En el centro de Santiago este jueves miles de estudiantes protagonizaron enfrentamientos con la policía, que desplegó un extenso contingente de fuerzas especiales para hacer frente a esta nueva manifestación.
Convocados en una marcha no autorizada por las autoridades, los estudiantes se reunieron en las cercanías de la céntrica Plaza Italia pero fuerzas especiales de la policía les impidieron el paso, con chorros de agua y gas lacrimógeno.
Estudiantes encapuchados, que atacaron a la policía con piedras y palos, lograron romper el cerco y llegar a la céntrica avenida Alameda, donde nuevamente se generaron violentos choques, que la policía repelió con chorros de agua y gas lacrimógeno.
El comercio de toda la zona debió cerrar sus cortinas, al igual que varias estaciones del ferrocarril metropolitano, mientras que el tránsito quedó cortado en parte de la avenida Alameda, un eje neurálgico de la capital chilena.
"Se supone que (los estudiantes) son el futuro de Chile, qué esperamos entonces del futuro de Chile", se quejó una mujer que se vio sorprendida por la violenta manifestación ante un grupo de periodistas.
Los estudiantes fueron convocados a marchar este jueves bajo la consigna "Nos cansamos de esperar", en el marco de una anunciada intensificación de las medidas de presión contra el gobierno de Bachelet, al que le exigen acelerar la reforma educativa en curso.
En este marco, el martes una veintena de estudiantes secundarios irrumpieron en los patios del palacio del gobierno chileno, burlando las medidas de seguridad. Antes de ser detenidos, alcanzaron a desplegar un cartel que anunciaba: "Notifíquese: hoy comienza la ofensiva".
Y prometen seguir con las acciones de presión.
"Estas movilizaciones 'exprés' o distintas van a seguir ocurriendo. Hay que tener creatividad, hay que crear nuevas formas de movilización, se vienen más y con mucha más fuerza, si no nos escuchan vamos a darle con todo, porque los estudiantes secundarios volvemos con más fuerza", afirmó el vocero de la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (Cones), Marcelo Correa, a CNN Chile.
El sábado, durante la cuenta pública de Bachelet ante el Congreso en la cuidad de Valparaíso, estudiantes protagonizaron violentas protestas en los alrededores del parlamento, que se saldaron con la muerte por asfixia de un guardia municipal de un edificio que ardió por la acción de las bombas molotov lanzadas por encapuchados.
Los estudiantes chilenos exigen desde hace una década una profunda reforma al sistema educativo heredado de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), considerado uno de los más segregados del planeta.
La socialista Michelle Bachelet ganó la reelección en diciembre de 2013, prometiendo la reforma al sistema educativo, pero el avance de sus reformas es considerado "insuficiente" por los estudiantes.
"Todos quisiéramos que fuera más rápido el avance de la reforma educacional, pero la verdad es que se discute donde corresponde, en el Congreso, y con los tiempos que el debate democrático requiere", dijo el martes la mandataria tras la irrupción de los estudiantes en la casa de gobierno.
A partir de este año, unos 145.000 estudiantes universitarios comenzaron a estudiar gratis, al tiempo que comenzó a regir una ley que prohíbe de forma gradual la obtención de ganancias y la selección de estudiantes en las escuelas que reciben aportes del estado.
El gobierno de Bachelet aún no envió al Congreso el proyecto de ley que establecerá la gratuidad universal en la educación universitaria, tal como lo prometió en su campaña.
Por su parte, el Congreso discute una ley que le quita a los municipios la administración de las escuelas públicas, señalada como el foco del origen de la segregación de la educación chilena.
Convocados en una marcha no autorizada por las autoridades, los estudiantes se reunieron en las cercanías de la céntrica Plaza Italia pero fuerzas especiales de la policía les impidieron el paso, con chorros de agua y gas lacrimógeno.
Estudiantes encapuchados, que atacaron a la policía con piedras y palos, lograron romper el cerco y llegar a la céntrica avenida Alameda, donde nuevamente se generaron violentos choques, que la policía repelió con chorros de agua y gas lacrimógeno.
El comercio de toda la zona debió cerrar sus cortinas, al igual que varias estaciones del ferrocarril metropolitano, mientras que el tránsito quedó cortado en parte de la avenida Alameda, un eje neurálgico de la capital chilena.
"Se supone que (los estudiantes) son el futuro de Chile, qué esperamos entonces del futuro de Chile", se quejó una mujer que se vio sorprendida por la violenta manifestación ante un grupo de periodistas.
-"Notifíquese: hoy comienza la ofensiva"-
Los estudiantes fueron convocados a marchar este jueves bajo la consigna "Nos cansamos de esperar", en el marco de una anunciada intensificación de las medidas de presión contra el gobierno de Bachelet, al que le exigen acelerar la reforma educativa en curso.
En este marco, el martes una veintena de estudiantes secundarios irrumpieron en los patios del palacio del gobierno chileno, burlando las medidas de seguridad. Antes de ser detenidos, alcanzaron a desplegar un cartel que anunciaba: "Notifíquese: hoy comienza la ofensiva".
Y prometen seguir con las acciones de presión.
"Estas movilizaciones 'exprés' o distintas van a seguir ocurriendo. Hay que tener creatividad, hay que crear nuevas formas de movilización, se vienen más y con mucha más fuerza, si no nos escuchan vamos a darle con todo, porque los estudiantes secundarios volvemos con más fuerza", afirmó el vocero de la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (Cones), Marcelo Correa, a CNN Chile.
El sábado, durante la cuenta pública de Bachelet ante el Congreso en la cuidad de Valparaíso, estudiantes protagonizaron violentas protestas en los alrededores del parlamento, que se saldaron con la muerte por asfixia de un guardia municipal de un edificio que ardió por la acción de las bombas molotov lanzadas por encapuchados.
Los estudiantes chilenos exigen desde hace una década una profunda reforma al sistema educativo heredado de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), considerado uno de los más segregados del planeta.
La socialista Michelle Bachelet ganó la reelección en diciembre de 2013, prometiendo la reforma al sistema educativo, pero el avance de sus reformas es considerado "insuficiente" por los estudiantes.
"Todos quisiéramos que fuera más rápido el avance de la reforma educacional, pero la verdad es que se discute donde corresponde, en el Congreso, y con los tiempos que el debate democrático requiere", dijo el martes la mandataria tras la irrupción de los estudiantes en la casa de gobierno.
A partir de este año, unos 145.000 estudiantes universitarios comenzaron a estudiar gratis, al tiempo que comenzó a regir una ley que prohíbe de forma gradual la obtención de ganancias y la selección de estudiantes en las escuelas que reciben aportes del estado.
El gobierno de Bachelet aún no envió al Congreso el proyecto de ley que establecerá la gratuidad universal en la educación universitaria, tal como lo prometió en su campaña.
Por su parte, el Congreso discute una ley que le quita a los municipios la administración de las escuelas públicas, señalada como el foco del origen de la segregación de la educación chilena.