
Manifestantes islamistas.
Mursi y otros miembros de los Hermanos Musulmanes están siendo interrogados, en un lugar secreto, sobre las circunstancias de su evasión de la prisión de Wadi Natrun (noroeste de El Cairo) durante la insurrección contra Hosni Mubarak, anunciaron fuentes judiciales a la AFP.
La investigación, en manos de los servicios de Seguridad Interior, pretende en particular esclarecer si la cofradía tuvo ayuda de grupos extranjeros como el Hezbolá libanés o el Hamás palestino, según las mismas fuentes.
El sábado, fuentes judiciales habían anunciado también que el nuevo fiscal general, Hicham Barakat, estaba examinando demandas de particulares contra Mohamed Mursi y otros Hermanos Musulmanes por "espionaje", "incitación al asesinato de manifestantes" y "mala gestión económica".
Este examen podría desembocar en la apertura oficial de una investigación.
El mismo fiscal ordenó el domingo la congelación de los haberes de 14 altos responsables islamistas, entre ellos el Guía Supremo Mohamed Badie y otros ocho dirigentes de los Hermanos Musulmanes.
Un centenar de personas han muerto en actos de violencia en todo el país desde el 3 de julio, cuando Mursi fue destituido por el ejército al finalizar manifestaciones masivas que reclamaban su salida.
Los peores enfrentamientos se registraron el 8 de julio, durante una concentración pro-Mursi ante la sede de la Guardia Republicana en El Cairo, en la que murieron 53 personas. Una orden de detención se emitió en contra del Guía Supremo de los Hermanos Musulmanes y otros responsables de la cofradía vinculada con el drama. Unas 250 personas han sido inculpadas.
Los dos campos rivales llamaron a manifestarse el lunes en El Cairo. Los pro-Mursi convocaron una marcha "pacífica" hacia la sede de la Guardia Republicana.
Los partidarios de Mursi, al que millones de egipcios acusaron de no haber sabido gestionar el país y haber servido los intereses de su cofradía, se manifiestan desde hace dos semanas ante la mezquita Rabaa al Adawiya, en el barrio de Nasr City, en El Cairo.
El viernes, fueron decenas de miles en exigir el regreso del primer presidente elegido democraticamente del país.
El nuevo poder hace oídos sordos a estas demandas y las autoridades han asegurado que el presidente depuesto se encuentra "en lugar seguro" y es tratado "dignamente". Pero no ha aparecido en público desde su detención, y Washington, al igual que Berlín, reclaman su liberación.
En paralelo, las nuevas autoridades se esfuerzan en constituir cuanto antes un nuevo gobierno, para mantener la agenda política fijada por el presidente interino Adly Mansur.
Entrevistas con posibles futuros ministros
El primer ministro, Hazem Beblawi, seguía el domingo con las entrevistas de los posibles futuros ministros. El l vicepresidente encargado de las relaciones internacionales y prominente figura de la oposición anti Mursi, Mohamed ElBaradei, fue confirmado en este cargo y prestó juramento, y el antiguo embajador en Washington, Nabil Fahmy, dijo haber aceptado el puesto de ministro de Relaciones Exteriores.
El nuevo ejecutivo contará con 30 miembros, añadió Bablawi, quien indicó que sus prioridades serán restaurar la seguridad, garantizar la entrega de bienes y servicios y preparar las elecciones legislativas y presidenciales. El nuevo gobierno podría ser anunciado el martes o el miércoles, dijo Bablawi.
El proceso de transición previsto por la presidencia interina contempla unas elecciones legislativas de aquí a principios de 2014, tras la adopción de una nueva constitución.
La evolución de la crisis en el país más poblado del mundo árabe se sigue de cerca desde el extranjero: el secretario de Estado adjunto estadounidense Bill Burns debería llegar a El Cairo el domingo para una visita de dos días.
La jefe de la diplomacia europea, Catherine Ashton, se ha mostrado "profundamente preocupada" y el primer ministro turco, el islamista Recep Tayyip Erdogan, aseguró que Mursi seguía siendo el único jefe de Estado legítimo.
Las autoridades de Bahrein han advertido en contra de toda participación en unas manifestaciones convocadas en 14 de agosto por un movimiento inspirado en Egipto.
Por último, la organización Human Rights Watch ha criticado la investigación llevada a cabo hasta ahora sobre los enfrentamientos del 8 de julio. Declaró no haber encontrado "ninguna prueba" de un ataque a la sede de la Guardia Republicana, como avanza el ejército, y ha estimado al contrario que los manifestantes rezaban "en calma" cuando se iniciaron los disparos.
