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Barcelona
"De este tema, que afecta a muchos hoteles, hostales, albergues, etc. han entrado en pocos días 26 asuntos de diferentes empresas", dijo una portavoz del Tribunal Superior de Justicia regional de Cataluña.
"De los 26, cuatro o cinco pidieron la suspensión (de la moratoria) mientras se tramita el recurso", explicó esta portavoz, precisando que el juez encargado del caso todavía no tomó ninguna decisión.
Esta moratoria de un año se aprobó en julio y fue una de las primeras medidas del gobierno de la activista antidesahucios Ada Colau, investida alcaldesa en junio después de ganar las elecciones municipales como líder de una plataforma ciudadana surgida del movimiento de los indignados y de partidos de izquierda radical como Podemos.
El objetivo de la decisión, que afecta a unos treinta proyectos, era frenar la creciente saturación turística de esta ciudad de 1,6 millones de habitantes, que anualmente recibe 27 millones de visitantes, de los que casi 8 millones pernoctan en sus hoteles.
Esta llegada masiva de turistas generó malestar y protestas de muchos vecinos, especialmente en los lugares más visitados como el centro histórico, las playas o el templo de la Sagrada Familia del arquitecto modernista Antoni Gaudí.
"Es una herramienta temporal de un año para elaborar un plan estratégico sobre alojamientos turísticos", había argumentado en julio Colau, cuya intención es reordenar y hacer más sostenible este sector que genera entre un 10 y un 12% del PIB municipal.
"De los 26, cuatro o cinco pidieron la suspensión (de la moratoria) mientras se tramita el recurso", explicó esta portavoz, precisando que el juez encargado del caso todavía no tomó ninguna decisión.
Esta moratoria de un año se aprobó en julio y fue una de las primeras medidas del gobierno de la activista antidesahucios Ada Colau, investida alcaldesa en junio después de ganar las elecciones municipales como líder de una plataforma ciudadana surgida del movimiento de los indignados y de partidos de izquierda radical como Podemos.
El objetivo de la decisión, que afecta a unos treinta proyectos, era frenar la creciente saturación turística de esta ciudad de 1,6 millones de habitantes, que anualmente recibe 27 millones de visitantes, de los que casi 8 millones pernoctan en sus hoteles.
Esta llegada masiva de turistas generó malestar y protestas de muchos vecinos, especialmente en los lugares más visitados como el centro histórico, las playas o el templo de la Sagrada Familia del arquitecto modernista Antoni Gaudí.
"Es una herramienta temporal de un año para elaborar un plan estratégico sobre alojamientos turísticos", había argumentado en julio Colau, cuya intención es reordenar y hacer más sostenible este sector que genera entre un 10 y un 12% del PIB municipal.
