El anuncio de Pekín es visto como una apuesta china para evitar que el tema surja en la cumbre del G20 prevista el próximo fin de semana en Canadá. Estados Unidos insiste en acusar al gigante asiático de burlar las reglas del comercio mundial para favorecer sus exportaciones.
El sábado, el Banco Central chino afirmó su intención de continuar la reforma de su régimen cambiario, lo que fue interpretado como la señal de que la moneda china iba a ser desvinculada del dólar.
Los mercados mundiales reaccionaron el lunes con entusiasmo y el yuan tocó su nivel más alto de lo últimos cinco años ante el dólar, según la agencia Dow Jones Newswires.
El yuan se cotizaba en la tarde del lunes a 6,7974 unidades por dólar, algo nunca visto desde la reforma cambiaria china de julio de 2005 y su reevaluación de 8,28 a 8,11 yuanes por billete verde.
El anuncio del fin de semana del Banco Central no se tradujo en medidas concretas por el momento y el lunes se mantenía la misma banda de fluctuación de +/- 5% entre el yuan y el dólar.
Algunos expertos destacaron el "efecto" buscado de cara a la cumbre del G20 de potencias industrializadas y emergentes.
Esto "va a evitar un parte de las críticas que China habría debido afrontar en la reunión del G20", comentó el analista Mitul Kotecha, del banco Crédit Agricole CIB.
"Esto es claramente un intento de impedir quedar en la mira en el G20", coincidió Willy Lam, de la Chinese University con sede en Hong Kong.
Para el profesor Lam, "la apreciación va a ser muy limitada, en el mejor de los casos del 5% en los próximos doce meses, y por lo tanto no estará a la altura de las expectativas".
"El anuncio del Banco Central refleja un fuerte deseo de evitar un conflicto con Washington", señaló en la misma sintonía Andy Rothman, de CLSA (Credit Lyonnais Securities Asia).
Pero más allá del posible efecto del anuncio en el corto plazo, la voluntad china no calmaría el combate que llevan adelante los congresistas norteamericanos contra la baja valuación del yuan.
El senador Charles Schumer indicó el domingo que tenía pensado hacer avanzar "cuanto antes" un proyecto de ley tendiente a imponer sanciones sobre las importaciones chinas por parte de Estados Undos.
Las presiones aumentaron luego de que China, tercera economía mundial, recuperase este año un fuerte crecimiento impulsado por sus exportaciones otra vez en alza.
En mayo, el excedente comercial chino alcanzó cerca de 20.000 millones de dólares.
Anticipándose a la crisis mundial, China había vuelto a amarrar su moneda con el dólar durante el verano de 2008, aunque esta medida no había evitado que sus exportaciones -pilar de la economía china- sufrieran la baja de la demanda externa.
Desde entonces, el gobierno chino pone como prioridad la estabilidad y por ello descarta apreciaciones rápidas o movimientos bruscos.
El sábado, el Banco Central chino afirmó su intención de continuar la reforma de su régimen cambiario, lo que fue interpretado como la señal de que la moneda china iba a ser desvinculada del dólar.
Los mercados mundiales reaccionaron el lunes con entusiasmo y el yuan tocó su nivel más alto de lo últimos cinco años ante el dólar, según la agencia Dow Jones Newswires.
El yuan se cotizaba en la tarde del lunes a 6,7974 unidades por dólar, algo nunca visto desde la reforma cambiaria china de julio de 2005 y su reevaluación de 8,28 a 8,11 yuanes por billete verde.
El anuncio del fin de semana del Banco Central no se tradujo en medidas concretas por el momento y el lunes se mantenía la misma banda de fluctuación de +/- 5% entre el yuan y el dólar.
Algunos expertos destacaron el "efecto" buscado de cara a la cumbre del G20 de potencias industrializadas y emergentes.
Esto "va a evitar un parte de las críticas que China habría debido afrontar en la reunión del G20", comentó el analista Mitul Kotecha, del banco Crédit Agricole CIB.
"Esto es claramente un intento de impedir quedar en la mira en el G20", coincidió Willy Lam, de la Chinese University con sede en Hong Kong.
Para el profesor Lam, "la apreciación va a ser muy limitada, en el mejor de los casos del 5% en los próximos doce meses, y por lo tanto no estará a la altura de las expectativas".
"El anuncio del Banco Central refleja un fuerte deseo de evitar un conflicto con Washington", señaló en la misma sintonía Andy Rothman, de CLSA (Credit Lyonnais Securities Asia).
Pero más allá del posible efecto del anuncio en el corto plazo, la voluntad china no calmaría el combate que llevan adelante los congresistas norteamericanos contra la baja valuación del yuan.
El senador Charles Schumer indicó el domingo que tenía pensado hacer avanzar "cuanto antes" un proyecto de ley tendiente a imponer sanciones sobre las importaciones chinas por parte de Estados Undos.
Las presiones aumentaron luego de que China, tercera economía mundial, recuperase este año un fuerte crecimiento impulsado por sus exportaciones otra vez en alza.
En mayo, el excedente comercial chino alcanzó cerca de 20.000 millones de dólares.
Anticipándose a la crisis mundial, China había vuelto a amarrar su moneda con el dólar durante el verano de 2008, aunque esta medida no había evitado que sus exportaciones -pilar de la economía china- sufrieran la baja de la demanda externa.
Desde entonces, el gobierno chino pone como prioridad la estabilidad y por ello descarta apreciaciones rápidas o movimientos bruscos.