Inicio
Política
Durante la decimotercera jornada del proceso contra Breivik, la defensa trató de demostrar que los sangrientos ataques del 22 de julio de 2011 son el fruto de convicciones ideológicas compartidas por una corriente, aún cuando sea ultra-minoritaria, y no la consecuencia de los delirios de un loco.
"Noruega está en guerra, está en vías de balcanización", declaró Tore Tvedt, fundador del movimiento neo-nazi Vigrid.
Antes, Arne Tumyr, jefe de la organización Stop a la islamización de Noruega, lanzó una virulenta proclama contra el islam: "una religión de violencias, una religión de guerras" - y contra el profeta Mahoma que calificó de "delincuente sexual, asaltante de caravanas, asesino y criminal de guerra".
Sin embargo, si bien los testigos expresaron puntos de vista cercanos a los de Breivik, ninguno apoyó abiertamente los ataques perpetrados por el extremista.
Frente a la reacción de los abogados de las partes querellantes, el abogado de Breivik explicó que estos testimonios eran necesarios para demostrar que su cliente está en su sano juicio.
"Nuestro objetivo no es alegar en favor de una opinión política sino demostrar que el punto de vista del acusado es compartido por otros", destacó.
Aún cuando esto puede significarle una prolongada pena de cárcel, Breivik quiere ser declarado penalmente responsable por temor de ver que su ideología podría ser invalidada al ser declarado enfermo mental.
El 22 de julio, Breivik mató a 77 personas, en su gran mayoría adolescentes, haciendo estallar una bomba cerca de la sede del gobierno en Oslo, y luego disparando contra cientos de jóvenes laboristas reunidos en un campamento veraniego en la isla de Utoeya.
