Estados Unidos reanuda bombardeos en Libia, Gadafi reconquista ciudad petrolera


AJDABIYA, Michel Moutot, (AFP) - La coalición formada por Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia bombardeó este miércoles, por primera vez en dos días, posiciones de las tropas leales al dirigente libio Muamar Gadafi, que lograron reconquistar la terminal petrolera de Ras Lanuf, obligando a los rebeldes a replegarse hacia el Este.



La OTAN anunció, por su parte, que empezó a ponerse al mando de las operaciones aéreas en Libia para tomar el relevo de la coalición dirigida por Estados Unidos, en un traspaso que, según la Alianza Atlántica, es "gradual".
Poco antes de la 15H00 GMT, la coalición llevó a cabo un ataque aéreo contra las fuerzas de Gadafi al oeste de Ajdabiya. A varios kilómetros de la ciudad, una enorme bola de fuego de varias decenas de metros se elevaba hacia el cielo, seguida de una inmensa columna de humo negro. El ataque llenó de alegría a un centenar de rebeldes congregados en la puerta oeste de Ajdabiya, constató la AFP.
Por la noche, el régimen de Gadafi denunció el "apoyo" militar de la coalición "a las bandas armadas de Al Qaida en la región Este de Libia" y lo consideró "contrario a las leyes y normas internacionales que rigen las relaciones entre los Estados".
Los insurgentes habían pedido con insistencia ayuda a la coalición internacional, cuya ausencia de ataques fortaleció a las fuerzas de Gadafi y les permitió apoderarse el miércoles por la mañana del puerto petrolero de Ras Lanuf y progresar hacia AlBuraiqa, a unos 80 km al oeste de Ajdabiya.
Es más, según fuentes rebeldes, AlBuraiqa habría caído en manos del ejército gubernamental por la tarde, una información inverificable por ahora, aunque, en Ajdabiya, un periodista de la AFP escuchó cañonazos procedentes de la región de AlBuraiqa, lo que demuestra la rápida progresión de las fuerzas de Gadafi poco antes del ataque aéreo.
Ras Lanuf, a 370 km al oeste de Bengasi, bastión rebelde en el Este, estaba en poder de los insurgentes desde el 27 de marzo.
El avance progubernamental obligó a los rebeldes a retroceder hacia el Este, bajo intensos disparos de tanques y de artillería, primero hacia AlBuraiqa y luego hacia Ajdabiya, de la que también escapaban sus habitantes y los periodistas.
Más al oeste, en Misrata, las tropas leales a Gadafi llevaron a cabo este miércoles una ofensiva con tanques y cohetes, un día después de un ataque que, según la rebelión y un médico, se cobró 18 vidas.
Durante los dos últimos días las fuerzas del régimen lograron detener el avance rebelde en un primer momento y luego invertir la situación a su favor.
Por eso los insurgentes pedían a voz en grito la reanudación de los ataques aéreos en la carretera de Sirte, ciudad natal del coronel Gadafi.
Estas operaciones aéreas lanzadas el 19 de marzo con la autorización de la ONU son esenciales para la progresión de los rebeldes, mal equipados con relación a las fuerzas de Gadafi.
"Queremos dos cosas", explicaba a la AFP un combatiente, Yunés Abdelghaim, enarbolando una Kalashnikov y una bandera francesa cerca de AlBuraiqa. "Que los aviones bombardeen los tanques y la artillería pesada de Gadafi, y que (la coalición) nos dé armas para que podamos luchar".
Pero el tema del suministro de armas a los insurgentes divide a la comunidad internacional.
Un portavoz de los rebeldes libios negó categóricamente que haya miembros de Al Qaida en sus filas.
"No tenemos a esta organización en Libia porque su cultura es diferente a la nuestra", declaró el coronel Ahmad Bani a la prensa en Bengasi.
El jefe militar de la OTAN afirmó, no obstante, el martes que la Alianza detectó "señales" de la posible presencia de militantes de Al Qaida o del movimiento chiita libanés Hezbolá entre los rebeldes.
Por otro lado, el ministro francés de Relaciones Exteriores, Alain Juppé, informó de las "primeras deserciones" en el entorno de Gadafi. De hecho, por la noche, el ministro de Relaciones Exteriores libio, Musa Kusa, anunció su dimisión a su llegada a Londres, según el Foreign Office.
Y Gran Bretaña anunció su decisión de expulsar a cinco diplomáticos libios.
En el poder desde hace 42 años, Gadafi se enfrenta a un movimiento de revuelta desde el 15 de febrero, al que acusa de actuar por cuenta de Al Qaida, y se niega a dimitir.
El presidente venezolano, Hugo Chávez, estimó que Gadafi "está haciendo lo que tiene que hacer, resistir una agresión imperial", y aseguró que "no está previsto que Gadafi salga de Libia".
A la coalición, Chávez la acusó de estar "robando 200.000 millones de dólares (de las reservas internacionales) del pueblo libio".
Miércoles, 30 de Marzo 2011
AFP (Agencia France-Presse)
           


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