
Los ataques ocurrieron hacia las 08h00 locales (05h00 GMT) de forma casi simultánea en la zona de Qazzaz, al sur de Damasco, cuando "las personas se dirigen al trabajo y los niños entran a la escuela", afirmó la televisión estatal, avanzando que hay "decenas de muertos y heridos, la mayoría civiles", pero sin poder suministrar una cifra.
La televisión acusó a los "terroristas", refiriéndose a las personas que se oponen al régimen de Bachar Al Asad, de haber cometido estos atentados.
En el lugar de los atentados, los cuerpos destrozados se mezclaban con los automóviles destrozados y los escombros provocados por la fuerte explosión que creó un cráter de tres metros de profundidad en el suelo y dejó numerosos edificios semidestruidos.
Los servicios de rescate, ayudados por los vecinos, retiraban los cadáveres calcinados de entre los restos de vehículos, aún humeantes.
"¿Esta es la libertad que ustedes quieren? Niños que iban a la escuela y empleados que iban a sus trabajos han muerto", gritaba un vecino, aturdido en medio del espectáculo desolador.
Al menos uno de los atentados fue cometido con un coche bomba.
Estos ataques se producen en un momento en que la comunidad internacional multiplica sus peticiones hacia las partes en conflicto en Siria para que no entren en una guerra civil.
La tregua instaurada el 12 de abril no ha sido respetada e incluso los observadores internacionales desplegados en el país fueron blanco de un ataque el miércoles.
Una bomba explotó al paso de su convoy y 10 soldados resultaron heridos.
Este jueves, el jefe de la misión de observadores, el general noruego Robert Mood, se personó en el lugar de los atentados.
El último ataque en Damasco en el que hubo que lamentar víctimas mortales se remonta al 27 de abril.
La televisión acusó a los "terroristas", refiriéndose a las personas que se oponen al régimen de Bachar Al Asad, de haber cometido estos atentados.
En el lugar de los atentados, los cuerpos destrozados se mezclaban con los automóviles destrozados y los escombros provocados por la fuerte explosión que creó un cráter de tres metros de profundidad en el suelo y dejó numerosos edificios semidestruidos.
Los servicios de rescate, ayudados por los vecinos, retiraban los cadáveres calcinados de entre los restos de vehículos, aún humeantes.
"¿Esta es la libertad que ustedes quieren? Niños que iban a la escuela y empleados que iban a sus trabajos han muerto", gritaba un vecino, aturdido en medio del espectáculo desolador.
Al menos uno de los atentados fue cometido con un coche bomba.
Estos ataques se producen en un momento en que la comunidad internacional multiplica sus peticiones hacia las partes en conflicto en Siria para que no entren en una guerra civil.
La tregua instaurada el 12 de abril no ha sido respetada e incluso los observadores internacionales desplegados en el país fueron blanco de un ataque el miércoles.
Una bomba explotó al paso de su convoy y 10 soldados resultaron heridos.
Este jueves, el jefe de la misión de observadores, el general noruego Robert Mood, se personó en el lugar de los atentados.
El último ataque en Damasco en el que hubo que lamentar víctimas mortales se remonta al 27 de abril.