El material filtrado a la prensa por el sitio web Wikileaks vincula por ejemplo al servicio secreto paquistaní (ISI) con la tentativa de asesinato del presidente afgano, Hamid Karzai, en 2008 -nunca llevada a cabo-, ataques contra aviones de la OTAN o los atentados contra la embajada india en Kabul hace dos años.
Según ese material, en abril de 2007, por ejemplo, el ISI habría enviado un millar de motocicletas a Jalaluddin Haqqani, líder del grupo Haqqani, vinculado a Al Qaida y los talibanes y establecido en Pakistán, para efectuar atentados suicidas en Afganistán.
Según otros informes filtrados, el ISI y los insurgentes planearon comprar bebidas alcohólicas y mezclarlas con veneno, para usarlas contra las fuerzas de seguridad afganas y de la OTAN. Algunos documentos incluso acusaban al ISI de movilizar a menores para cometer atentados suicidas.
Igualmente, un reporte indica que el ISI ofreció entre 15.000 y 30.000 dólares para asesinar a empleados procedentes de India, el gran rival de Pakistán cuyo creciente peso en Afganistán ha echo saltar la alarma en Islamabad.
El analista paquistaní Hasan Askari desestimó la información filtrada diciendo que está anticuada, y diciendo que tiene más bien que ver con la política interna de Estados Unidos.
"En 2009, Pakistán emprendió acciones y obtuvo resultados", dijo Askari a la AFP. "Ya no se dan tales críticas", aseveró.
"Detrás de estos informes hay grupos que quieren presionar a la actual administración estadounidense. El lobby anti Obama publica ahora estos informes porque se acercan las elecciones de medio mandato en Estados Unidos", agregó.
Uno de los nombres que más aparecen es el de Hamid Gul, director del ISI de 1987 a 1989. Entre otras cosas se le acusa de introducir ilegalmente minas en Afganistán, que servirían luego para matar a soldados de la OTAN, y de planear secuestros de funcionarios de la ONU.
Gul, jubilado desde hace veinte años, tachó los documentos de "absolutamente erróneos y totalmente inventados y falsos".
"Están buscando un chivo expiatorio, y esto es la señal de su derrota en Afganistán", dijo el ex responsable a la AFP.
El analista paquistaní especializado en Defensa Talat Masud dijo a la AFP que los documentos "son contradictorios, pues aseguran cosas que los propios responsables contradicen. No hay ninguna sustancia".
Estados Unidos ha sospechado desde hace tiempo que el ISI jugaba un doble papel. Pakistán fue un estrecho aliado del régimen talibán afgano (1996-2001) y se cree que tras su derrocamiento mantuvo las relaciones con los islamistas, en previsión del momento en que las tropas internacionales se retiren.
Según ese material, en abril de 2007, por ejemplo, el ISI habría enviado un millar de motocicletas a Jalaluddin Haqqani, líder del grupo Haqqani, vinculado a Al Qaida y los talibanes y establecido en Pakistán, para efectuar atentados suicidas en Afganistán.
Según otros informes filtrados, el ISI y los insurgentes planearon comprar bebidas alcohólicas y mezclarlas con veneno, para usarlas contra las fuerzas de seguridad afganas y de la OTAN. Algunos documentos incluso acusaban al ISI de movilizar a menores para cometer atentados suicidas.
Igualmente, un reporte indica que el ISI ofreció entre 15.000 y 30.000 dólares para asesinar a empleados procedentes de India, el gran rival de Pakistán cuyo creciente peso en Afganistán ha echo saltar la alarma en Islamabad.
El analista paquistaní Hasan Askari desestimó la información filtrada diciendo que está anticuada, y diciendo que tiene más bien que ver con la política interna de Estados Unidos.
"En 2009, Pakistán emprendió acciones y obtuvo resultados", dijo Askari a la AFP. "Ya no se dan tales críticas", aseveró.
"Detrás de estos informes hay grupos que quieren presionar a la actual administración estadounidense. El lobby anti Obama publica ahora estos informes porque se acercan las elecciones de medio mandato en Estados Unidos", agregó.
Uno de los nombres que más aparecen es el de Hamid Gul, director del ISI de 1987 a 1989. Entre otras cosas se le acusa de introducir ilegalmente minas en Afganistán, que servirían luego para matar a soldados de la OTAN, y de planear secuestros de funcionarios de la ONU.
Gul, jubilado desde hace veinte años, tachó los documentos de "absolutamente erróneos y totalmente inventados y falsos".
"Están buscando un chivo expiatorio, y esto es la señal de su derrota en Afganistán", dijo el ex responsable a la AFP.
El analista paquistaní especializado en Defensa Talat Masud dijo a la AFP que los documentos "son contradictorios, pues aseguran cosas que los propios responsables contradicen. No hay ninguna sustancia".
Estados Unidos ha sospechado desde hace tiempo que el ISI jugaba un doble papel. Pakistán fue un estrecho aliado del régimen talibán afgano (1996-2001) y se cree que tras su derrocamiento mantuvo las relaciones con los islamistas, en previsión del momento en que las tropas internacionales se retiren.