Imagen de una página de un libro del sitio brasileño Gato Sabido.
"En 2009, cuando consulté con conocidos sobre el potencial del libro digital, me dijeron que estaba loco, que los lectores aman el olor del papel y que esa moda jamás tendría éxito en Brasil", explica Carlos Eduardo Ernnany, creador de Gato Sabido, el mayor vendedor de libros digitales en el gigante sudamericano.
Este joven brasileño, cuyo negocio crece mensualmente un 25% y cuenta con más de 6.000 títulos, a los que se suman por semana unos 100 nuevos, es uno de los más de 40 expertos en edición digital reunidos en Ciudad de México en el Simposium Internacional del Libro Electrónico, organizado por el gobierno mexicano.
Ernnany apuesta por los lectores jóvenes, quienes, dijo, están ansiosos de leer en versiones electrónicas "por mucho que los adultos insistan en el papel". El brasileño citó el ejemplo de la Univesidad Estacio de Sa de Brasil, con 8.000 alumnos "que reciben en una tableta todos los libros que utilizarán en el semestre".
Y más allá del mero negocio, apuntó, "está la oportunidad de crear bibliotecas virtuales para que habitantes de zonas aisladas accedan al conocimiento, sobre todo en Brasil, un país con dimensiones continentales donde resulta muy costoso transportar libros y construir bibiliotecas".
El estadounidense Robert Stein, fundador de The Voyager Company y uno de los pioneros mundiales de la edición electrónica, se refirió en el encuentro al fenómeno del "social reading", una de las herramientas de interacción que ofrecen los libros electrónicos.
"Cuanto más circula un texto (electrónico) por internet, el libro se convierte en un sitio donde lectores de todo el mundo, incluso expertos y el mismo autor, se mueven al mismo tiempo (...) los escritores a veces se convierten en guías, como el profesor de un seminario", señaló.
Stein, quien se declaró amante del papel, dijo que no es descabellado que el libro físico "se vea condenado a desaparecer en un mundo de máquinas y conexiones", pero también "es igual de loco creer que los textos electrónicos son capaces de existir por sí mismos sin la interacción humana".
La española Arantxa Mellado, analista del mundo editorial, comentó por su parte en una participación vía internet que una de las herramientas más enriquecedoras de los libros digitales es que te permite ver "los textos subrayados de lectores que jamás tendríamos la oportunidad de conocer" en persona y así "la historia es enriquecida por los usuarios".
Para los editores, añadió, las versiones electrónicas son una valiosa fuente de información porque los sitios de venta de los ejemplares virtuales son capaces de registrar si el libro efectivamente se leyó y quién fue su comprador.
"El editor, cuando vende un libro en papel, no sabe qué pasa después. En la versión electrónica se indica si se leyó o sólo se compró. Conoce el sexo, la edad del lector, el momento en que se lee, el historial de lecturas. Eso ayuda al editor a dar al público lo que quiere leer", explicó.
Sin embargo, Mellado no dejó de advertir que, entre las desventajas del libro electrónico se encuentra la confidencialidad de los datos de los lectores, a los que se les puede dar un mal destino, los problemas de piratería y derechos de autor.
Este joven brasileño, cuyo negocio crece mensualmente un 25% y cuenta con más de 6.000 títulos, a los que se suman por semana unos 100 nuevos, es uno de los más de 40 expertos en edición digital reunidos en Ciudad de México en el Simposium Internacional del Libro Electrónico, organizado por el gobierno mexicano.
Ernnany apuesta por los lectores jóvenes, quienes, dijo, están ansiosos de leer en versiones electrónicas "por mucho que los adultos insistan en el papel". El brasileño citó el ejemplo de la Univesidad Estacio de Sa de Brasil, con 8.000 alumnos "que reciben en una tableta todos los libros que utilizarán en el semestre".
Y más allá del mero negocio, apuntó, "está la oportunidad de crear bibliotecas virtuales para que habitantes de zonas aisladas accedan al conocimiento, sobre todo en Brasil, un país con dimensiones continentales donde resulta muy costoso transportar libros y construir bibiliotecas".
El estadounidense Robert Stein, fundador de The Voyager Company y uno de los pioneros mundiales de la edición electrónica, se refirió en el encuentro al fenómeno del "social reading", una de las herramientas de interacción que ofrecen los libros electrónicos.
"Cuanto más circula un texto (electrónico) por internet, el libro se convierte en un sitio donde lectores de todo el mundo, incluso expertos y el mismo autor, se mueven al mismo tiempo (...) los escritores a veces se convierten en guías, como el profesor de un seminario", señaló.
Stein, quien se declaró amante del papel, dijo que no es descabellado que el libro físico "se vea condenado a desaparecer en un mundo de máquinas y conexiones", pero también "es igual de loco creer que los textos electrónicos son capaces de existir por sí mismos sin la interacción humana".
La española Arantxa Mellado, analista del mundo editorial, comentó por su parte en una participación vía internet que una de las herramientas más enriquecedoras de los libros digitales es que te permite ver "los textos subrayados de lectores que jamás tendríamos la oportunidad de conocer" en persona y así "la historia es enriquecida por los usuarios".
Para los editores, añadió, las versiones electrónicas son una valiosa fuente de información porque los sitios de venta de los ejemplares virtuales son capaces de registrar si el libro efectivamente se leyó y quién fue su comprador.
"El editor, cuando vende un libro en papel, no sabe qué pasa después. En la versión electrónica se indica si se leyó o sólo se compró. Conoce el sexo, la edad del lector, el momento en que se lee, el historial de lecturas. Eso ayuda al editor a dar al público lo que quiere leer", explicó.
Sin embargo, Mellado no dejó de advertir que, entre las desventajas del libro electrónico se encuentra la confidencialidad de los datos de los lectores, a los que se les puede dar un mal destino, los problemas de piratería y derechos de autor.