Desde la invasión en 2003, las fuerzas norteamericanas han logrado mantener una precaria paz en esa región de gran diversidad étnica, que alberga a turcos, kurdos y árabes, incluidos muchos desplazados hacia allí por el derrocado régimen de Saddam Hussein.
El calendario para la retirada de Irak marcha como previsto, según el general Raymond Odierno, comandante de las fuerzas estadounidenses en ese país.
De las más de 170.000 tropas actualmente desplegadas en Irak, Estados Unidos dejará sólo 50.000 a partir del 31 de agosto, para completar la retirada en 2011. No obstante, Odierno admitió a periodistas en Washington que pese a algunos avances logrados, no ha sido resuelto el problema de las áreas en disputa en el norte de Irak.
"Eso es un problema del que habrá que ocuparse", dijo el comandante. "En cuanto a si creo que pueda resolverse para fines de 2011, no", enfatizó.
Las tensiones regionales "tienen potencial para descarrilar la trayectoria -en general positiva- de la seguridad en Irak, y hasta disparar conflictos entre grupos étnicos o religiosos", escribió en febrero el entonces director nacional de Inteligencia de Estados Unidos, Dennis Blair, en el informe anual sobre amenazas.
La propiedad de la tierra, el control de los recursos petroleros y la integración de los combatientes kurdos al Ejército iraquí son asuntos que "aún necesitan ser resueltos, y errores de cálculo o de percepción en cualquiera de los bandos exponen al riesgo de una escalada de violencia inadvertida", agregó.
Hay 15 zonas en disputa en el norte de Irak, incluida la provincia rica en petróleo Kirkuk, grandes partes de Nínive(Nainaua), y dos distritos en Diyala.
Los líderes kurdos quieren recuperar para su región autónoma zonas habitadas por kurdos de Nínive y Diyala, así como la ciudad multiétnica de Kirkuk.
Durante los dos últimos años, los soldados iraquíes y los combatientes kurdos se han enfrentado en múltiples ocasiones, mientras el primer ministro, Nuri al-Maliki, ha incrementado la presencia en la región de efectivos de la Fuerza Iraquí de Seguridad (ISF).
Para ayudar a calmar las tensiones, los militares de Estados Unidos implementaron en enero patrullas conjuntas con soldados árabes y kurdos en las zonas en disputa. Odierno quiere que esas unidades sean incorporadas a la ISF antes de que la retirada estadounidense haya sido completada.
Pese a que las patrullas conjuntas resultaron un éxito, algunos como Eric Davis, especialista en Irak de la Universidad Rutgers, consideran su institucionalización como muy poco realista.
Los kurdos seguirán teniendo "una fuerza separada, fuera del control del gobierno central, y las autoridades en Bagdad intentarán usar el Ejército iraquí mientras se fortalece como para intimidar a las milicias kurdas", según Davis.
Integrar las milicias a la ISF es garantía de desastre, estimó de su lado Michael Gunter, de la Universidad Tecnológica de Tennessee y quien ha escrito mucho sobre los kurdos. "Esos serán probablemente los dos grupos que antes empiecen a luchar entre sí", enfatizó.
Odierno esbozó la idea de desplegar cascos azules de la ONU, pero esa posibilidad "no es objeto de debate actualmente", explicó el mayor Shawn Turner, portavoz del Pentágono.
El calendario para la retirada de Irak marcha como previsto, según el general Raymond Odierno, comandante de las fuerzas estadounidenses en ese país.
De las más de 170.000 tropas actualmente desplegadas en Irak, Estados Unidos dejará sólo 50.000 a partir del 31 de agosto, para completar la retirada en 2011. No obstante, Odierno admitió a periodistas en Washington que pese a algunos avances logrados, no ha sido resuelto el problema de las áreas en disputa en el norte de Irak.
"Eso es un problema del que habrá que ocuparse", dijo el comandante. "En cuanto a si creo que pueda resolverse para fines de 2011, no", enfatizó.
Las tensiones regionales "tienen potencial para descarrilar la trayectoria -en general positiva- de la seguridad en Irak, y hasta disparar conflictos entre grupos étnicos o religiosos", escribió en febrero el entonces director nacional de Inteligencia de Estados Unidos, Dennis Blair, en el informe anual sobre amenazas.
La propiedad de la tierra, el control de los recursos petroleros y la integración de los combatientes kurdos al Ejército iraquí son asuntos que "aún necesitan ser resueltos, y errores de cálculo o de percepción en cualquiera de los bandos exponen al riesgo de una escalada de violencia inadvertida", agregó.
Hay 15 zonas en disputa en el norte de Irak, incluida la provincia rica en petróleo Kirkuk, grandes partes de Nínive(Nainaua), y dos distritos en Diyala.
Los líderes kurdos quieren recuperar para su región autónoma zonas habitadas por kurdos de Nínive y Diyala, así como la ciudad multiétnica de Kirkuk.
Durante los dos últimos años, los soldados iraquíes y los combatientes kurdos se han enfrentado en múltiples ocasiones, mientras el primer ministro, Nuri al-Maliki, ha incrementado la presencia en la región de efectivos de la Fuerza Iraquí de Seguridad (ISF).
Para ayudar a calmar las tensiones, los militares de Estados Unidos implementaron en enero patrullas conjuntas con soldados árabes y kurdos en las zonas en disputa. Odierno quiere que esas unidades sean incorporadas a la ISF antes de que la retirada estadounidense haya sido completada.
Pese a que las patrullas conjuntas resultaron un éxito, algunos como Eric Davis, especialista en Irak de la Universidad Rutgers, consideran su institucionalización como muy poco realista.
Los kurdos seguirán teniendo "una fuerza separada, fuera del control del gobierno central, y las autoridades en Bagdad intentarán usar el Ejército iraquí mientras se fortalece como para intimidar a las milicias kurdas", según Davis.
Integrar las milicias a la ISF es garantía de desastre, estimó de su lado Michael Gunter, de la Universidad Tecnológica de Tennessee y quien ha escrito mucho sobre los kurdos. "Esos serán probablemente los dos grupos que antes empiecen a luchar entre sí", enfatizó.
Odierno esbozó la idea de desplegar cascos azules de la ONU, pero esa posibilidad "no es objeto de debate actualmente", explicó el mayor Shawn Turner, portavoz del Pentágono.