JERUSALÉN, 17 junio 2009 (AFP) -
Con el provocador título "¿Con honestidad y valor?", David Grossman firma en el diario Haaretz un artículo en el que lanza un violento ataque contra Netanyahu, quien le había consultado, entre otros, antes de su discurso del domingo.
"Una vez más, los israelíes pueden pensar que han hecho una oferta audaz y generosa, cuando en realidad han realizado un compromiso entre ellos, entre la angustia, la autojustificación y la debilidad del centroderecha y del centroizquierda", ha escrito.
Según él, el discurso no colma en absoluto "la distancia entre las duras realidades, ni responde a las legítimas demandas de los palestinos, apoyadas por la mayor parte de la comunidad internacional, incluido Estados Unidos".
"Aparte del reconocimiento del principio de dos Estados que Netanyahu acabó concediendo presionado y a regañadientes, este discurso no incluye nada concreto", añade el escritor.
Le reprocha el "no haber hablado con 'valor y honestidad', tal y como lo había prometido, evitando tratar el papel destructor de la colonización, como obstáculo a la paz. No ha mirado a los colonos a los ojos y no les ha dicho lo que sabe perfectamente: la carta de los asentamientos está en contradicción con la carta de la paz. La mayoría de ellos deberán irse".
Según él, el primer ministro de derechas "no ha convencido a nadie de que pretende luchar por la paz".
Pero el escritor también critica a los palestinos, a los que considera "prisioneros al igual que nosotros (los israelíes) de sus reflejos automáticos". Se equivocan, según él, al rechazar de forma tan categórica el discurso, entrando así en el juego de Netanyahu.
El primer ministro israelí dice aceptar el principio de un Estado palestino pero lo condiciona a su desmilitarización y a que reconozca a Israel como Estado judío.
ms/ezz/tp/at/acc
© 1994-2009 Agence France-Presse
Con el provocador título "¿Con honestidad y valor?", David Grossman firma en el diario Haaretz un artículo en el que lanza un violento ataque contra Netanyahu, quien le había consultado, entre otros, antes de su discurso del domingo.
"Una vez más, los israelíes pueden pensar que han hecho una oferta audaz y generosa, cuando en realidad han realizado un compromiso entre ellos, entre la angustia, la autojustificación y la debilidad del centroderecha y del centroizquierda", ha escrito.
Según él, el discurso no colma en absoluto "la distancia entre las duras realidades, ni responde a las legítimas demandas de los palestinos, apoyadas por la mayor parte de la comunidad internacional, incluido Estados Unidos".
"Aparte del reconocimiento del principio de dos Estados que Netanyahu acabó concediendo presionado y a regañadientes, este discurso no incluye nada concreto", añade el escritor.
Le reprocha el "no haber hablado con 'valor y honestidad', tal y como lo había prometido, evitando tratar el papel destructor de la colonización, como obstáculo a la paz. No ha mirado a los colonos a los ojos y no les ha dicho lo que sabe perfectamente: la carta de los asentamientos está en contradicción con la carta de la paz. La mayoría de ellos deberán irse".
Según él, el primer ministro de derechas "no ha convencido a nadie de que pretende luchar por la paz".
Pero el escritor también critica a los palestinos, a los que considera "prisioneros al igual que nosotros (los israelíes) de sus reflejos automáticos". Se equivocan, según él, al rechazar de forma tan categórica el discurso, entrando así en el juego de Netanyahu.
El primer ministro israelí dice aceptar el principio de un Estado palestino pero lo condiciona a su desmilitarización y a que reconozca a Israel como Estado judío.
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