El tren de vida de los Netanyahu domina la campaña electoral israelí


Jerusalén, Palestina. - Los israelíes eligen su Parlamento en menos de un mes, pero el tren de vida del primer ministro, Benjamin Netanyahu, y el comportamiento de su mujer han dejado en segundo plano los desafíos sociales y la seguridad en la campaña electoral.



Benjamin Netanyahu-a la derecha-y su esposa Sara
Benjamin Netanyahu-a la derecha-y su esposa Sara

No ha habido grandes mítines ni debates de fondo. Los politólogos coinciden en que, entre los vídeos caricaturales en las redes sociales, los lemas simplistas y los ataques personales, pocas veces había sido tan lamentable una campaña. 

Los desafíos son, sin embargo, considerables. Israel sale de una guerra al sur. Las tensiones hacen temer otra al norte, y el país de ocho millones de habitantes teme un ascenso del yihadismo y de la influencia iraní a su alrededor. Las perspectivas de solución al conflicto con los palestinos parecen lejanas. 

Israel tuvo un crecimiento de más del 7% en el cuarto trimestre de 2014 y el paro era del 5,7% en diciembre. Unos buenos datos que no esconden una desigualdad social entre las más altas de los países desarrollados. 

Según los analistas, esas disparidades sociales y la carestía de la vida deberían tener más peso que el conflicto israelopalestino, cuando los electores decidan si prolongan el mandato de Netanyahu, primer ministro desde el 2009, o lo sustituyen. 

 

- 'Bottlegate' -

 

A pesar de todo, los israelíes, que regresan a las urnas dos años después porque Netanyahu ya no aguantaba las divisiones en su gobierno, oyeron hablar más de los gastos de limpieza y del desmesurado gusto por los helados de pistacho en la residencia del primer ministro. 

Parte de la prensa atacó duramente a la esposa de Netanyahu, Sara, acusada de haber cobrado el dinero del reembolso de las botellas vacías de la residencia oficial en Jerusalén. 

Pese a la posibilidad de acciones judiciales, no está claro que esas extravagancias perjudiquen al primer ministro. 

"Tan sólo juega a su favor. El electorado de derechas y el que duda perciben esto como una venganza de la izquierda" apoyada por los medios de comunicación, explica Emmanuel Navon, profesor de relaciones internacionales. 

Entretanto, Netanyahu disfruta burlándose de estas acusaciones. En un vídeo paródico, se lo ve hablando de asuntos estratégicos cuando un colaborador entra a informarle de "un nuevo escándalo: hay caracoles en el jardín".  

Los sondeos indican un empate entre el Likud de Netanyahu y la Unión Sionista formada por el Partido Laborista de Isaac Herzog y la formación Hatnuah de Tzipi Livni, con 25 escaños cada uno, en un Parlamento de 120 diputados. Pero, en un sistema de proporcional integral como el israelí, no importan tanto los escaños como la capacidad para formar una coalición.

 

- 'Necesidad de un hombre fuerte' -

 

Netanhyahu tiene una ligera ventaja, aseguran los analistas, que no descartan, sin embargo, una sorpresa. Los resultados de los partidos ortodoxos y del nuevo partido de derechas de Moshe Khalon, disidente del Likud, tendrán mucha importancia. 

Acontecimientos como los recientes atentados antisemitas en Europa o las negociaciones sobre el programa nuclear iraní, le permiten a Netanyahu "definir la agenda cotidiana", asegura Denis Charbit, profesor de ciencias políticas. 

Por ejemplo, el primer ministro israelí aprovechó en enero la marcha tras los atentados de París para declarar que acudía "representando al pueblo judío en su conjunto". 

Charbit destaca la aparente falta de "pugnacidad de Herzog mientras que todo el mundo piensa que Israel necesita el liderazgo de un hombre fuerte". 

Viernes, 20 de Febrero 2015
AFP (Agencia France-Presse)
           


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