Patatas Amflora
"Cuando los europeos vienen a Estados Unidos, aprecian nuestra cocina sin ningún temor", declaró Sapiro en Bruselas, donde tenía previsto reunirse durante la jornada con responsables de Comercio de la Comisión Europea.
"¿Por qué deberíamos tener normas diferentes a Europa?", se preguntó la responsable estadounidense, subrayando su confianza en la normativa sanitaria de su país.
Para Sapiro, "es importante continuar presionando a la Comisión Europea para que vaya en la buena dirección: las decisiones sobre los OGM deben fundarse en argumentos científicos", declaró.
Su visita coincide con el freno que Francia y Polonia levantaron el miércoles a una propuesta de la Comisión Europea para flexibilizar las normas de importación de productos contaminados con OGM.
Las reglas actuales obligan a rechazar la entrada en el continente de cualquier cargamento de cereales, plantas o vegetales que presente trazas de OGM.
Bruselas plantea fijar un techo permisible de 0,1% y a la vez solicitar la opinión de las autoridades científicas en el caso de que el organismo detectado no esté registrado en la UE.
Pero Francia y Polonia se niegan a flexibilizar la importación de OGM.
Los gobiernos europeos también están divididos sobre las peticiones de comercialización de cuatro OGM, tres tipos de maíz de la firma Syngenta y un algodón de Dow Science.
Actualmente y debido sobre todo a la desconfianza de los consumidores en sus potenciales efectos para la salud y el medioambiente, sólo se autoriza en la UE el cultivo de dos OGM: el maíz 810 de la empresa estadounidense Monsanto y la patata Amflora de la alemana BASF.
"¿Por qué deberíamos tener normas diferentes a Europa?", se preguntó la responsable estadounidense, subrayando su confianza en la normativa sanitaria de su país.
Para Sapiro, "es importante continuar presionando a la Comisión Europea para que vaya en la buena dirección: las decisiones sobre los OGM deben fundarse en argumentos científicos", declaró.
Su visita coincide con el freno que Francia y Polonia levantaron el miércoles a una propuesta de la Comisión Europea para flexibilizar las normas de importación de productos contaminados con OGM.
Las reglas actuales obligan a rechazar la entrada en el continente de cualquier cargamento de cereales, plantas o vegetales que presente trazas de OGM.
Bruselas plantea fijar un techo permisible de 0,1% y a la vez solicitar la opinión de las autoridades científicas en el caso de que el organismo detectado no esté registrado en la UE.
Pero Francia y Polonia se niegan a flexibilizar la importación de OGM.
Los gobiernos europeos también están divididos sobre las peticiones de comercialización de cuatro OGM, tres tipos de maíz de la firma Syngenta y un algodón de Dow Science.
Actualmente y debido sobre todo a la desconfianza de los consumidores en sus potenciales efectos para la salud y el medioambiente, sólo se autoriza en la UE el cultivo de dos OGM: el maíz 810 de la empresa estadounidense Monsanto y la patata Amflora de la alemana BASF.