WASHINGTON, (AFP) -
En su solicitud al tribunal federal de Washington, una copia de la cual obtuvo el jueves la AFP, los familiares afirman que se descubrieron "hechos excepcionales y desconcertantes" en relación con las muertes de sus hijos Yasser Al-Zahrani (saudí, de 22 años) y Salah Al-Salami (yemenita, de 33 años).
Su demanda se basa en las declaraciones de cuatro militares, entre ellos uno de alto rango, Joe Hickman, quien estaba de guardia en el mirador del campo de detención donde se encontraban las celdas de los dos hombres la noche del 9 al 10 de junio de 2006.
Hickman narró que había visto el traslado de tres hombres desde sus celdas a otro campo, y luego vio cómo regresaba el furgón que descargó algo directamente en la enfermería.
Cuando tres minutos más tarde el campo se encontraba en plena efervescencia, Joe Hickman pidió los detalles de lo ocurrido a uno de los enfermeros. Y éste respondió, según él, que "tres prisioneros habían sido llevados a la enfermería, ya muertos por asfixia, porque tenían trapos metidos a la fuerza en sus gargantas". Uno de ellos tenía marcas de golpes.
Otros guardias también apostados aquella noche en la torre de vigilancia aseguran que no vieron ningún movimiento entre las celdas y la enfermería.
En su solicitud al tribunal federal de Washington, una copia de la cual obtuvo el jueves la AFP, los familiares afirman que se descubrieron "hechos excepcionales y desconcertantes" en relación con las muertes de sus hijos Yasser Al-Zahrani (saudí, de 22 años) y Salah Al-Salami (yemenita, de 33 años).
Su demanda se basa en las declaraciones de cuatro militares, entre ellos uno de alto rango, Joe Hickman, quien estaba de guardia en el mirador del campo de detención donde se encontraban las celdas de los dos hombres la noche del 9 al 10 de junio de 2006.
Hickman narró que había visto el traslado de tres hombres desde sus celdas a otro campo, y luego vio cómo regresaba el furgón que descargó algo directamente en la enfermería.
Cuando tres minutos más tarde el campo se encontraba en plena efervescencia, Joe Hickman pidió los detalles de lo ocurrido a uno de los enfermeros. Y éste respondió, según él, que "tres prisioneros habían sido llevados a la enfermería, ya muertos por asfixia, porque tenían trapos metidos a la fuerza en sus gargantas". Uno de ellos tenía marcas de golpes.
Otros guardias también apostados aquella noche en la torre de vigilancia aseguran que no vieron ningún movimiento entre las celdas y la enfermería.