
Manifestantes partidarios de Mursi
El general Al Sisi, que destituyó a Mursi el pasado 3 de julio, afirmó que había "todavía posibilidades para una salida pacífica de la crisis a condición de que todas las partes rechacen la violencia", indicó el portavoz de la armada, el coronel Ahmed Aly sin precisar qué formaciones participaron en la reunión.
Una fuente militar, sin embargo, indicó a la AFP que seis representantes políticos y religiosos habían participado en el encuentro, si bien ningún dirigente de los Hermanos Musulmanes estuvo presente.
Entre los representantes se encontraban dos influyentes jeques salafistas, Mohamed Hasan y Mohamed Abdel Salam, indicó otra fuente próxima.
"Si los islamistas con los que el general Al Sisi no son miembros de los Hermanos Musulmanes, sí que los han apoyado en Rabaa al Adawiya", destacó la fuente militar, que solicitó el anonimato. "Esperemos que los Hermanos Musulmanes escuchen lo que tienen que decirles para encontrar una salida a la crisis".
El anuncio llega después de que las tensiones entre el ejército, que puso en el poder a nuevas autoridades tras derrocar a Mursi, y los Hermanos Musulmanes se hayan acentuado.
El gobierno provisional lanzó varios avisos a los miles de partidarios de la influyente cofradía, a los que llama a levantar la acampada establecida desde hace más de un mes en El Cairo y amenaza con desalojarlos por la fuerza.
Los enfrentamientos desde el pasado 3 de julio entre los pro Mursi, que reclaman el retorno al poder del primer presidente elegido democráticamente y retenido en un lugar secreto por el ejército, y las fuerzas del orden o contra los anti Mursi se han saldado con más de 250 muertos.
El domingo por la mañana, tras un encuentro con el secretario de Estado estadounidense adjunto, William Burns, el Partido de la Libertad y de la Justicia (PLJ), escaparate político de los Hermanos Musulmanes, rechazó toda solución que no se base en "la legitimidad constitucional y en el rechazo al golpe de Estado".
La visita de Burns, que era vista como la última oportunidad para evitar una confrontación, llegó a El Cairo tras la de una serie de representantes internacionales, en particular europeos, quienes intentaron que gobierno y oposición llegaran a un compromiso.
La comunidad internacional teme que la evacuación por la fuerza de las plazas de Rabaa al Adawiya y Nahda, donde los manifestantes han acampado con mujeres y niños, se convierta en una masacre.
Desde Washington, el secretario de Defensa estadounidense, Chuck Hagel, instó al general Al Sisi a apoyar un proceso político "abierto a todos" para salir de la crisis.
Al mismo tiempo, el hombre fuerte de Egipto respondió a los Estados Unidos instándoles a utilizar su "influencia sobre los Hermanos Musulmanes" para poner fin a la crisis, en una entrevista en el Washington Post. Al Sisi aseguró igualmente que los militares no intervendrían contra las acampadas en El Cairo.
"Quienes pondrán fin a estas acampadas y limpiarán estas plazas, no son los militares. Hay una policía civil encargada de estas tareas", dijo.
"La puerta está abierta a todos, también a los Hermanos Musulmanes, para participar en el proceso" político, indicó el ministro de Relaciones Exteriores, Nabil Fahmy, que añadió que no había "ninguna voluntad de recurrir a la fuerza mientras las otras posibilidades no se hayan agotado".
Una fuente militar, sin embargo, indicó a la AFP que seis representantes políticos y religiosos habían participado en el encuentro, si bien ningún dirigente de los Hermanos Musulmanes estuvo presente.
Entre los representantes se encontraban dos influyentes jeques salafistas, Mohamed Hasan y Mohamed Abdel Salam, indicó otra fuente próxima.
"Si los islamistas con los que el general Al Sisi no son miembros de los Hermanos Musulmanes, sí que los han apoyado en Rabaa al Adawiya", destacó la fuente militar, que solicitó el anonimato. "Esperemos que los Hermanos Musulmanes escuchen lo que tienen que decirles para encontrar una salida a la crisis".
El anuncio llega después de que las tensiones entre el ejército, que puso en el poder a nuevas autoridades tras derrocar a Mursi, y los Hermanos Musulmanes se hayan acentuado.
El gobierno provisional lanzó varios avisos a los miles de partidarios de la influyente cofradía, a los que llama a levantar la acampada establecida desde hace más de un mes en El Cairo y amenaza con desalojarlos por la fuerza.
Los enfrentamientos desde el pasado 3 de julio entre los pro Mursi, que reclaman el retorno al poder del primer presidente elegido democráticamente y retenido en un lugar secreto por el ejército, y las fuerzas del orden o contra los anti Mursi se han saldado con más de 250 muertos.
El domingo por la mañana, tras un encuentro con el secretario de Estado estadounidense adjunto, William Burns, el Partido de la Libertad y de la Justicia (PLJ), escaparate político de los Hermanos Musulmanes, rechazó toda solución que no se base en "la legitimidad constitucional y en el rechazo al golpe de Estado".
La visita de Burns, que era vista como la última oportunidad para evitar una confrontación, llegó a El Cairo tras la de una serie de representantes internacionales, en particular europeos, quienes intentaron que gobierno y oposición llegaran a un compromiso.
La comunidad internacional teme que la evacuación por la fuerza de las plazas de Rabaa al Adawiya y Nahda, donde los manifestantes han acampado con mujeres y niños, se convierta en una masacre.
Desde Washington, el secretario de Defensa estadounidense, Chuck Hagel, instó al general Al Sisi a apoyar un proceso político "abierto a todos" para salir de la crisis.
Al mismo tiempo, el hombre fuerte de Egipto respondió a los Estados Unidos instándoles a utilizar su "influencia sobre los Hermanos Musulmanes" para poner fin a la crisis, en una entrevista en el Washington Post. Al Sisi aseguró igualmente que los militares no intervendrían contra las acampadas en El Cairo.
"Quienes pondrán fin a estas acampadas y limpiarán estas plazas, no son los militares. Hay una policía civil encargada de estas tareas", dijo.
"La puerta está abierta a todos, también a los Hermanos Musulmanes, para participar en el proceso" político, indicó el ministro de Relaciones Exteriores, Nabil Fahmy, que añadió que no había "ninguna voluntad de recurrir a la fuerza mientras las otras posibilidades no se hayan agotado".