Desde inicios de enero, insurgentes del Estado Islámico en Irak y el Levante (EIIL, vinculado a Al Qaida) controlan por completo la ciudad de Faluya, en donde instalaron un tribunal islámico. Otros sectores de la ciudad vecina, Ramadi, y zonas rurales entre las dos ciudades al oeste de Bagdad están también bajo el control de los insurgentes.
Soldados y policías, respaldados por combatientes tribales, lanzaron el sábado un nuevo asalto contra tres barrios de Ramadi. Al menos 35 rebeldes murieron, según un oficial de policía.
En Faluya, el ejército lanzó ataques aéreos contra un barrio del norte de la ciudad, matando a 15 rebeldes, según el ministerio de Defensa. El ejército sigue desplegado en los alrededores de esta ciudad pero evitan penetrar para evitar una masacre.
A 60 km al oeste de Bagdad, Faluya fue un bastión de la insurrección tras la invasión de Estados Unidos en Irak en 2003.
Los combates entre miembros del EIIL, aliados a otros insurgentes y a grupos antigubernamentales, y el ejército y la policía, respaldados por tribus locales, han dejado cientos de muertos desde inicios del año, según cifras oficiales.