigualdad.
"Lo que pedimos es que el Estado se haga cargo de los derechos básicos y lo haga con un trato igualitario, integrador y digno", afirma Fielbaum, a la cabeza de la poderosa Federación de estudiantes de la Universidad de Chile.
Después de dos años, las protestas mantienen su intensidad en Chile, porque "no ha habido una respuesta oportuna, creíble y satisfactoria respecto a las demandas que se instalan", según Holtzmann.
La violencia juega en contra
Con todo, los estudiantes han logrado poner sus demandas en la primera línea de debate, pero les juega en contra la violencia que generan pequeños grupos de radicalizados.
"El movimiento estudiantil logró poner sus temas en la agenda política. Pero ahora es el momento de que los candidatos presenten sus propuestas y la gente decida", dice por su parte a la AFP el analista Patricio Navia, de la Universidad Diego Portales.
"Los estudiantes arriesgan saturar a la población. Es más, las posturas más radicales pueden alienar a parte de la opinión pública que apoya a los estudiantes, pero también rechaza la violencia de las marchas", agrega.
El miércoles una treintena de barricadas incendiarias instaladas concertadamente en los puntos críticos de Santiago generaron enormes atascos del tránsito, y una vez finalizada la marcha, hubo enfrentamientos con la policía que dejaron más de 100 detenidos.
"En Chile, gobiernan las autoridades democráticamente elegidas y nunca van a gobernar los violentistas o los que quieren imponer por la fuerza sus ideas", respondió este jueves el presidente Sebastián Piñera.
Los estudiantes buscan instaurar un sistema que asegure educación pública gratuita y de calidad para todos.
En Chile, la matrícula pública a nivel escolar alcanza sólo el 40% (el resto asiste a colegios privados y a otros que reciben subvención del Estado, pero en que los padres también tienen que pagar), mientras que a nivel universitario no existe la posibilidad de estudiar sin pagar.
Jueves, 27 de Junio 2013
AFP (Agencia France-Presse)
           


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