Manifestantes en Barcelona
Unos 7,5 millones de estudiantes y 1,5 millones de docentes estaban llamados a protestar en el marco de un paro nacional inédito en todos los niveles educativos contra los 3.000 millones de euros de recortes decididos por el gobierno conservador de Mariano Rajoy, según los organizadores.
La huelga tuvo un seguimiento del 80% de media nacional, según los sindicatos de docentes, de 19,41%, según el ministerio de Educación.
Mientras Madrid se preparaba para una manifestación por la tarde, unas 25.000 personas, según la policía, 150.000, según los organizadores, desfilaron en un ambiente festivo por las calles de Barcelona, segunda ciudad del país.
Familias enteras, niños con pancartas, estudiantes universitarios, maestros y profesores vestidos con camisetas amarillas en las que se leía "SOS educación pública" tomaron el centro de la ciudad al grito de "¡Educación pública y de calidad!" y "¡No a la privatización!".
La marcha estuvo encabezada por un grupo de niños de unos seis años con una colorida pancarta: "¿Qué futuro nos espera?".
"Contra los recortes en educación", "Recortar es robar" o "Con dos carreras y pelando patatas", podía leerse en otras.
"Aquí no se trata de profesores y alumnos. Esto nos afecta a todos", afirma Rogelia Fortuna, 65 años, jubilada. "He trabajado hasta ahora en una portería, lo que me permitió que mi hija sea hoy universitaria. Pero ¿y sus hijos podrán estudiar?", fustiga.
"Todos estamos obligados a salir a la calle y gritar a favor de la educación y la sanidad para todos y de calidad, como lo ha sido hasta ahora", afirma por su parte Joanna Martí Virgili, de 29 años, estudiante de Filosofía.
Con eslóganes similares y la misma determinación, varios miles de personas desfilaron en otras ciudades del país como Sevilla, Zaragoza o Valencia.
Bajo la presión de los mercados y de sus socios europeos, España se comprometió a reducir su déficit público a 5,3% del PIB este año, desde el 8,9% registrado en 2011 según datos revisados al alza la semana pasada.
Entre sus políticas de rigor, que incluyen ajustes presupuestarios de 27.300 millones de euros en 2012, el ejecutivo de Rajoy se propone ahorrar 3.000 millones de euros por año en la educación pública y 7.000 millones de euros en la sanidad.
Entre las principales medidas en educación destacan el aumento del número de alumnos por clase, el incremento de las horas lectivas para los profesores, la subida de los precios de inscripción en la universidad y el endurecimiento de los requisitos académicos para obtener una beca.
La huelga tuvo un seguimiento del 80% de media nacional, según los sindicatos de docentes, de 19,41%, según el ministerio de Educación.
Mientras Madrid se preparaba para una manifestación por la tarde, unas 25.000 personas, según la policía, 150.000, según los organizadores, desfilaron en un ambiente festivo por las calles de Barcelona, segunda ciudad del país.
Familias enteras, niños con pancartas, estudiantes universitarios, maestros y profesores vestidos con camisetas amarillas en las que se leía "SOS educación pública" tomaron el centro de la ciudad al grito de "¡Educación pública y de calidad!" y "¡No a la privatización!".
La marcha estuvo encabezada por un grupo de niños de unos seis años con una colorida pancarta: "¿Qué futuro nos espera?".
"Contra los recortes en educación", "Recortar es robar" o "Con dos carreras y pelando patatas", podía leerse en otras.
"Aquí no se trata de profesores y alumnos. Esto nos afecta a todos", afirma Rogelia Fortuna, 65 años, jubilada. "He trabajado hasta ahora en una portería, lo que me permitió que mi hija sea hoy universitaria. Pero ¿y sus hijos podrán estudiar?", fustiga.
"Todos estamos obligados a salir a la calle y gritar a favor de la educación y la sanidad para todos y de calidad, como lo ha sido hasta ahora", afirma por su parte Joanna Martí Virgili, de 29 años, estudiante de Filosofía.
Con eslóganes similares y la misma determinación, varios miles de personas desfilaron en otras ciudades del país como Sevilla, Zaragoza o Valencia.
Bajo la presión de los mercados y de sus socios europeos, España se comprometió a reducir su déficit público a 5,3% del PIB este año, desde el 8,9% registrado en 2011 según datos revisados al alza la semana pasada.
Entre sus políticas de rigor, que incluyen ajustes presupuestarios de 27.300 millones de euros en 2012, el ejecutivo de Rajoy se propone ahorrar 3.000 millones de euros por año en la educación pública y 7.000 millones de euros en la sanidad.
Entre las principales medidas en educación destacan el aumento del número de alumnos por clase, el incremento de las horas lectivas para los profesores, la subida de los precios de inscripción en la universidad y el endurecimiento de los requisitos académicos para obtener una beca.