
Manifestantes contra el gobierno en Samarra, Irak.
El gabinete del primer ministro respondió puntualizando que la dimisión de Isawi no será aceptada antes de que termine una investigación sobre "sus violaciones financieras y administrativas", según la televisión estatal.
El bloque laico Iraqiya, apoyado por los sunitas y del que forma parte Isawi, así como otros miembros del gobierno de coalición acusan al primer ministro de acaparar el poder, en un país que vive una grave crisis política desde hace más de un año.
Maliki también es blanco de un importante movimiento de protesta, después del arresto, a fines de diciembre, de los guardaespaldas de Isawi.
La decisión de dimitir "fue tomada en coordinación con Iraqiya, porque Isawi considera que el procedimiento emprendido en su contra por el primer ministro hace imposible trabajar" con él, afirmó a la AFP el diputado Haidar al Mullah, portavoz del movimiento, refiriéndose al arresto de los guardaespaldas.
Además de la renuncia de Al Maliki, los sunitas, que consideran estar "marginados", exigen la liberación de prisioneros injustamente encarcelados, según ellos, y la anulación de las leyes antiterroristas.
Ante la extensión de las protestas, el gobierno intentó calmar la situación afirmando haber liberado a miles de prisioneros, y aumentando los sueldos de los milicianos sunitas que combaten a Al Qaida.
Desde comienzos de año fueron liberados unos 4.000 prisioneros, declaró el jueves el vice primer ministro Husein Shahristani.
El bloque laico Iraqiya, apoyado por los sunitas y del que forma parte Isawi, así como otros miembros del gobierno de coalición acusan al primer ministro de acaparar el poder, en un país que vive una grave crisis política desde hace más de un año.
Maliki también es blanco de un importante movimiento de protesta, después del arresto, a fines de diciembre, de los guardaespaldas de Isawi.
La decisión de dimitir "fue tomada en coordinación con Iraqiya, porque Isawi considera que el procedimiento emprendido en su contra por el primer ministro hace imposible trabajar" con él, afirmó a la AFP el diputado Haidar al Mullah, portavoz del movimiento, refiriéndose al arresto de los guardaespaldas.
Además de la renuncia de Al Maliki, los sunitas, que consideran estar "marginados", exigen la liberación de prisioneros injustamente encarcelados, según ellos, y la anulación de las leyes antiterroristas.
Ante la extensión de las protestas, el gobierno intentó calmar la situación afirmando haber liberado a miles de prisioneros, y aumentando los sueldos de los milicianos sunitas que combaten a Al Qaida.
Desde comienzos de año fueron liberados unos 4.000 prisioneros, declaró el jueves el vice primer ministro Husein Shahristani.