La hipoteca - El Apra cosecha los frutos de su alianza con el fujimorismo.


A raíz de las recientes elecciones, muchos militantes del Apra se han preguntado dónde está el partido. El otrora sólido norte se ha diluido, y con ello la esperanza del resurgimiento electoral en la tradicional área de mayor influencia luego de tres procesos electorales regionales y municipales, ya no se diga en otras regiones del país.



Alan García
Alan García

En La Libertad, por ejemplo, el Apra obtuvo solo 16,5% de votos. En Trujillo, tierra de su fundador, Víctor Raúl Haya de la Torre, cosechó el 22,5% frente a la lista que ganó con 35%, y de las doce provincias liberteñas, apenas ganaron en cuatro. En Piura solo obtuvo el 2,06% en la elección regional y 1,9% en la elección provincial.

La pérdida del perfil electoral del aprismo es explicada dentro y fuera del Apra por su pérdida de personalidad partidaria, específicamente por su alianza con Fuerza Popular, consagrada por el parlamentario aprista Javier Velásquez Quesquén en sus declaraciones de julio del año 2016, cuando sostuvo que con el fujimorismo no tenían una alianza política o de gobierno, pero sí “una alianza estratégica”, una relación “natural” dadas las “coincidencias programáticas” con ese grupo político.

Esta relación se ha hecho más íntima desde entonces; el Apra cumplió y cumple un rol decisivo en la conservación de la mayoría absoluta del fujimorismo en el Congreso, y su colaboración es más necesaria luego de la expulsión de los congresistas adherentes a Kenji Fujimori. Su bancada parlamentaria funciona como una caja de resonancia del fujimorismo y le suministra a este grupo iniciativas legales y tácticas para hacer más belicosa la oposición al Gobierno, antes a PPK y ahora a Vizcarra. Por esa razón, los adjetivos utilizados para llamar a esa alianza –fujiaprismo, fujialanismo o aprofujimorismo– reflejan la realidad.

Esta sociedad le ha servido al Apra para evitar las investigaciones parlamentarias relacionadas a las empresas brasileñas, principalmente contra el expresidente Alan García. Asimismo, ha servido para que, uniendo fuerzas con el fujimorismo, entorpezcan los procesos anticorrupción en la Fiscalía y el Poder Judicial.

 

El costo de esa asociación ha sido fatal para el aprismo; su papel en el Congreso es el de un grupo en permanente conflicto y hostilidad a cargo de iniciativas sospechosas y enrevesadas, como la ley Mulder, los cambios en el reglamento del Congreso, las maniobras para desnaturalizar las reformas constitucionales o la protección a los magistrados acusados de corrupción. En el episodio reciente, para demostrar la unidad del Apra alrededor del fujimorismo, la comisión de Defensa, presidida por Jorge del Castillo, dirige el operativo de ataque al fiscal José Domingo Pérez. Nadie duda de que el verdadero objetivo de esta embestida es impedir o perturbar sus investigaciones.

Tienen razón los militantes del Apra  al expresar su desazón por la ruta que ha tomado su partido, alejado de sus históricos planteamientos, encadenado a las urgencias judiciales de una persona y dueño de reiteradas derrotas electorales.

Martes, 16 de Octubre 2018
La República, Perú
           


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