El ejército, depositario del poder tras la caída el viernes del presidente Hosni Mubarak, prometió el sábado una "transición pacífica" hacia "un poder civil electo".
El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas anunció que el gobierno nombrado por Mubarak unos días antes de su salida permanecerá en el puesto para ocuparse de la gestión de los asuntos corrientes.
Este se reúne el domingo por primera vez desde la dimisión de Mubarak, según la agencia oficial MENA.
El ejército sin embargo no ha fijado fechas ni presentado medidas más concretas para esta transición.
Al mismo tiempo, El Cairo recuperaba paulatinamente la normalidad. Durante la mañana, el tráfico se restableció en la plaza Liberación-Tahrir-, epicentro del levantamiento popular que dejó al menos 300 muertos, según la ONU y la organización Human Rights Watch.
Sólo una parte de la plaza, donde cientos de manifestantes estaban todavía presentes, permanecía cerrada al tráfico.
Las manifestaciones en esta glorieta durante 18 días habían paralizado el bullicioso centro de la ciudad.
Los tanques del ejército permanecían estacionados en las entradas de la plaza, pero ya no bloqueaban los accesos.
Se registraron algunas breves escaramuzas entre soldados y unas decenas de manifestantes que se negaban a abandonar el lugar.
"No queremos irnos. Nos quedaremos hasta que el ejército escuche nuestras peticiones", aseguró Ahmed Afifi, de 21 años, mencionando el levantamiento del estado de emergencia y la liberación de los manifestantes detenidos.
"El ejército quiere matar la revolución, quiere que la gente se vaya", añadió Abu Tasneem, de 28 años, profesor de francés en Alejandría (norte).
La mayoría, sin embargo, había abandonado sin incidentes el lugar tras la dimisión de Mubarak y las operaciones de limpieza, iniciadas el sábado, seguían el domingo por la mañana. Los soldados desmontaban tiendas de campaña y tiraban las cubiertas de plástico y otros materiales en un contenedor de basura, con la ayuda de civiles que apilaban mantas y barrían el suelo.
"Todos mis sueños se han cumplido", aseguró Nur Kersha, un estudiante de 24 años. "Mubarak se fue, vamos a seguir limpiando la plaza hasta que quede limpia".
Por otra parte, el jefe de antigüedades egipcias, Zahi Hawas, anunció el domingo que ocho piezas inestimables, entre ellas una estatua de madera cubierta de oro de Tutankamón, han sido robadas del Museo Egipcio de El Cairo.
El personal constató estos robos al hacer un inventario del Museo después de que unos desconocidos entraran en su interior el 28 de enero, aprovechando la concentración de manifestantes antigubernamentales en la cercana plaza Tahrir.
El sábado, el ejército se comprometió a respetar los tratados internacionales firmados por Egipto, incluidos los acuerdos de paz con Israel. Egipto es, junto con Jordania, uno de los dos países árabes en haber firmado un tratado de paz con el Estado hebreo.
El gobierno israelí, que no escondió en los últimos días sus temores a ver instalarse en El Cairo un nuevo poder hostil a este acuerdo, se congratuló por el compromiso con el tratado, que considera "la piedra fundamental para la paz y la estabilidad en Medio Oriente".
Por su parte, el presidente estadounidense, Barack Obama, se felicitó el sábado por la promesa hecha por el ejército egipcio de una transición pacífica hacia un poder civil electo.
Marruecos expresó la esperanza de que Egipto sigua desempeñando su papel "primordial", sobre todo "en la defensa de las causas árabes".
El presidente del Parlamento iraní, Alí Larijani, afirmó el domingo que Estados Unidos intentaba "confiscar" la revolución del pueblo egipcio.
En el ámbito judicial, el fiscal general prohibió al antiguo primer ministro Ahmed Nazif y al actual ministro de Información Anas el Feki abandonar el país "debido a las querellas presentadas contra ellos", informo la agencia MENA sin dar más detalles sobre los cargos. La televisión pública anunció poco tiempo después la dimisión de Feki.
