
Soldados estadounidenses en la base de Bagram, Afganistán.
El acuerdo para la transferencia de la prisión fue firmado este viernes por el ministro afgano de Defensa, Abdul Rahim Wardak, y el comandante de las fuerzas de la OTAN y de las tropas estadounidenses en Afganistán, el general John Allen.
La transferencia de Bagram -ya llamada "Guantánamo afgano" por haber sido montada por estadounidenses fuera de su territorio y dedicada a recibir prisioneros como la cárcel instalada en el territorio cubano- había sido objeto de insistentes reclamos por parte del presidente Hamid Karzai.
El general Wardak saludó "un paso importante en el refuerzo de la soberanía nacional" afgana, y precisó que la transferencia se efectuará de forma progresiva en un plazo de seis meses. "Estamos muy orgullosos", dijo el militar.
Instalada en la inmensa base estadounidense de Bagram, a unos 60 kilómetros al norte de Kabul, en la última década esta polémica prisión se convirtió para los afganos en el símbolo de la ocupación estadounidense.
Según la Fuerza Internacional de Asistencia en Seguridad (ISAF), alrededor de 3.000 personas permanecen detenidas en Bagram, presuntos integrantes de la rebelión talibán o de Al Qaida que luchan contra la ocupación desde 2001.
La prisión era constantemente criticada por Kabul en nombre de su soberanía nacional, y por organizaciones de defensa de los derechos humanos, que denuncian las detenciones abusivas, sin proceso judicial y sin notificación a los detenidos sobre los cargos en su contra.
La cárcel se convirtió en un lugar explosivamente polémico después que soldados estadounidenses fueron filmados incendiando copias del Corán, un acto considerado blasfemo por los musulmanes y que desató una ola de manifestaciones violentas en todo el país.
Funcionarios estadounidenses informaron que esos libros sagrados del Islam fueron destruidos porque servían para disimular mensajes repasados entre prisioneros en el interior de la cárcel.
El acuerdo firmado el viernes no prevé el traslado de responsabilidad de otras instalaciones, contrariamente a lo que había afirmado inicialmente un negociador occidental en Kabul.
La ceremonia de firma del acuerdo ocurrió luego de una videoconferencia entre el presiente Karzai y su homólogo estadounidense Barak Obama, en la que ambos "tomaron nota de los progresos para la conclusión de una asociación estratégica", de acuerdo con una nota de la Casa Blanca.
En febrero, Karzai había asegurado que desearía firmar este acuerdo de asociación a largo plazo, que ponía varias condiciones incluyendo la transferencia de Bagram y el fin de las operaciones nocturnas de la OTAN contra viviendas afganas, que eran objeto de intensa cólera pública.
Afganistán insistió durante mucho tiempo en la necesidad de interrumpir esas operaciones nocturnas, afirmando que las fuerzas afganas podrían realizarlas por sí solas.
Wardak sugirió el viernes que un acuerdo estaría en vías de ser alcanzado también sobre este asunto.
"En los próximos días, seguiremos hablando con los estadounidenses y finalizaremos otro asunto importante, la 'afganización' de las operaciones especiales", dijo.
Unos 130.000 hombres de la OTAN, en su gran mayoría estadounidenses, fueron desplegados en Afganistán, un número que debe disminuir gradualmente hasta el fin de 2014, fecha en que la alianza pretende retirar sus fuerzas de combate y transferir a las fuerzas afganas la responsabilidad por la seguridad del país.
El acuerdo de asociación estratégica debe definir las modalidades de la presencia estadounidense en Afganistán después de 2014, en especial el eventual establecimiento de bases militares permanentes, un asunto sensible en un país históricamente alérgico a toda presencia militar extranjera prolongada.
La transferencia de Bagram -ya llamada "Guantánamo afgano" por haber sido montada por estadounidenses fuera de su territorio y dedicada a recibir prisioneros como la cárcel instalada en el territorio cubano- había sido objeto de insistentes reclamos por parte del presidente Hamid Karzai.
El general Wardak saludó "un paso importante en el refuerzo de la soberanía nacional" afgana, y precisó que la transferencia se efectuará de forma progresiva en un plazo de seis meses. "Estamos muy orgullosos", dijo el militar.
Instalada en la inmensa base estadounidense de Bagram, a unos 60 kilómetros al norte de Kabul, en la última década esta polémica prisión se convirtió para los afganos en el símbolo de la ocupación estadounidense.
Según la Fuerza Internacional de Asistencia en Seguridad (ISAF), alrededor de 3.000 personas permanecen detenidas en Bagram, presuntos integrantes de la rebelión talibán o de Al Qaida que luchan contra la ocupación desde 2001.
La prisión era constantemente criticada por Kabul en nombre de su soberanía nacional, y por organizaciones de defensa de los derechos humanos, que denuncian las detenciones abusivas, sin proceso judicial y sin notificación a los detenidos sobre los cargos en su contra.
La cárcel se convirtió en un lugar explosivamente polémico después que soldados estadounidenses fueron filmados incendiando copias del Corán, un acto considerado blasfemo por los musulmanes y que desató una ola de manifestaciones violentas en todo el país.
Funcionarios estadounidenses informaron que esos libros sagrados del Islam fueron destruidos porque servían para disimular mensajes repasados entre prisioneros en el interior de la cárcel.
El acuerdo firmado el viernes no prevé el traslado de responsabilidad de otras instalaciones, contrariamente a lo que había afirmado inicialmente un negociador occidental en Kabul.
La ceremonia de firma del acuerdo ocurrió luego de una videoconferencia entre el presiente Karzai y su homólogo estadounidense Barak Obama, en la que ambos "tomaron nota de los progresos para la conclusión de una asociación estratégica", de acuerdo con una nota de la Casa Blanca.
En febrero, Karzai había asegurado que desearía firmar este acuerdo de asociación a largo plazo, que ponía varias condiciones incluyendo la transferencia de Bagram y el fin de las operaciones nocturnas de la OTAN contra viviendas afganas, que eran objeto de intensa cólera pública.
Afganistán insistió durante mucho tiempo en la necesidad de interrumpir esas operaciones nocturnas, afirmando que las fuerzas afganas podrían realizarlas por sí solas.
Wardak sugirió el viernes que un acuerdo estaría en vías de ser alcanzado también sobre este asunto.
"En los próximos días, seguiremos hablando con los estadounidenses y finalizaremos otro asunto importante, la 'afganización' de las operaciones especiales", dijo.
Unos 130.000 hombres de la OTAN, en su gran mayoría estadounidenses, fueron desplegados en Afganistán, un número que debe disminuir gradualmente hasta el fin de 2014, fecha en que la alianza pretende retirar sus fuerzas de combate y transferir a las fuerzas afganas la responsabilidad por la seguridad del país.
El acuerdo de asociación estratégica debe definir las modalidades de la presencia estadounidense en Afganistán después de 2014, en especial el eventual establecimiento de bases militares permanentes, un asunto sensible en un país históricamente alérgico a toda presencia militar extranjera prolongada.