Alex Salmond
"Escocia tiene mucho éxito en materia de inversiones", dijo el primer ministro de esta provincia británica semiautónoma, donde se organizará un referéndum sobra la independencia en septiembre de 2014.
"Lo que estamos descubriendo es que el renombre internacional de Escocia es una ventaja. La gente piensa en Escocia y en ciertas inversiones por primera vez", explicó Salmond por teléfono, refutando a las previsiones más pesimistas de sus adversarios que auguran un futuro económico sombrío en caso de secesión.
Los expertos consideran que la economía escocesa es demasiado dependiente de su industria petrolera y advierten de que, en caso de independencia, el nuevo estado tendría una deuda pública muy elevada.
Por su parte el ministro británico de Finanzas, George Osborne, aseguró recientemente que si la Escocia independiente quisiera mantener la libra esterlina tendría que renunciar a gran parte de su poder de decisión económica.
También advirtió que la incertidumbre sobre el futuro de Escocia está afectando las inversiones en la región.
Pero el líder del Partido Nacional Escocés (SNP) rechaza totalmente estos argumentos.
"George Osborne vino a Escocia hace 18 meses y dijo que había estado hablando con gente que estaban pensando en no invertir en Escocia", recordó el líder nacionalista. "Pero desde entonces estamos a la cabeza en inversiones internas en Europa y superamos en todo lo demás al Reino Unido, incluido Londres", asegura.
Las nuevas tecnologías, la energía, la gestión de activos y la externalización de los servicios "son los sectores clave de nuestro conocimiento y seguirán siéndolo", según el líder nacionalista.
Frente a los que vaticinan el agotamiento de los recursos en petróleo y gas, Salmond destaca el avance en Escocia del desarrollo de las energías renovables. "Somos uno de los países líderes en Europa por nuestra conversión a las energías renovables" asegura.
El líder nacionalista también dice estar "orgulloso" de los resultados de los sectores tecnológico y farmacéutico, con empresas como LifeScan, una filial del grupo Johnson and Johnson, que lleva a cabo sus investigaciones sobre la diabetes en Escocia.
También recuerda que Escocia tiene "una tasa de desempleo más débil que el Reino Unido", un 7,3% de la población activa, frente al 7,9% del conjunto del país.
En el cuarto trimestre de 2012, el PIB escocés aumentó un 0,5% mientras que el conjunto de la economía británica se contrajo un 0,3%.
Desde el punto de vista monetario, el SNP, que había propuesto el euro como moneda para la Escocia independiente, aboga ahora por mantener la libra esterlina.
"El euro tiene ahora un futuro menos atractivo porque el sistema monetario tiene muchas dificultades y además tampoco está buscando la entrada inmediata de nuevos miembros. La libra esterlina es la mejor opción, es la que estamos siguiendo", añadió.
Los escoceses tendrán que responder "sí" o "no" el próximo 18 de septiembre a la pregunta "¿Escocia tendría que ser un país independiente?". Según los últimos sondeos una gran mayoría de los cinco millones de escoceses se oponen a la independencia.
"Lo que estamos descubriendo es que el renombre internacional de Escocia es una ventaja. La gente piensa en Escocia y en ciertas inversiones por primera vez", explicó Salmond por teléfono, refutando a las previsiones más pesimistas de sus adversarios que auguran un futuro económico sombrío en caso de secesión.
Los expertos consideran que la economía escocesa es demasiado dependiente de su industria petrolera y advierten de que, en caso de independencia, el nuevo estado tendría una deuda pública muy elevada.
Por su parte el ministro británico de Finanzas, George Osborne, aseguró recientemente que si la Escocia independiente quisiera mantener la libra esterlina tendría que renunciar a gran parte de su poder de decisión económica.
También advirtió que la incertidumbre sobre el futuro de Escocia está afectando las inversiones en la región.
Pero el líder del Partido Nacional Escocés (SNP) rechaza totalmente estos argumentos.
"George Osborne vino a Escocia hace 18 meses y dijo que había estado hablando con gente que estaban pensando en no invertir en Escocia", recordó el líder nacionalista. "Pero desde entonces estamos a la cabeza en inversiones internas en Europa y superamos en todo lo demás al Reino Unido, incluido Londres", asegura.
Las nuevas tecnologías, la energía, la gestión de activos y la externalización de los servicios "son los sectores clave de nuestro conocimiento y seguirán siéndolo", según el líder nacionalista.
Frente a los que vaticinan el agotamiento de los recursos en petróleo y gas, Salmond destaca el avance en Escocia del desarrollo de las energías renovables. "Somos uno de los países líderes en Europa por nuestra conversión a las energías renovables" asegura.
El líder nacionalista también dice estar "orgulloso" de los resultados de los sectores tecnológico y farmacéutico, con empresas como LifeScan, una filial del grupo Johnson and Johnson, que lleva a cabo sus investigaciones sobre la diabetes en Escocia.
También recuerda que Escocia tiene "una tasa de desempleo más débil que el Reino Unido", un 7,3% de la población activa, frente al 7,9% del conjunto del país.
En el cuarto trimestre de 2012, el PIB escocés aumentó un 0,5% mientras que el conjunto de la economía británica se contrajo un 0,3%.
Desde el punto de vista monetario, el SNP, que había propuesto el euro como moneda para la Escocia independiente, aboga ahora por mantener la libra esterlina.
"El euro tiene ahora un futuro menos atractivo porque el sistema monetario tiene muchas dificultades y además tampoco está buscando la entrada inmediata de nuevos miembros. La libra esterlina es la mejor opción, es la que estamos siguiendo", añadió.
Los escoceses tendrán que responder "sí" o "no" el próximo 18 de septiembre a la pregunta "¿Escocia tendría que ser un país independiente?". Según los últimos sondeos una gran mayoría de los cinco millones de escoceses se oponen a la independencia.