"Los participantes prometieron aproximadamente 5.400 dólares (4.300 millones de euros)", dijo el ministro de Exteriores noruego, Boerge Brende, al leer un comunicado tras el cierre de la conferencia coauspiciada por Noruega y Egipto.
La autoridad palestina había pedido 4.000 millones de dólares para ayudar a reconstruir ese territorio palestino, donde cerca de 2.200 personas --en su mayoría civiles-- murieron en julio y agosto por los bombardeos del Estado israelí. De lado israelí, 73 personas murieron en el conflicto, soldados en su mayoría.
Catar prometió de lejos la mayor suma, con 1.000 millones de dólares. Estados Unidos anunció una "ayuda immediata" de 212 millones de un total de 400 millones de dólares en un año, y la Unión Europea prometió 450 millones de euros.
Brende no detalló por ahora a que sería destinada la otra mitad de la ayuda prometida.
Estados Unidos y Egipto instaron en la conferencia a israelíes y palestinos a resolver de una vez su viejo conflicto.
Pero después de tres guerras en seis años, la gran cuestión de fondo de la reunión fue la paz duradera entre Israel y los palestinos.
Según fuentes diplomáticas, muchos países estaban ya cansados de financiar reconstrucciones que con la siguiente guerra quedan en nada.
El secretario de Estado norteamericano John Kerry invitó a las dos partes a reanudar las negociaciones interrumpidas desde abril.
Kerry advirtió que el alto el fuego vigente entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamas desde que terminó el conflicto de este verano "no es la paz".
"Tenemos que volver a sentarnos en la mesa (de negociaciones) y ayudar a las partes a tomar decisiones difíciles, decisiones de verdad", declaró.
En un tono más perentorio, el presidente egipcio Abdel Fatah al Sisi pidió a Israel que llegue a un acuerdo de paz con los palestinos.
"Hago un llamamiento al pueblo israelí y al gobierno: es hora de poner fin al conflicto", dijo el anfitrión de la conferencia.
Sentado a su lado, el presidente palestino, Mahmud Abas, invitó a la comunidad internacional a presionar para "fijar un límite en el tiempo y poner fin a la ocupación (israelí) e iniciar negociaciones serias" de paz.
Sin embargo, el ministro de Relaciones Exteriores israelí, Avigdor Lieberman, que no fue invitado a El Cairo, enfrió las perspectivas de una reactivación rápida de esas negociaciones.
"Hay que ver en qué marco y en base a qué puntos podrían entablarse esas negociaciones. Si sólo se basan en las exigencias palestinas, es buena gana", dijo Lieberman a un sitio web de información.
Este enclave densamente poblado quedó en ruinas y la guerra obligó a desplazarse a más de la cuarta parte de la población de Gaza, de 1,7 millones.
El gobierno palestino presentó un plan de reconstrucción de 76 páginas antes de esta conferencia.
Los palestinos habían pedido la ayuda, que en gran parte será destinada a la construcción de viviendas.
Según Kerry, el desafío humanitario es "enorme", y "la población de Gaza necesita la ayuda desesperadamente, no mañana o la semana próxima, sino ahora".
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, anunció el domingo que visitará Gaza el próximo martes para "escuchar directamente a la gente".
En 2009, "la comunidad internacional ya se reunió" en Egipto para la reconstrucción de Gaza, recordó Ban. "Prometimos nuestro apoyo y acordamos reconstruir, y hoy estamos de nuevo aquí", por lo que "el ciclo de construcción-destrucción continúa y empeora", lamentó Ban.
Gran parte de la comunidad internacional tiene sus esperanzas puestas en una mayor estabilidad política en Gaza, donde el jueves pasado se reunió el gobierno de unidad palestino, por primera vez desde su formación en junio.
El gobierno de unión, formado por personalidades políticas independientes, cristaliza la reconciliación después de años desacuerdos entre el partido Fatah de Mahmud Abas y Hamas, que controla en los hechos el enclave.