
Océano Ártico
Ubicada en el camino de Europa al Ártico, Islandia confirma su posición de país estratégico, ya que el deshielo permite un mejor acceso a los recursos minerales de esta región.
La disminución del casquete polar permite además imaginar la aparición de una nueva vía para el flete marítimo entre Asia y Europa, de una distancia reducida en verano en unos 6.400 km para los barcos que unan Shanghai con Europa.
"Hay grandes terrenos potenciales de cooperación (sino-islandesa) en el comercio bilateral, la geotermia y el Ártico", subrayó esta semana el viceministro chino de Exteriores, Song Tao.
"China lleva a cabo investigaciones sobre el Ártico desde hace tiempo, con el objetivo de prepararse para su explotación" declaró a la AFP Cui Hongjian, del Instituto Chino de Estudios Internacionales.
"Países cercanos al Ártico como Islandia, Rusia, Canadá y otros países europeos pueden tener tendencia a querer privatizar el Ártico y pensar que tienen prioridad en ese aspecto", prosiguió.
"Pero China insiste que el Ártico es un dominio público", añadió.
El interés de China por Islandia quedó indirectamente ilustrado el año pasado con el intento de un rico promotor chino de adquirir un inmenso terreno en el norte de la isla para un proyecto inmobiliario y turístico.
Varios observadores opinaron que Pekín buscaba así implantarse en la zona. El proyecto quedó finalmente bloqueado por el ministerio islandés del Interior.
En todo caso, los chinos expresan de forma clara su interés por el Ártico. Ya reconocieron "que es muy probable" que Pekín utilice a Islandia como puerto para el flete a través del Ártico, admitió el año pasado el presidente de la Comisión de Exteriores del Parlamento islandés, Arni Thor Sigurdsson.
Pekín pretende obtener un puesto de observador permanente en el seno del Consejo Ártico, un foro intergubernamental de cooperación que agrupa a ocho países, entre ellos Islandia y Suecia, que apoya la candidatura china.
Pero entre los otros siete países del foro, Rusia y Canadá parecen reticentes ante la solicitud china. Así, y teniendo además en cuenta la envergadura de los demás candidatos -- UE, Japón, Corea del Sur --, China tendrá que hacer valer todo su peso diplomático en este empeño.
En este contexto, la posición de Noruega parece determinante. Sin embargo, las relaciones diplomáticas entre Oslo y Pekín siguen en punto muerto tras la concesión en 2010 del Nobel de la Paz al militante pro-democracia Liu Xiaobo.
Aunque el canciller noruego afirmó recientemente que Oslo apoyaba la candidatura china, algunas fuentes indican que existe de hecho una voluntad contraria de parte de Noruega.
Noruega está "harta de ver cómo sus contenedores de salmón se pudren en los puertos chinos, y que Pekín siga exigiendo disculpas oficiales por un premio de la Paz que no fue entregado por su gobierno", explicó a la AFP Jonathan Holslag, del Brussels Institute of Contemporary China Studies (BICCS).
"China necesita más a Noruega que al revés", aseguró, y añadió que este país escandinavo "era casi el único en Europa que tiene el suficiente aplomo" como para hacer frente a China.
La disminución del casquete polar permite además imaginar la aparición de una nueva vía para el flete marítimo entre Asia y Europa, de una distancia reducida en verano en unos 6.400 km para los barcos que unan Shanghai con Europa.
"Hay grandes terrenos potenciales de cooperación (sino-islandesa) en el comercio bilateral, la geotermia y el Ártico", subrayó esta semana el viceministro chino de Exteriores, Song Tao.
"China lleva a cabo investigaciones sobre el Ártico desde hace tiempo, con el objetivo de prepararse para su explotación" declaró a la AFP Cui Hongjian, del Instituto Chino de Estudios Internacionales.
"Países cercanos al Ártico como Islandia, Rusia, Canadá y otros países europeos pueden tener tendencia a querer privatizar el Ártico y pensar que tienen prioridad en ese aspecto", prosiguió.
"Pero China insiste que el Ártico es un dominio público", añadió.
El interés de China por Islandia quedó indirectamente ilustrado el año pasado con el intento de un rico promotor chino de adquirir un inmenso terreno en el norte de la isla para un proyecto inmobiliario y turístico.
Varios observadores opinaron que Pekín buscaba así implantarse en la zona. El proyecto quedó finalmente bloqueado por el ministerio islandés del Interior.
En todo caso, los chinos expresan de forma clara su interés por el Ártico. Ya reconocieron "que es muy probable" que Pekín utilice a Islandia como puerto para el flete a través del Ártico, admitió el año pasado el presidente de la Comisión de Exteriores del Parlamento islandés, Arni Thor Sigurdsson.
Pekín pretende obtener un puesto de observador permanente en el seno del Consejo Ártico, un foro intergubernamental de cooperación que agrupa a ocho países, entre ellos Islandia y Suecia, que apoya la candidatura china.
Pero entre los otros siete países del foro, Rusia y Canadá parecen reticentes ante la solicitud china. Así, y teniendo además en cuenta la envergadura de los demás candidatos -- UE, Japón, Corea del Sur --, China tendrá que hacer valer todo su peso diplomático en este empeño.
En este contexto, la posición de Noruega parece determinante. Sin embargo, las relaciones diplomáticas entre Oslo y Pekín siguen en punto muerto tras la concesión en 2010 del Nobel de la Paz al militante pro-democracia Liu Xiaobo.
Aunque el canciller noruego afirmó recientemente que Oslo apoyaba la candidatura china, algunas fuentes indican que existe de hecho una voluntad contraria de parte de Noruega.
Noruega está "harta de ver cómo sus contenedores de salmón se pudren en los puertos chinos, y que Pekín siga exigiendo disculpas oficiales por un premio de la Paz que no fue entregado por su gobierno", explicó a la AFP Jonathan Holslag, del Brussels Institute of Contemporary China Studies (BICCS).
"China necesita más a Noruega que al revés", aseguró, y añadió que este país escandinavo "era casi el único en Europa que tiene el suficiente aplomo" como para hacer frente a China.