"No hay nada de bueno que esperar de estas elecciones. La guerra, los bombardeos, todo el horror va a continuar", asegura Natalia, de 42 años, resumiendo el pesimismo que reina en Donetsk, feudo de los rebeldes prorrusos al este de Ucrania.
Los comicios al Parlamento ucraniano convocados por Kiev pasan de lado por esta región en la que cerca de tres millones de electores no podrán votar ante el boicot de los rebeldes a las elecciones.
"No conozco a nadie en mi entorno que tenga intención de salir de Donetsk hoy para votar en zona ucraniana", resumía un joven en las poco animadas calles de la ciudad, mientras se oían a lo lejos disparos aislados de artillería.
Los electores residentes en las zonas del este del país, controladas por los separatistas prorrusos que en abril proclamaron la "República Popular de Donetsk" y la "República Popular de Lugansk", dos de las principales ciudades de la región minera de Donbass, podrían desplazarse a zonas controladas por Kiev a votar.
Sin embargo, las dificultades técnicas que implica atravesar zonas en combate y el apoyo implícito a Kiev que supondría votar en los comicios, un riesgo para quienes viven en determinadas zonas, ha disuadido a la mayoría de votar.
"No hay más dificultades de las habituales, pero creo que poca gente irá a votar. [Las elecciones] no nos conciernen" aseguraba un rebelde a la AFP.
Igor Shumashenko, de 30 años, representante comercial en Lugansk, era uno de los habitantes que sí había decidido votar y para ello se ha desplazado a Severodonetsk, a 100 kilómetros de su residencia habitual.
"Vine hace algunos días, pero creo que podía haber venido desde Lugansk hoy. Lo importante es no decir en las barreras que vas a votar", explicó a la AFP.
- Donetsk, con horario de Moscú -
En Donetsk, donde los bombardeos continúan, si bien menos frecuentes en los últimos días, el sentimiento general también era sombrío.
"Cambios en la buena dirección, no los espero de parte de Kiev. Todo va a continuar igual que ahora", declaraba Liubo Ilienko, de 53 años.
Su casa, situada en un barrio próximo al aeropuerto, donde se producen los peores ataques, ha quedado reducida a ruinas.
"Mi hermana murió en un bombardeo. Mi hermana no era ni una terrorista ni una separatista. Estas elecciones no me interesan", contaba su vecino Viatcheslav, de 50 años, tras recoger de su casa igualmente destruida algunos enseres.
Otros vecinos relataban cómo vivían sin agua corriente ni electricidad por culpa de los bombardeos del ejército ucraniano.
"Todavía ayer nos estaban bombardeando. ¿Cómo vamos a creer que algo va a mejorar?", se preguntaba Fedor, que tampoco tiene ganas de votar.
Lejos del ambiente relativamente optimista ucraniano, en la "República popular de Donetsk" han celebrado su particular "Día de la Unidad nacional", con representantes de distintas minorías nacionales presentes en territorio separatista, como bielorrusos, georgianos o armenios.
Y en un nuevo gesto simbólico, Donetsk y Lugansk han adoptado a partir de este domingo el horario de Moscú.