El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas anunció que el gobierno nombrado por Mubarak unos días antes de su salida permanecerá en el puesto para ocuparse de la gestión de los asuntos corrientes.
Este se reúne el domingo por primera vez desde la dimisión de Mubarak, según la agencia oficial MENA.
El ejército sin embargo no ha fijado fechas ni presentado medidas más concretas para esta transición.
Al mismo tiempo, El Cairo recuperaba paulatinamente la normalidad. Durante la mañana, el tráfico se restableció en la plaza Liberación-Tahrir-, epicentro del levantamiento popular que dejó al menos 300 muertos, según la ONU y la organización Human Rights Watch.
Sólo una parte de la plaza, donde cientos de manifestantes estaban todavía presentes, permanecía cerrada al tráfico.
Las manifestaciones en esta glorieta durante 18 días habían paralizado el bullicioso centro de la ciudad.
Los tanques del ejército permanecían estacionados en las entradas de la plaza, pero ya no bloqueaban los accesos.
Se registraron algunas breves escaramuzas entre soldados y unas decenas de manifestantes que se negaban a abandonar el lugar.
"No queremos irnos. Nos quedaremos hasta que el ejército escuche nuestras peticiones", aseguró Ahmed Afifi, de 21 años, mencionando el levantamiento del estado de emergencia y la liberación de los manifestantes detenidos.
"El ejército quiere matar la revolución, quiere que la gente se vaya", añadió Abu Tasneem, de 28 años, profesor de francés en Alejandría (norte).
La mayoría, sin embargo, había abandonado sin incidentes el lugar tras la dimisión de Mubarak y las operaciones de limpieza, iniciadas el sábado, seguían el domingo por la mañana. Los soldados desmontaban tiendas de campaña y tiraban las cubiertas de plástico y otros materiales en un contenedor de basura, con la ayuda de civiles que apilaban mantas y barrían el suelo.
"Todos mis sueños se han cumplido", aseguró Nur Kersha, un estudiante de 24 años. "Mubarak se fue, vamos a seguir limpiando la plaza hasta que quede limpia".
Por otra parte, el jefe de antigüedades egipcias, Zahi Hawas, anunció el domingo que ocho piezas inestimables, entre ellas una estatua de madera cubierta de oro de Tutankamón, han sido robadas del Museo Egipcio de El Cairo.
El personal constató estos robos al hacer un inventario del Museo después de que unos desconocidos entraran en su interior el 28 de enero, aprovechando la concentración de manifestantes antigubernamentales en la cercana plaza Tahrir.
El sábado, el ejército se comprometió a respetar los tratados internacionales firmados por Egipto, incluidos los acuerdos de paz con Israel. Egipto es, junto con Jordania, uno de los dos países árabes en haber firmado un tratado de paz con el Estado hebreo.
El gobierno israelí, que no escondió en los últimos días sus temores a ver instalarse en El Cairo un nuevo poder hostil a este acuerdo, se congratuló por el compromiso con el tratado, que considera "la piedra fundamental para la paz y la estabilidad en Medio Oriente".
Por su parte, el presidente estadounidense, Barack Obama, se felicitó el sábado por la promesa hecha por el ejército egipcio de una transición pacífica hacia un poder civil electo.
Marruecos expresó la esperanza de que Egipto sigua desempeñando su papel "primordial", sobre todo "en la defensa de las causas árabes".
El presidente del Parlamento iraní, Alí Larijani, afirmó el domingo que Estados Unidos intentaba "confiscar" la revolución del pueblo egipcio.
En el ámbito judicial, el fiscal general prohibió al antiguo primer ministro Ahmed Nazif y al actual ministro de Información Anas el Feki abandonar el país "debido a las querellas presentadas contra ellos", informo la agencia MENA sin dar más detalles sobre los cargos. La televisión pública anunció poco tiempo después la dimisión de Feki.