"En nombre del gobierno, de todos los miembros de este gobierno, digamos las cosas claramente: queremos que exista una vida religiosa judía, que una vida religiosa musulmana sea posible en Alemania", indicó este viernes un portavoz de la jefa de gobierno, Angela Merkel.
"La libertad de las actividades religiosas es un derecho al que estamos muy apegados", añadió el portavoz Steffen Seibert en una conferencia de prensa. Seibert aseguró que el gobierno alemán quiere encontrar una solución.
"Las circuncisiones que se lleven a cabo con responsabilidad no tendrían que estar perseguidas. Nos preocupa que esta antigua costumbre religiosa no pueda llevarse a cabo en un clima jurídico pacífico", dijo el portavoz en su primera intervención tras la polémica decisión de un tribunal de primera instancia de Colonia, hecha pública a finales de junio.
Además, una fuente diplomática alemana consideró que la decisión judicial era un "desastre" para Alemania, dado su pasado nazi, refiriéndose al régimen de Adolf Hitler, responsable de la muerte de millones de judíos europeos en la primera mitad de los años 1940.
El martes, unos 40 rabinos ortodoxos de toda Europa concurrieron a Berlín para denunciar una decisión que "tal vez sea el ataque más grave contra la vida judía en Europa desde el Holocausto", indicó el rabino Pinchas Goldschmidt, de Moscú.
El miércoles, en un texto conjunto poco común, líderes de varias organizaciones judías y musulmanas, como la Asociación Judía de Europa o el Centro Islámico de Bruselas, pidieron al parlamento alemán que vote rápidamente una nueva legislación.
El tribunal consideró que la ablación del prepucio por motivos religiosos es una herida intencional y por lo tanto es ilegal. "El derecho de un niño a su integridad física prima sobre el derecho de los padres", según la sentencia.
Alemania cuenta con una comunidad de unos cuatro millones de musulmanes y de cerca de 200.000 judíos.
La Torah, el libro histórico y de los mandamientos de los judíos, impone la circuncisión (la acción de cortar circularmente una porción del prepucio) como máximo ocho días después del nacimiento.
El Corán no la prescribe, pero la tradición la impone.
Judíos y musulmanes, apoyados por las Iglesias protestante y católica de Alemania, no quieren esperar hasta los 14 años de la mayoría religiosa para que sean los propios muchachos quienes decidan.