
Un proyecto de declaración sobre Siria, que está siendo debatido en el Consejo de Seguridad de la ONU, pide a Damasco respetar el plazo del 10 de abril para iniciar su retirada militar, al tiempo que reclama a la oposición hacer lo mismo en las 48 horas siguientes.
El martes, el gobierno de Estados Unidos afirmó que no poseía pruebas de que el régimen tenga la intención de aplicar el plan de Annan, y llamó al Consejo de Seguridad de la ONU a actuar "muy rápidamente y con vigor" si Damasco incumplía su palabra.
En este escenario, el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, opinó que la situación en Siria no terminará con la derrota militar del régimen, aunque la oposición sea "armada hasta los dientes".
"Está claro como el agua de la cascada: aunque armen a la oposición hasta los dientes, ellos no derrotarán al ejército sirio, habrá un baño de sangre durante años, una destrucción mutua", dijo el jefe de la diplomacia rusa durante una visita a Bakú, en Azerbaiyán.
En Damasco, el jefe del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Jakob Kellenberger, trataba de acelerar la distribución de ayuda a "personas vulnerables" afectadas por la violencia.
La situación humanitaria se agrava en todo el país y Kellenberger intentaba negociar el acceso a los centros de detención.
El plan de Annan contempla el cese de la violencia en el país, por todas las partes, la distribución de ayuda humanitaria en las zonas de combate, la liberación de los detenidos arbitrariamente y la libre circulación de periodistas en el país.
Por su parte, el portavoz de Kofi Annan anunció el martes que un equipo de la ONU llegaría a Siria en 48 horas para preparar el desplazamiento de observadores para poder supervisar un cese de hostilidades. Esa misión estaría dirigida por el general noruego Robert Mood.
El martes, el gobierno de Estados Unidos afirmó que no poseía pruebas de que el régimen tenga la intención de aplicar el plan de Annan, y llamó al Consejo de Seguridad de la ONU a actuar "muy rápidamente y con vigor" si Damasco incumplía su palabra.
En este escenario, el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, opinó que la situación en Siria no terminará con la derrota militar del régimen, aunque la oposición sea "armada hasta los dientes".
"Está claro como el agua de la cascada: aunque armen a la oposición hasta los dientes, ellos no derrotarán al ejército sirio, habrá un baño de sangre durante años, una destrucción mutua", dijo el jefe de la diplomacia rusa durante una visita a Bakú, en Azerbaiyán.
En Damasco, el jefe del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Jakob Kellenberger, trataba de acelerar la distribución de ayuda a "personas vulnerables" afectadas por la violencia.
La situación humanitaria se agrava en todo el país y Kellenberger intentaba negociar el acceso a los centros de detención.
El plan de Annan contempla el cese de la violencia en el país, por todas las partes, la distribución de ayuda humanitaria en las zonas de combate, la liberación de los detenidos arbitrariamente y la libre circulación de periodistas en el país.
Por su parte, el portavoz de Kofi Annan anunció el martes que un equipo de la ONU llegaría a Siria en 48 horas para preparar el desplazamiento de observadores para poder supervisar un cese de hostilidades. Esa misión estaría dirigida por el general noruego Robert Mood.