La suma, inferior a los 6.500 millones de dólares esperados para poder hacer frente a las necesidades de millones de desplazados y refugiados sirios, fue anunciada por el secretario general de la ONU al final de la reunión, mientras se intensificaban los contactos diplomáticos a una semana de la conferencia de paz Ginebra II.
Desde el comienzo de la revuelta pacífica contra el régimen de Bashar al Asad en marzo de 2011, que se transformó en rebelión armada frente a una represión sangrienta, la violencia en Siria dejó más de 130.000 muertos y 2,4 millones de refugiados.
Un atentado con coche bomba causó este miércoles la muerte de al menos 26 personas, en su mayoría rebeldes, anunció el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
"Se prometieron más de 2.400 millones de dólares durante la conferencia", declaró Ban.
Previamente subrayó ante representantes de 70 países que la situación se había deteriorado dramáticamente desde la celebración hace un año de una reunión similar en Kuwait en la que se lograron promesas por valor de 1.500 millones de dólares.
"El año pasado, cuando nos reunimos aquí [...] cuatro millones de sirios necesitaban ayuda y había 700.000 refugiados", declaró. Hoy, "la mitad de la población siria, cerca de 9,3 millones de personas, necesitan ayuda humanitaria urgente, y casi la mitad son niños".
La ONU había presentado esta recaudación de fondos como la más importante de su historia para una situación de emergencia. Estaba destinada a socorrer a los casi 13 millones de sirios afectados por casi tres años de guerra civil.
La organización internacional dijo necesitar 2.300 millones de dólares para ayudar a esos 9,3 millones de personas en Siria, y otros 4.200 millones para los refugiados, cuyo número debería casi duplicarse hasta los 4,1 millones en 2014.
Kuwait anunció una donación de 500 millones de dólares, seguido por Estados Unidos, que se comprometió a aportar una ayuda adicional de 380 millones de dólares.
Reino Unido prometió 164 millones de dólares, Japón 120 millones y Noruega 75 millones. Tres monarquías petroleras del Golfo -Arabia Saudí, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos- prometieron 60 millones cada uno.
"Estoy profundamente turbada por informaciones persistentes sobre poblaciones con comida insuficiente en zonas asediadas, donde viven unas 245.000 personas", declaró la coordinadora de Asuntos Humanitarios de la ONU, Valerie Amos.
Ban Ki-moon expresó por su parte la esperanza de que Ginebra II logre "detener la violencia" y establecer "un gobierno de transición dotado de poderes ejecutivos".
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, anunció por su parte desde Kuwait que hablaría el miércoles por teléfono con su homólogo ruso Serguei Lavrov en el marco de los esfuerzos de los dos países, padrinos de la conferencia, para lograr un alto el fuego limitado geográficamente.
"Tengo esperanza de que en los próximos días, con la visita a Moscú del ministro (sirio) de Relaciones Exteriores (Walid) Mouallem y nuestros esfuerzos, podremos obtener del régimen de Asad las medidas necesarias para un alto el fuego, sea cual sea el número de lugares en los que se pueda instaurar", dijo.
La oposición siria todavía no ha anunciado si asistirá a Ginebra II, en la que Rusia y el enviado especial de la Liga Árabe y de la ONU para Siria, Al Ajdar Brahimi, desearían que participara también Irán, aunque Estados Unidos por el momento se opone.
El jefe de la diplomacia iraní, Mohamad Javad Zarif, cuyo país es el principal respaldo regional de Damasco, se reunió este miércoles con el presidente Asad en la capital siria.
Zarif, citado por la agencia oficial Sana, afirmó que el objetivo de su visita era "ayudar a que la conferencia de Ginebra II desemboque en resultados que sirvan a los intereses del pueblo sirio".
El lunes, el ministro afirmó en Beirut que los Estados que buscan apartar a su país de la conferencia lo lamentarían.
El presidente turco Abdulá Gul se mostró por su parte partidario de una modificación de la política del gobierno del primer ministro Recep Tayyip Erdogan con respecto a Siria.
Ferviente apoyo de la oposición Siria, Turquía en sospechosa de haber entregado armas a grupos cercanos a Al Qaida, aunque siempre rechazó estas acusaciones.