Elección de magistrados


El Presidente en Funciones del Organismo Judicial y de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) solicitó al Congreso que convoque a instalarse las comisiones de postulación que tendrán a su cargo la elaboración de las nóminas de 26 candidatos a magistrados de la CSJ y de 144 candidatos a magistrados de los demás tribunales colegiados (Salas de la Corte de Apelaciones, Tribunal de lo Contencioso Administrativo y Tribunal de Conflictos de Jurisdicción).



Elección de magistrados
Las nóminas de candidatos deberán ser entregadas al Congreso, a finales de septiembre de 2009, a efecto de que los diputados elijan a los nuevos magistrados de las nóminas elaboradas por las comisiones de postulación, quienes deberán tomar posesión el 13 de octubre de 2009, fecha en que vencerá el período de funciones de los actuales magistrados.

La CSJ deberá integrarse con 13 magistrados, es decir la mitad del número de candidatos propuestos, para un período de 5 años, que vencerá el 13 de octubre de 2014. Asimismo cada uno de los demás tribunales colegiados deberá integrarse con 3 magistrados titulares y 3 suplentes, los que también durarán en sus funciones 5 años, a partir del 13 de octubre de 2009.

El sistema de justicia guatemalteco sigue siendo débil, inaccesible, lento y poco confiable. De ahí la necesidad de que los tribunales se integren con abogados de una calidad indiscutible, que no sólo sean ilustrados sino también que tengan el carácter para administrar justicia con prontitud y con apego a la Constitución y las leyes. Idealmente, la CSJ y los demás tribunales colegiados deben ser instituciones neutrales en materia político partidista, absolutamente independientes, imparciales, transparentes y comprometidas con el régimen de legalidad. Sus magistrados deben ser insobornables, probos y estudiosos, a fin de que no se dude de su criterio ni de sus fallos jamás.

La crisis institucional que estamos viviendo no permite que los tribunales de justicia den bandazos en beneficio de ciertos grupos y personas, y en detrimento del interés general y del Estado de Derecho. Sin justicia no habrá paz firme y duradera. Si la justicia no deja de ser la “Cenicienta” del Estado, jamás podremos lograr el progreso social y el desarrollo económico que anhelamos. Sin duda, la conflictividad, la impunidad, la corrupción, la violencia y la inseguridad impiden que avancemos y que no salgamos del lodazal de la pobreza y la miseria.

Conviene, entonces, que las comisiones de postulación propongan excelentes candidatos y que el Congreso elija, entre ellos, a magistrados capaces, honestos, con independencia de criterio, con carácter y decisión.
Lunes, 6 de Abril 2009
El Periódico de Guatemala
           


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