La investigación, en manos de los servicios de Seguridad Interior, pretende en particular esclarecer si la cofradía tuvo ayuda de grupos extranjeros como el Hezbolá libanés o el Hamás palestino, según las mismas fuentes.
El sábado, fuentes judiciales habían anunciado también que el nuevo fiscal general, Hicham Barakat, estaba examinando demandas de particulares contra Mohamed Mursi y otros Hermanos Musulmanes por "espionaje", "incitación al asesinato de manifestantes" y "mala gestión económica".
Este examen podría desembocar en la apertura oficial de una investigación.
El mismo fiscal ordenó el domingo la congelación de los haberes de 14 altos responsables islamistas, entre ellos el Guía Supremo Mohamed Badie y otros ocho dirigentes de los Hermanos Musulmanes.
Un centenar de personas han muerto en actos de violencia en todo el país desde el 3 de julio, cuando Mursi fue destituido por el ejército al finalizar manifestaciones masivas que reclamaban su salida.
Los peores enfrentamientos se registraron el 8 de julio, durante una concentración pro-Mursi ante la sede de la Guardia Republicana en El Cairo, en la que murieron 53 personas. Una orden de detención se emitió en contra del Guía Supremo de los Hermanos Musulmanes y otros responsables de la cofradía vinculada con el drama. Unas 250 personas han sido inculpadas.
Los dos campos rivales llamaron a manifestarse el lunes en El Cairo. Los pro-Mursi convocaron una marcha "pacífica" hacia la sede de la Guardia Republicana.
Los partidarios de Mursi, al que millones de egipcios acusaron de no haber sabido gestionar el país y haber servido los intereses de su cofradía, se manifiestan desde hace dos semanas ante la mezquita Rabaa al Adawiya, en el barrio de Nasr City, en El Cairo.
El viernes, fueron decenas de miles en exigir el regreso del primer presidente elegido democraticamente del país.
El nuevo poder hace oídos sordos a estas demandas y las autoridades han asegurado que el presidente depuesto se encuentra "en lugar seguro" y es tratado "dignamente". Pero no ha aparecido en público desde su detención, y Washington, al igual que Berlín, reclaman su liberación.
En paralelo, las nuevas autoridades se esfuerzan en constituir cuanto antes un nuevo gobierno, para mantener la agenda política fijada por el presidente interino Adly Mansur.
Entrevistas con posibles futuros ministros
El primer ministro, Hazem Beblawi, seguía el domingo con las entrevistas de los posibles futuros ministros. El l vicepresidente encargado de las relaciones internacionales y prominente figura de la oposición anti Mursi, Mohamed ElBaradei, fue confirmado en este cargo y prestó juramento, y el antiguo embajador en Washington, Nabil Fahmy, dijo haber aceptado el puesto de ministro de Relaciones Exteriores.
El nuevo ejecutivo contará con 30 miembros, añadió Bablawi, quien indicó que sus prioridades serán restaurar la seguridad, garantizar la entrega de bienes y servicios y preparar las elecciones legislativas y presidenciales. El nuevo gobierno podría ser anunciado el martes o el miércoles, dijo Bablawi.
El proceso de transición previsto por la presidencia interina contempla unas elecciones legislativas de aquí a principios de 2014, tras la adopción de una nueva constitución.
La evolución de la crisis en el país más poblado del mundo árabe se sigue de cerca desde el extranjero: el secretario de Estado adjunto estadounidense Bill Burns debería llegar a El Cairo el domingo para una visita de dos días.
La jefe de la diplomacia europea, Catherine Ashton, se ha mostrado "profundamente preocupada" y el primer ministro turco, el islamista Recep Tayyip Erdogan, aseguró que Mursi seguía siendo el único jefe de Estado legítimo.
Las autoridades de Bahrein han advertido en contra de toda participación en unas manifestaciones convocadas en 14 de agosto por un movimiento inspirado en Egipto.
Por último, la organización Human Rights Watch ha criticado la investigación llevada a cabo hasta ahora sobre los enfrentamientos del 8 de julio. Declaró no haber encontrado "ninguna prueba" de un ataque a la sede de la Guardia Republicana, como avanza el ejército, y ha estimado al contrario que los manifestantes rezaban "en calma" cuando se iniciaron los disparos.