El atentado se produjo cerca de la ciudad de Al Arish, capital de la región del Sinaí del Norte, península aledaña a Israel y la Franja de Gaza, donde los ataques dejaron decenas de muertos entre policías y militares desde que el ejército derrocó y detuvo el pasado 3 de julio al único presidente elegido democráticamente en Egipto.
Hacia las 07H45 (05H45 GMT), un coche explotó al paso de un convoy del ejército dejando 10 muertos y 35 heridos entre los soldados, indicó el ejército en un comunicado. El estado de algunos de los heridos es grave y fueron hospitalizados, según el texto.
Algunos movimientos armados clandestinos yihadistas, en ocasiones vinculados a Al Qaida, reivindicaron muchos de estos atentados que llevan a cabo en respuesta a la implacable y sangrienta represión que las autoridades de transición instaladas por los militares ejercen contra los partidarios de Mursi.
Las nuevas autoridades, que afirman "combatir el terrorismo", como califican al movimiento de los partidarios de Mursi y a los yihadistas del Sinaí, desplegaron fuerzas adicionales en la península.
Desde entonces, el ejército asegura haber matado a "terroristas" en esta región prácticamente desértica con tensas relaciones con el poder.
Por otro lado, cuatro policías resultaron heridos este miércoles en un barrio del norte de El Cairo por una bomba lanzada por unos desconocidos contra un retén, anunciaron a la AFP responsables de los servicios de seguridad.
Más de mil personas, en su mayoría partidarios de Mursi, han muerto desde el 14 de agosto en la represión de las concentraciones en las que exigen la vuelta del presidente islamista.
Además, más de 2.000 miembros de los Hermanos Musulmanes, la cofradía a la que pertenece Mursi y que ganó las elecciones legislativas a finales de 2011, han sido detenidos desde la misma fecha. Entre los arrestados, figuran algunos de sus principales dirigentes.
Estos últimos serán juzgados, igual que Mursi, por asesinatos o incitación al asesinato.
Los islamistas, que reclaman la vuelta al poder de Mursi, convocan manifestaciones regularmente y sus marchas suelen degenerar en enfrentamientos, en ocasiones violentos, contra los opositores del derrocado jefe de Estado.
Millones de egipcios, que acusaban a Mursi de querer islamizar la sociedad, salieron a la calle el 30 de junio para reclamar su marcha, lo que consiguieron tres días después con la intervención del ejército.
El martes, por primera vez desde principios de julio, no fueron los islamistas quienes se movilizaron contra el nuevo poder, sino movimientos de jóvenes contrarios tanto a los militares como a los Hermanos Musulmanes.
Estas concentraciones en la emblemática plaza Tahrir de El Cairo derivaron en enfrentamientos entre opositores y partidarios del ejército y de su comandante en jefe, el general Abdel Fatah al Sisi, el hombre fuerte del país.
Al menos una persona murió y 16 resultaron heridas el martes en esta plaza, epicentro de la revuelta de 2011 que finalizó con la marcha del presidente Hosni Mubarak.
Cientos de manifestantes conmemoraban el aniversario del 19 de noviembre de 2011, primer día de una sangrienta semana en la que unos 40 manifestantes, contrarios al ejército que asumió el poder entre la caída de Hosni Mubarak y la elección del ahora depuesto Mohamed Mursi en junio de 2012, murieron a manos de las fuerzas de seguridad en los alrededores de la plaza Tahrir.